partículas que inciden sobre una materia y el núcleo atómico de esta. Consiste en la transmisión de toda la energía de la partícula incidente sobre dicho núcleo, creándose dos partículas (positrón y electrón) que se dispersan por el medio en sentidos opuestos, cada una de ellas con una energía equivalente a la mitad de la que poseía la partícula incidente Características del Efecto
Este efecto es característico de los aceleradores de partículas, donde se hacen
colisionar partículas como electrones y positrones de muy alta energía apareciendo toda clase de partículas que desconocíamos anteriormente.
En algunas reacciones nucleares de alta energía y en los rayos cósmicos, donde
se generan fotones o rayos gamma de alta energía que pueden crear dos o más partículas de masa igual o menor a la energía del fotón. Es característica la reacción γ → e+ + e- , donde el fotón debe tener al menos una energía igual a la masa del electrón y el positrón (ambos tienen una energía en reposo de 511 keV), es decir, 1.022 keV ó 1,022 MeV, para poder generar las partículas. Generalmente este proceso viene seguido del inverso, en el que el positrón generado se aniquila con un electrón de la materia que existe alrededor. NOTA: Para que se dé este proceso de creación de pares es imprescindible que exista en las cercanías del fotón inicial un núcleo, cuya presencia es la que permite que se cumplan las leyes de conservación de momento y energía.
Para que este fenómeno de transformación de la
energía en masa pueda producirse, la partícula incidente debe poseer una energía igual o superior a 1,022 MeV o 1.022 KeV.