Pero además a los Ministerios por encargo del Poder Legislativo les corresponde
ejercer la función de “fiscalización” del cumplimiento de los Reglamentos
Nacionales en los tres niveles de gobierno, porque el legislativo no puede tener una
capacidad de gestión tan grande. Esta función fiscalizadora en la práctica,
actualmente no se cumple sistemáticamente, porque no está normada en forma
alguna.
Este es un tema que ha recibido mucha atención política, unos creen que
los departamentos son la medida adecuada; otros creen que deben
agruparse
en unidades mayores.
En el Perú, la definición de las actuales regiones o departamentos siguió el
mismo patrón de criterios desde hace mucho tiempo. Desde el punto de
vista de gestión pública, hay pocas posibilidades que aumentando el tamaño
del ámbito regional, la gestión pueda ser más eficaz. Por el contrario es
posible que a corto plazo, por ejemplo, se deba estudiar si la Región Loreto
es demasiado grande para gestionar con eficiencia su territorio actual.
En todo caso, en algunos casos en que existieran proyectos cuya gestión
requiriesen un ámbito más extenso que el de una región, la alternativa más
eficiente para resolver algunas necesidades de integración funcional estaría
en la creación de órganos de “gestión común” entre Regiones para algún
tema específico.
Los Gobiernos Municipales
A los Gobiernos Municipales, les corresponde la competencia sobre la gestión
de la infraestructura y los servicios públicos y sociales relacionados con
la actividad local, que posiblemente constituyen cerca del 60% de las funciones
del Estado; que se identifican por tener un carácter urbano en su administración
o gestión. El carácter urbano se configuran esencialmente por el proceso legal
de cambio de uso de la tierra, de rural a urbano; en gran medida, podrán llegar a
ser autofinanciables, siempre y cuando se consolide un proceso local de
desarrollo económico sostenido.
Por el contrario, cuando la administración del Estado es caótica, se origina
la debilidad de las instituciones nacionales y municipales y su falta de reacción
frente al control del uso urbano y rural; las invasiones proliferan y los esfuerzos
por dar servicios públicos se hacen más costosos e ineficientes; y terminan por
requerir del financiamiento del Estado.
Entre los servicios que corresponde sean gestionados bajo la competencia local
por tratarse de territorios de tamaño apropiado para que la población participe y
se pronuncie adecuada y permanentemente como comunidad y como unidad
familiar, frente a sus autoridades, se puede mencionar los siguientes: la
infraestructura y el equipamiento urbano de carácter público; la educación
escolar; el transporte urbano, los centros hospitalarios, postas, asilos, de
beneficencia, y en general los centros de salud; el saneamiento ambiental, el
agua, alcantarillado, recojo y disposición de los residuos; los registros públicos y
civiles; las licencias de construcción, comerciales y de funcionamiento; la
recreación, la cultura y el deporte; etc.
Algunos de estos servicios, como el de la Educación y el de Salud, están
actualmente asignados por las leyes, a los gobiernos regionales (antes
departamentos), pero, las leyes sólo vienen aplicándose en casos
aislados, y
principalmente con carácter experimental; y no parece viable extender su
aplicación a todo el territorio nacional, dentro del esquema regional. Sin
embargo las experiencias regionales si han tenido éxitos notorios en los
casos de las ciudades de Lima y del Callao, donde el ámbito regional es,
por excepción, coincidente con el territorio de las respectivas provincias.
Evidentemente, en términos de “tamaño óptimo” para la gestión de la
educación y la salud, en el Perú la asignación adecuada de estas dos
funciones deberá llevar la adopción de la dimensión territorial provincial
como la “optima”.
Decisión que significa que las políticas de distribución del presupuesto
nacional del Gobierno Nacional, asignen los correspondientes recursos
anuales, en calidad de subsidios a los niveles descentralizados para cubrir
el déficit creado por el sistema centralizado hasta la fecha. No hay otra
forma de hacerlo, si lo que se quiere es dar un salto hacia la solución de
los
problemas ejecutivos de educación y de salud.