petición del colegio por fracaso escolar. Se trata de una niña con buena capacidad intelectual que, aunque no le gusta el estudio, se implica trabajando en los deberes escolares. Padres: La única queja de sus padres es “lo distraída que es” (no se concentra, le mandas a hacer un recado y se entretiene en cien mil cosas sin llegar a hacerlo, desorganizada, pierde cosas, etc.). Nunca ha presentado comportamiento hiperactivo. Ni problemas al obedecer normas ni en casa ni en colegio. La consideran niña feliz. Sin problemas objetivos de empatía ni otras alteraciones psicopatológicas. Colegio: Sus profesores informan que no existe ningún problema de comportamiento en clase. “Pasa desapercibida”. Despistada: se le olvidan los libros en clase y hasta la agenda. En los 2 últimos años (3º y 4º de Escolarización Primaria) el rendimiento académico es bajo y este último trimestre ha suspendido 2 asignaturas. La impresión del profesorado era que “podía hacer más de lo que hacía, algo vaga y siempre en la luna, se distrae con cualquier cosa”. No refleja problemas con sus compañeros, es una niña que no es ni rechazada, ni popular. Su autoestima es baja, siempre refiere que no se siente capaz de estudiar como sus compañeros y que le supone mucho esfuerzo. Orientador escolar: El equipo de orientación le pasó unas pruebas psicopedagógicas y manifestaba dificultades para mantener la atención y desorganización. CASO 2
Fernando es un niño con 12 años de edad.
Los padres estaban preocupados buscando una respuesta a los desajustes que su hijo tenía desde pequeño. Los primeros años escolares fueron un fracaso. Con poco más de un año fue capaz de leer y expresarse oralmente con un vocabulario no característico para su edad. En contraposición, no tenía amigos, sus relaciones interpersonales con iguales eran escasas o inexistentes, evitando el contacto físico y las caricias. La mayor parte de su tiempo lo dedicaba a la lectura de libros y diccionarios. Una vez en el patio, correr de un sitio para otro desordenadamente era su actividad más común. Su escritura era casi incomprensible, con trazos incontrolados. Su apariencia era desgarbada y algo desmañada.
Durante las clases de Educación Física encontraba especial dificultad, al contrario
que sus compañeros, en realizar los ejercicios de manera coordinada. Por ello, como causa de la ansiedad provocada por su incapacidad de saber qué hacer, huía. Todas las nefastas experiencias anteriores provocaron en Fernando su necesidad de desconectar durante las clases y no mostrar motivación durante la realización de las actividades.
Su profesor responsable describía a Fernando como un niño fuera de lo común el
cual lograba expresarse mejor que un adulto, escribir correctamente, con un nivel de conocimientos superior de la media y que era capaz de dominar los idiomas casi sin dedicarle tiempo a su estudio. Caso 3
Datos generales Sara tiene 13 años. Es la tercera de tres hermanas. Asiste al mismo colegio desde Infantil.
Observaciones de los profesores
Es una niña que aprende con rapidez Hace las cosas con facilidad y sin esfuerzo Busca soluciones alternativas a los problemas Razona muy bien Es muy rápida calculando. En clase de matemáticas dice que “es un rollo”, se aburre
Encuentra relaciones entre las ideas
Prefiere asuntos complejos Mantiene la atención por periodos largos de tiempo. Le gusta curiosear e investigar las cosas
Disfruta con las lecturas
Tiene mal genio
Se lleva regular con las compañeras y le preocupa que la acepten
No tolera la frustración
Se justifica e intenta “quedar bien”
Caso 4
Maria tiene 10 años en el colegio los profesores notan algunas actitudes :
Solo habla con sus pares desánimo constante, que puede ser peor por la mañana irritabilidad llanto frecuente pérdida de interés en la vida social pérdida de confianza en sí misma falta de energía cansancio y falta de concentración dificultad para tomar decisiones sentimientos de impotencia, baja autoestima o desesperanza sentimiento de culpa pensamientos sobre la muerte y el suicidio Ansiedad Sus padres notan problemas de sueño (posiblemente tardar una o dos horas en dormirse, o despertarse antes de lo habitual patrones de alimentación desordenados (pérdida del apetito o comer demasiado) lentitud física