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“AÑO DEL DIALOGO Y LA RECONCILIACION NACIONAL”

UNIVERSIDAD NACIONAL DE HUANCAVELICA


FACULTAD DE EDUCACION
UNIDAD DE POSGRADO DE LA FACULTAD DE EDUCACION MAESTRIA EN
CIENCIAS DE LA EDUCACION
MENCION: ADMINISTRACION Y PLANIFICACION DE LA EDUCACION

LA REFORMA DEL ESTADO EN EL PERU


BASES PARAS LA RESTRUCTURACION ESTATAL Y ASIGNACION DE
COMPETENCIAS FUNCIONALES A LOS NIVELES DE GOBIERNO

ASIGNATURA : Administración y Gestión Publica


DOCENTE : Mg. Lino Andrés QUIÑONEZ VALLADOLID
PRESENTADO POR : Robert MOREYRA TORAL

Huancavelica, Noviembre del 2018


BASES PARA LA REESTRUCTURACIÓN ESTATAL

Las concepciones políticas y el cambio


Los aspectos estructurales básicos de una Reforma, a continuación se sugieren
los lineamientos conceptuales de las nuevas políticas que se debe establecer
legalmente para proceder a construir un verdadero sistema democrático, eficiente
y dinámico. Estas políticas de acción pueden resumirse en los siguientes
conjuntos de acciones:

a) Para lograr una administración pública eficiente


En primer término se debe trazar el objetivo de estructurar el sistema de
administración territorial por niveles de gobierno y para esta efecto, definir
claramente las funciones, las responsabilidades y los recursos propios que
se asignan a los niveles de gobierno, para poder cumplir con sus funciones;
teniendo presente que en los tres los niveles de gobierno, se deberá actuar
con autonomías: política, administrativa y económica.

En segundo término se debe evaluar si el concepto de “tamaño adecuado”


está bien aplicado en cada entidad autónoma que exista o se constituya en
cada nivel de gobierno.
b) Para prevenir la corrupción, la improvisación y la arbitrariedad
en el sector público
Se necesita reestructurar para fortalecer las formas de la participación
ciudadana,
en la fiscalización sobre los procesos de la gestión pública, en las
dos etapas básicas del sistema democrático:
1. En la elección de las autoridades representativas de la comunidad,
votando por un sólo representante por zona electoral, por nivel de gobierno
2. Fiscalización permanente el desempeño de esas autoridades en las funciones
a su cargo para este efecto, todos los órganos de Control en las entidades
autónomas públicas, de Auditoria Interna, Regionales y Municipales, no deben
pertenecer al sistema nacional central de control, sino que deben ser asignados
a la Sociedad Civil debidamente representada, según lo estipule una nueva Ley
Orgánica que se implante para este fin. Manteniéndose el Control Nacional pero
sólo de oficio.
c) Para fortalecer la actividad económica en el país, se necesita
una Estrategia Nacional de Promoción del Desarrollo Descentralizado
Mediante la creación de un Fondo de Crédito Supervisado, como política
de Gobierno Nacional, se deberá implantar una promoción financiera y
técnica de capacidad de gestión, al alcance de las entidades públicas
interesadas en recibir ayuda con recursos financieros del Fondo para
financiar la infraestructura y los servicios que reclama la población.

Para este efecto, el reglamento para la aplicación de los créditos seguirá


las
políticas de Estado que establezca la creación del Fondo y el origen de los
recursos, según sea el caso. El Fondo debe planificarse con objetivos de
corto, de mediano y de largo plazo y con metas anuales y quinquenales;
que permitan cumplir con los planes nacionales de desarrollo referidos a
los tres niveles de gobierno. Es de estimar que una parte importante de los
créditos deberán corresponder a créditos a fondo perdido,
correspondientes a políticas especialmente referidas a la lucha contra la
pobreza.
ASIGNACIÓN DE COMPETENCIAS FUNCIONALES A
LOS NIVELES DE GOBIERNO
Las sucesivas reformas sustanciales de la constitución del Estado y las
intenciones que continuamente se manifiestan para reformarla nuevamente son
un claro indicio que todavía no se ha acertado en lograr una estructura
democrática y eficiente de gobierno. En ese sentido, la asignación de funciones a
los niveles de gobierno establecidos en la constitución, constituye un aspecto
muy importante, para ilustrar el concepto de participación democrática de la
población en las materias de gestión pública y en la materia de lograr eficiencia;
que son los objetivos prácticos de organización política que se busca en nuestro
país.
Las funciones que se asignan a cada nivel de gobierno, deben corresponder a
aquellas funciones para las que se eligen autoridades públicas; y a las que es
necesario fiscaliza por la población en el respectivo territorio, mediante la forma
más directa y práctica posible, porque en contrapartida, la población debe
aportar su respectiva contribución de sostenimiento.
A las autoridades hay que definirles claramente sus funciones y
responsabilidades; y a los ciudadanos hay que posibilitarles la facultad y
viabilidad de fiscalizar y sancionar políticamente a sus autoridades políticas, por
el incumplimiento de sus deberes; lo que se facilitará definiendo con claridad
esas responsabilidades y posibilitando la aplicación efectiva de las facultades
ciudadanas.
Las Autonomías en la Gestión Ejecutiva

