en la corriente del Golfo y hacía ochenta y cuatro días que no cogía un pez.
La metamorfosis, de Franz Kafka.
“Cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto.” Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes Saavedra. “En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor.” A sangre fría, de Capote El pueblo de Holcomb está en las elevadas llanuras trigueras del oeste de Kansas, una zona solitaria que otros habitantes de Kansas llaman "allá". Lolita, de Vladimir Nabokov. “Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos paladar abajo hasta apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. Li. Ta.” 1984, de George Orwell. “Era un día luminoso y frío de abril y los relojes daban las trece”.
Orgullo y prejuicio, de Jane Austen.
“Es una verdad universalmente aceptada, que todo hombre soltero en posesión de una buena fortuna, debe estar en búsqueda de esposa.”
Me llamo Rojo, de Orhan Pamuk.
“Encuentra al hombre que me asesinó y te contaré detalladamente lo que hay en la otra vida.” El gran Gatsby, de Francis Scott Fitzgerald.
“En mi primera infancia mi padre me dio
un consejo que, desde entonces, no ha cesado de darme vueltas por la cabeza.”Cada vez que te sientas inclinado a criticar a alguien -me dijo- ten presente que no todo el mundo ha tenido tus ventajas…” Crónica de una muerte anunciada, de Gabriel García Marquez. “El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5:30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo.” El camino, de Delibes Las cosas podían haber sucedido de cualquier otra manera y, sin embargo, sucedieron así. Ensayo sobre la ceguera, de José Saramago. “Se iluminó el disco amarillo. De los coches que se acercaban, dos aceleraron antes de que se encendiera la señal roja. En el indicador de paso de peatones apareció la silueta del hombre verde. La gente empezó a cruzar la calle pisando las franjas blancas pintadas en la capa negra del asfalto, nada hay que se parezca menos a la cebra, pero así llaman a este El extranjero, de Camus Hoy ha muerto mamá. O quizá ayer. No lo sé. Recibí un telegrama del asilo: "Falleció su madre. Entierro mañana. Sentidas condolencias". Pero no quiere decir nada. Quizá haya sido ayer. Carne, Rosa Montero
«La vida es un pequeño espacio de luz
entre dos nostalgias: la de lo que aún no has vivido y la de lo que ya no vas a poder vivir. Y el momento justo de la acción es tan confuso, tan resbaladizo y tan efímero que lo desperdicias mirando con aturdimiento alrededor». Asfixia, de Palahniuk Si vas a leer esto, no te preocupes. Al cabo de un par de páginas ya no querrás estar aquí. Así que olvídalo. Aléjate. Lárgate mientras sigas entero. Sálvate. Seguro que hay algo mejor en la televisión. O, ya que tienes tanto tiempo libre, a lo mejor puedes hacer un cursillo nocturno. Hazte médico. Puedes hacer algo útil con tu vida. Llévate a ti mismo a cenar. Tíñete el pelo. No te vas a volver más joven. Al principio lo que se cuenta aquí te va a cabrear. Luego se volverá cada vez peor. Armar principios con cada una de las formas. Cerrado: se resuelven todas las tramas e incluso conocemos el futuro que les depara a los personajes. Abierto: la trama queda sin resolver. Feliz: los protagonistas consiguen su objetivo y los antagonistas son derrotados. Triste: el protagonista no consigue sus objetivos. Trágico: va más allá del final triste. Es un final desastroso para los protagonistas. Esperanzador: da a entender, a través de una serie de pistas, que el problema se solucionará en el futuro. Sorpresa: el conflicto se resuelve, pero no de la forma que el lector espera. Hay un giro inesperado. Natural: al contrario del final sorpresa, el final natural es el que cabría esperar dados los acontecimientos. Moral: el comportamiento de los personajes transmite un valor ético. Es el final clásico de las fábulas infantiles, donde se busca enseñar una lección.