El Acuerdo de París es un acuerdo mundial sobre el
cambio climático que se alcanzó el 12 de diciembre de
2015 en París. El acuerdo presenta un plan de actuación para limitar el calentamiento del planeta «muy por debajo» de 2 °C. Cubre el periodo a partir de 2020. El papel de los bosques en la lucha contra el cambio climático ha sido formalmente reconocido en el Acuerdo de Paris sobre cambio climático. Este acuerdo se sitúa en la conservación y restauración de los bosques, como un instrumento fundamental de lucha sobre el calentamiento global El objetivo a largo plazo de mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2 °C sobre los niveles preindustriales Limitar el aumento a 1,5 °C, lo que reducirá considerablemente los riesgos y el impacto del cambio climático Las emisiones globales alcancen su nivel máximo cuanto antes, si bien reconocen que en los países en desarrollo el proceso será más largo Aplicar después rápidas reducciones basadas en los mejores criterios científicos disponibles. Reunirse cada cinco años para fijar objetivos más ambiciosos basándose en criterios científicos Informar a los demás Gobiernos y a la ciudadanía sobre sus avances Evaluar los avances hacia el objetivo a largo plazo mediante un sólido mecanismo de transparencia y rendición de cuentas El Acuerdo de París incluye un ciclo de revisión o sistema de ambición que establece que, cada 5 años (comenzando en 2023), es necesario hacer un balance del estado de la implementación del Acuerdo, incluyendo el progreso respecto al objetivo de los 2ºC. El vínculo que se ha logrado entre el análisis del estado de situación y la presentación de las sucesivas rondas de compromisos permite que el Acuerdo de París sea lo suficientemente dinámico como para ser duradero en el tiempo y garantizar un aumento de ambición progresivo. El Acuerdo de París sienta las bases para una transformación hacia modelos de desarrollo bajos en emisiones y resilientes al clima. Para ello, se cuenta con un importante paquete financiero que ayudará a la implementación del Acuerdo, en particular, en los países menos desarrollados y pequeños estados insulares, y que deberá construirse sobre la base del objetivo de movilización de 100.000 millones de dólares anuales, a partir de 2020, a través de distintas fuentes. Este objetivo se revisará al alza antes de 2025. Colombia asume el compromiso de reducir en un 20 por ciento, antes del 2030, las emisiones de gases de efecto invernadero. Además de avanzar hacia la adaptación a los efectos del cambio climático y dirigirse hacia una economía baja en carbono. Colombia se comprometió a generar equilibrios climatológicos con la protección de los páramos. En ese sentido, dijo que se van a delimitar los 37 que existen en el país.