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UNIVERSIDAD NACIONAL

PEDRO RUIZ GALLO

Asignatura: toxicología

Docente: Vásquez Sánchez Edgar


Integrantes:
 Colmenares Zapata Cristian.
 Montalván Damián Paola
 Sánchez Herrera Cinthia.
 Un medicamento es un agente químico que utilizado
en dosis adecuadas puede ser benéfico ayudando al
enfermo a sanar, sin embargo en ocasiones se puede
dar una dosis mayor a la indicada por el médico ya
sea de manera accidental o con otros fines
produciendo una intoxicación.
 Los fármacos que producen intoxicación más
frecuente son aquellos que comprometen el Sistema
Nervioso Central con un 53,6 %, seguido por
medicamentos para el Tracto Respiratorio y los
Antimicrobianos. Entre los que afectan el Sistema
Nervioso Central predominan las benzodiazepinas
con 52,2 %, seguidas por los antidepresivos con un
13,2 %.
MANEJO DE LAS INTOXICACIONES TRATAMIENTO
BASE
Mantener con vida al paciente Este punto es el más importante y siempre el
tratamiento debe comenzar por el ABC de la reanimación, que conocen todos
los profesionales de la salud. Primero Tratar al Paciente y Después al Tóxico
Control de signos vitales, observar sobre todo si respira. Establecer la
secuencia del ABC de la reanimación, es decir:
A. Vía aérea permeable. Despejar vía aérea, aspirar secreciones.
B. Respiración del paciente
C. Circulación. Constatar la presencia o ausencia de pulsos. Si están ausentes
iniciar inmediatamente la reanimación con masaje cardíaco y respiración
boca a boca si corresponde.
D. Fármacos y aporte de volumen, son parte de la reanimación avanzada.
Iniciar la secuencia del tratamiento de la intoxicación:
Si el paciente está consciente y coopera se debe proceder a:
A. Evitar la absorción del tóxico.
B. Favorecer la adsorción del tóxico. (Carbón activado)
C. Facilitar la eliminación del tóxico.
D. Antagonizar el tóxico.
En general los antibióticos son de baja toxicidad aguda, por lo que son poco
probables las intoxicaciones agudas. Además debe recordarse que paralelamente son
usados terapéuticamente.

Mecanismo de acción de la estreptomicina:


El sulfato de estreptomicina puede llegar a inducir dermatitis cuando se administra
superficialmente o por vía intramamaria; en aplicaciones sistémicas puede llegar a
inducir reacciones anafilácticas.

- Nefrotoxicidad: Se debe a la acumulación de estreptomicina sulfato en las


células tubulares proximales, provocando una insuficiencia renal reversible. Este
efecto puede presentarse en un 8 a 26% de pacientes tratados varios días con
estreptomicina sulfato.
- Ototoxicidad: En pacientes tratados con estreptomicina (0,5 g por 30 días) se
ha observado una disfunción vestibular y auditiva, debido a una acumulación en
la perilinfa y endolinfa del oído interno, lo que puede provocar daño parcial en
neuronas sensitivas vestibulares, que llega a ser irreversible y provocar sordera.
- Cardiotoxicidad: Este efecto puede resultar importante en personas con
disfunción cardiovascular, al producir una depresión cardiaca.
Mecanismo de acción de la tetraciclina:
El efecto adverso más común de las tetraciclinas es la inducción de desbalances en la
flora intestinal y vaginal, lo que genera micosis y decremento de la absorción de
glucosa y otros componentes nutridos por diarreas prolongadas. La mayoría de las
tetraciclinas inducen daño renal y hemoglobinuria cuando se administran en
animales deshidratados, débiles, estresados o cuando se ha aplicado una
sobredosificación.
Estos efectos pueden incrementarse si además de todo se administran en animales
con hipoperfusión renal, efecto que se ha atribuido al uso de productos caducados; se
observa también daño hepático y cerebral a la necropsia. La única tetraciclina segura
en animales con insuficiencia renal es la doxiciclina.