La autonomía política es, desde el punto de vista de la ciencia


administrativa,
uno de los aspectos conceptuales trascendentes más importantes;
requeridos
para lograr eficiencia en la gestión pública. Este principio se conjuga
en la ciencia administrativa, con el de definir claramente las funciones y
responsabilidades de las autoridades y de los trabajadores funcionarios y
asesores del sector público. En consecuencia las autonomías son
esenciales
para posibilitar que la ciudadanía y las autoridades actúen correctamente
cumpliendo con sus respectivos roles.
Pero “autonomía” en el sector público no significa caos, sino lo contrario.
Se trata de una facultad que define que: la autoridad es autónoma en su
responsabilidad por el cumplimiento de la ley en lo que le atañe. Así de
simple.
Mediante la autonomía, la responsabilidad administrativa termina en la
autoridad más alta del nivel del organismo autónomo. Agotada la vía
administrativa, cualquier discrepancia de terceros, con la decisión de la
entidad autónoma, sólo podrá definirse en el fuero judicial o arbitral.
El Gobierno Nacional (Legislativo, Ejecutivo y Judicial)

El Gobierno Nacional, integrado por los llamados Poderes del Estado:


Parlamento
Nacional, Gobierno Central y Administración de Justicia; le corresponde
jurisdicción sobre funciones que por su alcance territorial nacional no podrían
ser de responsabilidad de los otros niveles de gobierno. Pero es conveniente
notar que actualmente el Poder Ejecutivo, en varios Ministerios tienen asignadas
competencias de gestión sobre funciones que desde el punto de vista de
eficiencia en la función, correspondería por su naturaleza ser transferidas a
organismos regionales o municipales según sea lo más apropiado, nivel regional
o al municipal.

La función Legislativa del Parlamento es la más clara funcionalmente de


carácter nacional. Pero en lo referente a la elaboración de los Reglamentos
Nacionales que se derivan de las Leyes, lo práctico, como ocurre actualmente,
es dentro de lo establecido por la ley, que la labor legislativa se complemente
con encargar la elaboración de los Reglamentos Nacionales, al Gobierno Central
o Poder Ejecutivo como también se le denomina, para que esta labor la realice el
Ministerio que corresponde al sector materia de la Ley.
En general, al Parlamento Nacional en representación de la ciudadanía le
corresponde establecer las políticas nacionales; y a los gobiernos nacional,
regionales y municipales, les corresponde ejercer las respectivas funciones
ejecutivas en sus correspondientes territorios.

Pero además a los Ministerios por encargo del Poder Legislativo les corresponde
ejercer la función de “fiscalización” del cumplimiento de los Reglamentos
Nacionales en los tres niveles de gobierno, porque el legislativo no puede tener una
capacidad de gestión tan grande. Esta función fiscalizadora en la práctica,
actualmente no se cumple sistemáticamente, porque no está normada en forma
alguna.

El Gobierno Central naturalmente en el Estado ejerce las funciones ejecutivas


en tema como: Relaciones Exteriores, Defensa Nacional, Economía, Transporte de
integración nacional, etc.; pero tiene otras funciones ejecutivas que si bien gestiona
hoy, como salud, educación, agricultura, etc., están en gran parte mal asignadas y
debieran ser transferidas con más propiedad por la Ley, a los niveles de gobierno
descentralizados. De esta manera en estos temas, el Poder Ejecutivo debiera
quedarse sólo con las funciones de planificación, normatividad y de promoción.
Los Gobiernos Regionales
Las funciones regionales deben contraerse básicamente a los aspectos rurales; es
decir, aquellas funciones que no tengan carácter nacional ni urbano, para eliminar
duplicaciones.
Ante la necesidad de promover la ocupación ordenada y el desarrollo de las áreas
rurales, y de corregir la omisión del Estado, de protegerlas, frente a su evidente
deterioro acelerado en proceso, las Regiones se presentan como una opción
importante para asumir descentralizadamente la promoción en representación de
la comunidad regional, de las funciones de carácter rural, tales como el agro, la
ganadería, la forestación, los recursos acuíferos a utilizarse en el agro, etc,
incluyendo el control ambiental que recibe el impacto de las actividades mineras y
de explotación de recursos naturales.
También debe liderar la promoción hacia niveles de excelencia de la enseñanza
superior que se imparte en la universidad pública correspondiente a su región.
A la Región le corresponde también por derecho propio ser gestora de la
infraestructura de integración regional del transporte. También le corresponde
proponer modificaciones a las normas nacionales, en los temas de su actividad de
protección de los recursos naturales de su territorio y podrá proponer al Poder
Legislativo o a los Ministerios, según corresponda, los proyectos y planes de
regulación y promoción de la adecuada y armoniosa ocupación por actividades del
territorio regional que les corresponde; para su incorporación en los planes
nacionales en su etapa legislativa.
El tamaño de las Regiones

Este es un tema que ha recibido mucha atención política, unos creen que
los departamentos son la medida adecuada; otros creen que deben
agruparse
en unidades mayores.
En el Perú, la definición de las actuales regiones o departamentos siguió el
mismo patrón de criterios desde hace mucho tiempo. Desde el punto de
vista de gestión pública, hay pocas posibilidades que aumentando el tamaño
del ámbito regional, la gestión pueda ser más eficaz. Por el contrario es
posible que a corto plazo, por ejemplo, se deba estudiar si la Región Loreto
es demasiado grande para gestionar con eficiencia su territorio actual.
En todo caso, en algunos casos en que existieran proyectos cuya gestión
requiriesen un ámbito más extenso que el de una región, la alternativa más
eficiente para resolver algunas necesidades de integración funcional estaría
en la creación de órganos de “gestión común” entre Regiones para algún
tema específico.
Los Gobiernos Municipales
A los Gobiernos Municipales, les corresponde la competencia sobre la gestión
de la infraestructura y los servicios públicos y sociales relacionados con
la actividad local, que posiblemente constituyen cerca del 60% de las funciones
del Estado; que se identifican por tener un carácter urbano en su administración
o gestión. El carácter urbano se configuran esencialmente por el proceso legal
de cambio de uso de la tierra, de rural a urbano; en gran medida, podrán llegar a
ser autofinanciables, siempre y cuando se consolide un proceso local de
desarrollo económico sostenido.
Por el contrario, cuando la administración del Estado es caótica, se origina
la debilidad de las instituciones nacionales y municipales y su falta de reacción
frente al control del uso urbano y rural; las invasiones proliferan y los esfuerzos
por dar servicios públicos se hacen más costosos e ineficientes; y terminan por
requerir del financiamiento del Estado.
Entre los servicios que corresponde sean gestionados bajo la competencia local
por tratarse de territorios de tamaño apropiado para que la población participe y
se pronuncie adecuada y permanentemente como comunidad y como unidad
familiar, frente a sus autoridades, se puede mencionar los siguientes: la
infraestructura y el equipamiento urbano de carácter público; la educación
escolar; el transporte urbano, los centros hospitalarios, postas, asilos, de
beneficencia, y en general los centros de salud; el saneamiento ambiental, el
agua, alcantarillado, recojo y disposición de los residuos; los registros públicos y
civiles; las licencias de construcción, comerciales y de funcionamiento; la
recreación, la cultura y el deporte; etc.
Algunos de estos servicios, como el de la Educación y el de Salud, están
actualmente asignados por las leyes, a los gobiernos regionales (antes
departamentos), pero, las leyes sólo vienen aplicándose en casos
aislados, y
principalmente con carácter experimental; y no parece viable extender su
aplicación a todo el territorio nacional, dentro del esquema regional. Sin
embargo las experiencias regionales si han tenido éxitos notorios en los
casos de las ciudades de Lima y del Callao, donde el ámbito regional es,
por excepción, coincidente con el territorio de las respectivas provincias.
Evidentemente, en términos de “tamaño óptimo” para la gestión de la
educación y la salud, en el Perú la asignación adecuada de estas dos
funciones deberá llevar la adopción de la dimensión territorial provincial
como la “optima”.
Decisión que significa que las políticas de distribución del presupuesto
nacional del Gobierno Nacional, asignen los correspondientes recursos
anuales, en calidad de subsidios a los niveles descentralizados para cubrir
el déficit creado por el sistema centralizado hasta la fecha. No hay otra
forma de hacerlo, si lo que se quiere es dar un salto hacia la solución de
los
problemas ejecutivos de educación y de salud.

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