No se recomienda la administración IM de tetraciclinas por la irritación grave e


incluso la necrosis que produce en la zona de aplicación. Se ha propuesto administrar
dosis bajas IV con lapsos de 5 min para contrarrestar el decremento del Ca2+ sérico.
Dada la capacidad de las tetraciclinas de quelar los iones Ca2+, se ha restringido su
administración en vacas gestantes, debido a que pueden llegar a interferir en la
formación y el desarrollo óseos del feto o becerro. La dentina se puede ver afectada
por la precipitación de iones Ca2+. Se ha establecido que esta familia de
antibacterianos posee un efecto antianabólico, que puede verse aumentado en
terapias conjuntas con corticosteroides. En vacas gestantes las tetraciclinas pueden
llegar a inducir ototoxicosis y daño renal.
La oxitetraciclina administrada en animales anestesiados con
metoxifluorano induce nefrotoxicosis grave, en ocasiones letal.
La oxitetraciclina puede inducir colapso cardiovascular cuando se
administra IV en dosis terapéuticas, efecto que se atribuye al
propilenglicol de muchas formulaciones y a la lidocaína que en
ocasiones se añade al preparado; en un pequeño porcentaje de
animales ésta causa arritmias cardiacas graves

Quelación de cationes: Uno de los mecanismos probables de


toxicidad de la oxiteraciclina es la quelación de cationes divalentes
(Ca2+, Mg2+) y trivalentes. Esto puede provocar alteraciones
metabólicas neurológicas y musculares (fibras cardíacas).
En los huesos y en los dientes la oxitetraciclina puede formar
complejos de oxitetraciclinafosfato de calcio. De todas las
tetraciclinas, la oxitetraciclina presenta un menor riesgo, en
relación a la formación de estos complejos.
CLORTETRACICLINA:

No se recomienda la administración intramamaria de clortetraciclina


debido al grave daño glandular que provoca. Se han informado
reacciones tipo B para la clortetraciclina posteriores a una dosificación
IV, tales como ptialismo, disnea, edema pulmonar y en algunos casos
muerte.
El borogluconato de Ca2+ previene el daño de las dosificaciones IV
rápidas. El efecto antianabólico agrava los estados de insuficiencia renal
ya que incrementa la degradación de proteínas.
El cloranfenicol se ha implicado en problemas de malabsorción y
diarrea secundaria en becerros, así como en decremento de la ganancia
de peso en dosis terapéutica y dosis altas.
Si entre los vehículos se encuentra propilenglicol se podría producir un
colapso cardiovascular. La aplicación intraarterial de cloranfenicol
induce la muerte en -5 min, con disnea, convulsiones y hemorragias en
varias partes del SNC. El cloranfenicol suprime la respuesta inmunitaria
y también inhibe el sistema microsómico enzimático; el efecto clínico y la
utilidad de estos efectos no han sido establecidos para el ganado.
SULFONAMIDAS

Se han informado efectos adversos a las sulfas desde


1942, entre ellos agranulocitosis transitoria, anemia
hemolítica, leucopenia, ictericia, neuritis periférica y
desmielinización central, principalmente si los
animales se encuentran deshidratados y con daño renal.
Dosis en bolo inyectadas inducen debilidad muscular,
ataxia, ceguera y colapso cardiovascular. Se han llegado
a observar reacciones anafilácticas, y aunque existen
preparados para aplicación IM o SC, se prefiere la
aplicación IV lenta pues en los primeros casos pueden
generarse induraciones y abscesos estériles.
BETALACTÁMICOS

Como en la mayoría de las especies, en


bovinos se han informado reacciones de
hipersensibilidad, y es la penicilina G IV
la que produce las reacciones más
graves como disnea, ptialismo, prurito,
fiebre, reacciones articulares, edema en
cabeza o perineo, angiedema y diarrea
entre otras. Se ha visto que cuando los
vehículos contienen
carboximetilcelulosa aumenta el
porcentaje de reacciones adversas,
principalmente efectos locales en las
aplicaciones intramamarias.
PENICILINA G POTÁSICA

Los efectos adversos de este antibiótico por vía IV en


becerros acidóticos son hipercalcemia, malabsorción y
trastornos en la flora intestinal.
Se ha estimado un 1% de reacciones adversas a las
penicilinas en animales gestantes.
Se estima que las penicilinas preconstituidas generan
cuatro veces más reacciones alérgicas que las
penicilinas en polvo. Las razones para ello son la gran
cantidad de ingredientes necesarios para estabilizar la
penicilina, la exposición de penicilinas al sol, que
libera la procaína, y sobre todo la presencia de
carboximetilcelulosa en dichos preparados.
PENICILINA BENZATÍNICA

El veterinario tiene la creencia de que esta penicilina


puede brindar protección hasta por tres a cinco días.
En realidad sólo aumenta la gravedad de una
reacción alérgica, no brinda concentraciones
terapéuticas y deja residuos en carne y leche por un
mes o más. En parte por estas razones ha sido
prohibida su venta en la Comunidad Europea.
CEFALOSPORINAS

Dada la similitud que presenta con las


penicilinas, puede afirmarse que se
llegan a presentar reacciones de
hipersensibilidad. No es extraño que
una sobredosis genere diarrea en
becerros y que los preparados
preconstituidos puedan
ocasionalmente dar lugar a
inflamación grave en el sitio de
aplicación. No obstante, la mayor
parte de estas cefalosporinas
(cefotaxima, ceftriaxona,
cefoperazona y ceftiofur) son en
extremo seguras.
AMINOGLUCÓSIDOS:

La nefrotoxicidad de los aminoglucósidos es


bien conocida y puede llegar a dañar al feto en
vacas gestantes, lo cual puede ser inducido
por dos a tres dosificaciones. Se reconoce que
todos los aminoglucósidos son capaces de
inducir nefrotoxicosis. Se ha visto que la
aplicación IV de aminoglucósidos disminuye
drásticamente las concentraciones séricas del
Ca2+; de hecho se recomienda no administrar
aminoglucósidos en fechas previas o durante
parto y ordeño.
NEOMICINA

Se ha demostrado que este fármaco es el más tóxico


por vía parenteral del grupo de los aminoglucósidos.
Puede inducir diarrea, síndrome de malabsorción,
disnea, ataxia y reacciones alérgicas con colapso
cardiovascular, particularmente después de una
segunda administración. Sólo se ha documentado
daño auditivo con neomicina. Además, los
aminoglucósidos pueden inducir bloqueos
neuromusculares, principalmente en animales
anestesiados o débiles. El bloqueo se atribuye a
disminución en la biodisponibilidad del calcio.
KANAMICINA

Se le ha relacionado con efectos letales, y al


administrar aminoglucósidos con soluciones de
Ca2+ se anulan los efectos benéficos del Ca2+
en vacas con hipocalcemia. Se recomienda
prolongar los intervalos de dosificación, ajustar
las dosis según edad y peso del animal y
determinar los valores séricos de creatinina
para administrar un aminoglucósido a un
animal con hipocalcemia e infección
concurrente.
MACRÓLIDOS:
Eritromicina
No es tóxica a la dosis terapéutica, pero en tratamientos prolongados
se puede provocar desbalances en la flora intestinal, también de que
se le puede considerar ligeramente procinética (aumenta la motilidad
gastrointestinal).

Lincomicina.
Al administrar lincomicina por VO se induce en el ganado aumento de
la acidez ruminal. En dosis de 5 a 20 ppm en la dieta induce parálisis
rumínal y descenso de la producción láctea e incluso se ha implicado
la contaminación del pienso con lincomicina en casos de cetosis
masivas en el hato. Se han informado también casos de cetosis por
lincomicina y clindamicina en dosis extremadamente bajas, tanto por
vía parenteral como por la oral. En particular, con la aplicación 1M de
lincomicina se presenta a menudo diarrea con modificaciones
considerables en la flora ruminal y del colon.
Espiramicina
Induce edema, dolor mamario y edema facial cuando
se aplica como infusión intramamaria.

Polimixinas:
Las sales metanosulfonadas son mejor toleradas que
las sales sulfato. Por vía parenteral estas últimas
pueden inducir liberación de histamina, que provoca
bloqueos neuromusculares y toxicosis renal.
Representan un peligro para los consumidores ya que
se eliminan de la vaca lechera con vida media de
eliminación muy variable que va de 3.5 hasta 14 h, por
lo que su periodo de retiro no es constante. A menudo
se aplican sobredosis (>2 mg/ kg/ más de 2-3 días) que
dañan gravemente la función.
ANTIINFLAMATORIOS NO ESTEROIDEOS

Acetaminofeno

El principal signo de toxicosis es


metahemoglobinemia, y puede haber necrosis
hepática centrolobular. El tratamiento incluye la
administración de antioxidantes (vitamina C); la
cimetidina puede reducir la formación de
metabolitos tóxicos si se administra dentro de
las 48 h posteriores a la administración del
acetaminofeno.
Ácido acetilsalicílico

En caso de sobredosis puede haber


depresión, hipertermia, desbalance
electrolítico, convulsiones, coma y
muerte. La toxicosis aguda se
manifiesta por desbalance en el
equilibrio ácido-básico,
hiperventilación, alteraciones de la
coagulación y hepatotoxicosis. El
aumento en el tiempo de
protrombina puede potenciar la
epistaxis en algunos caballos en
entrenamiento, durante o después
del ejercicio.
ÁCIDO MECLOFENÁMICO

La sobredosis produce anorexia, depresión,


debilidad, pérdida de peso corporal, sangre
oculta en heces y reducción en el hematocrito.
En ponis ocasionó hipoproteinemia después
de 10 días de administración a la dosis
recomendada de 2.2 mg/ kg/ día. Aun durante
varios meses, la administración crónica 2.2
mg/ kg/día no induce cambios en la
reproducción de yeguas garañones.
FENILBUTAZONA (FBZ)

Su índice terapéutico es estrecho. En comparación con los


caballos, los ponis son más sensibles a la toxicosis
Por este fármaco. Formulación, vía de administración, horario
de alimentación, raza y edad son factores que influyen para
que se presenten toxicidad por FBZ. Algunas de éstas son
hemorragias, hepatopatías y nefropatías, fiebre y edema
abdominal y facial.
Los signos iniciales de toxicosis gastrointestinales incluyen
inapetencia, depresión, diarrea, pérdida de peso y a veces
cólico; posteriormente pueden observarse signos clásicos de
choque hipovolémico por hemorragia gastrointestinal.
La toxicosis puede ocurrir incluso semanas después de haber
suspendido el fármaco. En dosis de 13.46 mg/ kg/ día IV
ocasionó daño microvascular del TGI (pequeñas erosiones
pilóricas multifocales) a partir de las 24 h pos administración.
Además, se detectaron erosiones anulares en el duodeno y
necrosis de la mucosa del colon a las 48 h. Puede ocasionar
colitis ulcerosa del colon dorsal derecho por absorción del
fármaco en el forraje. Puede haber flebitis necrosante en
venas portales después de la administración oral, y en venas
yugulares después de la administración IV.
En caballos, una dosis de 13.63 mg/ kg/ día durante tres días
indujo degeneración y dilatación de la pared de venas de
calibre menor, además de alteraciones hematológicas y en la
química sanguínea.
LINDOMETACINA

Sus efectos tóxicos son poco predecibles, pero mayores que


los de otros AINE. A dosis de 2.5 mg/ kg puede ser tolerada
por caballos adultos, pero dosis de 0.5-1 mg/ kg inducen
alteraciones del SNC, incluyendo ataxia y convulsiones en
ponis. Estos últimos efectos son transitorios y duran 5-10 min.
La administración de 1.47 g causó disfunción del SNC,
manifestada por somnolencia, ataxia de los miembros
posteriores y paresia; estos signos desaparecieron después
de 24 h. Además, los caballos desarrollaron leucopenia y
neutropenia y presentaron rastros de sangre en heces. Una
sola dosis de 3-9 mg/kg/ día VO produjo somnolencia,
desorientación, paresia, neutropenia y sangre oculta en
heces.
KETOPROFENO

A razón de 2.2 mg/ kg IV durante uno a


cinco días no produjo toxicidad. Cuando
se administró cinco veces la dosis
recomendada, no hubo evidencia alguna
de toxicosis gastrointestinal; es mucho
menos irritante que el ácido acetilsalicílico.
Sin embargo, se han detectado erosiones
y úlceras en la lengua y en las porciones
glandular y no glandular del estómago,
pero no se menciona el régimen de
administración utilizado. Por vía IM en la
región del cuello y de los glúteos por
cuatro a siete días, no produce
inflamación (pero sí erupciones) en el sitio
de inyección y tampoco inapetencia.
Ivermectina

Cuando se administra por vía IV ocasiona muerte


súbita por reacción anafiláctica. Sin embargo son
seguras cuando se administra por vía oral en forma
de pasta o se inyectan vía SC aun en animales jóvenes
No administra en potros menores de 4 años de edad.
SÍNTOMAS DE INTOXICACIÓN CON IVERMECTINA

Generales:
Los síntomas clínicos de la intoxicación con ivermectina son consecuencia de una
concentración excesiva en el sistema nervioso central y del consiguiente aumento
de la actividad GABA. La ivermectina estimula la liberación de GABA en las
neuronas presinápticas y aumenta la fijación postsináptica del GABA a sus
receptores. Esto aumenta el flujo de iones de cloro en la célula y provoca una
hiperpolarización de la membrana celular.
Esto causa a su vez una reducción de las funciones nerviosas y un bloqueo general
de los mecanismos de estímulo en el sistema nervioso central.
Los déficits cerebrales y corticales resultantes se manifiestan sobre todo en:
ataxia (descoordinación de los movimientos)
hipermetría (movimiento desmesurado)
desorientación
hiperestesia (reacción exagerada a los estímulos táctiles)
temblores
midriasis (dilatación de la pupila) y en bovinos y felinos
también miosis (contracción de la pupila)
depresión
ceguera
Coma.
PERROS

El síntoma dominante es una midriasis máxima en


combinación con un reflejo pupilar incompleto y
desregulado. Midriasis en ambos ojos es el
indicador más sensible de una intoxicación con
ivermectina y es el síntoma inicial más común en
perros.
A dosis mayores se ha observado además:
debilidad, letargia, hipotermia, hipersalivación,
vómito, dificultad respiratoria, disturbios del
comportamiento, confusión, muerte.
Los síntomas aparecen de ordinario 5 a 24 horas
tras el tratamiento y pueden prolongarse durante
varios días hasta el coma. Por lo general, cuanto
más pronto aparecen los síntomas tras el
tratamiento, tanto más grave es la intoxicación y
peor el pronóstico.
Gatos

Los síntomas en gatos son similares a los de los


perros. Pueden aparecer además diarrea, anorexia
(falta de apetito), parálisis posterior, reflejos
perturbados o ausentes, e hipotermia.
Por lo general los síntomas neurológicos suelen
disminuir en los días siguientes y la mayoría de los
gatos se recuperan a las 2 a 4 semanas.
BOVINOS

Los síntomas más frecuentes en bovinos son la depresión


general del sistema nervioso central, incluidos sordera y
ataxia.
En terneros pueden darse síntomas de intoxicación a sólo
3 veces la dosis terapéutica, con síntomas como ataxia,
hipermetría y temblores.
Otros síntomas de intoxicación en terneros pueden ser
cólicos. No pueden excluirse las muertes.
ANTÍDOTO, TRATAMIENTO DE INTOXICACIONES DE
IVERMECTINA:

La ivermectina no tiene un antídoto específico.

El tratamiento consiste en medidas asistenciales y sintomáticas.


La mayoría de los animales se recuperan a los 7 a 10 días. Pero
animales comatosos pueden necesitar más tiempo.

Medidas posibles para caninos (aplicables a otros animales a


juicio del médico veterinario)
Aporte de soluciones electrolíticas
Aporte de calor
Cambio regular de posición
Protección de la córnea con una pomada ocular adecuada
Alimentación con sonda estomacal
Respiración artificial en caso de fuerte disnea
En caso de bradicardia administrar glicopirrolato (0,01
mg/kg s.c.).
El glicopirrolato es un antagonista de la muscarina, no
atraviesa la barrera sangre cerebro y es por ello preferible a la
atropina.

Fisostigmina. Es un inhibidor de la acetilcolinesterasa, no


constituye un antídoto y no debe ser la única medida en caso de
intoxicación con ivermectina. Provoca una rápida mejora de los
perros afectados, ya 1 minuto tras la inyección de 1 mg, pero el
efecto sólo dura unos 60 a 90 minutos. No está claro si la
administración diaria de fisostigmina acelera la recuperación.
Pero es muy útil para confirmar el diagnóstico y puede dar
ánimos a los dueños del perro a continuar la terapia. Dosis
recomendada: 40 mcg/kg/día IV. (en dos tratamientos cada 12
horas).
Atención: no debe administrarse a perros con síntomas
leves de intoxicación pues puede reforzar el temblor y la
ataxia.

Picrotoxina. Es un antagonista del GABA, pero sólo


hay reportes aislados sobre el tratamiento de
intoxicaciones de ivermectina en perros.

Infusiones lipídicas intravenosas. Estas infusiones


se han empleado en seres humanos para el tratamiento
de intoxicaciones de bupivacaina. Se han utilizado estas
infusiones en perros tras intoxicación con ivermectina,
pero se sabe aún muy poco sobre su funcionamiento y
eficacia. Se postula que pueden contribuir a extraer el
compuesto tóxico de los tejidos contaminados.
 Gfeller, R.W. and Messonnier, S.P. 1997. Toxicología
clínica de pequeños animales. Consulta de Difusión
Veterinaria 12 (116).

 Maruecos L. Toxicología Clínica. Barcelona:


Sprongerverlag Ibérica; 1993. p.382-9.

 Lorgue, G., Lechenet, J. and Riviere, A. 1996. Clinica


VeterinarIA ToxicologIA.

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