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III.

Los Principios de la Potestad


Sancionadora

Oficina General de Transparencia, Ética Pública y


Anticorrupción
Los principios «... pueden señalar contradicciones en el ordenamiento legal,
llenar lagunas, perfeccionar el Derecho, o crearlo, introducir en éste
contenidos mayores de justicia, interpretar con más precisión al Derecho,
sustituir normas inaplicables o ineficaces, etc.» (GIORLANDINI, Eduardo y Juan Carlos.
“PRINCIPIOS DEL DERECHO”).

Específicamente, los principios de la potestad sancionadora «… cumplen…


una triple función: la fundante (preceder a la existencia de las reglas mismas
de la potestad sancionadora), la interpretativa (servir de criterio
hermenéutico para absolver cualquier duda sobre el sentido y alcance de las
reglas de la potestad sancionadora), y la integradora (servir de fuente de
integración para las lagunas jurídicas que se puedan identificar en la
aplicación de las normas sancionadoras)» (Juan Carlos Morón Urbina. «Los Principios
delimitadores de la potestad sancionadora de la administración pública en la Ley peruana»).
3.1 Aplicación de los principios de la potestad
sancionadora general a la potestad sancionadora
disciplinaria
Los principios de la potestad sancionadora general se encuentran regulados en el
artículo 230 de la Ley N° 27444, Ley del Procedimiento Administrativo General, siendo
posible su aplicación a la potestad sancionadora disciplinaria.

Al respecto el Tribunal del Servicio Civil en el fundamento 15 de la Resolución de Sala


Plena N° 001-2012-SERVIR/TSC (precedente de observancia obligatoria) a señalado
que:
“…en la medida en que se ha reconocido que la aplicación de los principios
del denominado ius puniendi único del Estado es también extensiva a la
potestad sancionadora administrativa, sin diferenciarse en cuál de sus
manifestaciones, debe buscarse una lógica adaptación de los principios
reguladores del primero, en el ámbito disciplinario…”
Asimismo, en el Informe Legal N° 165-2009-ANSC/OAJ (fuente informativa
especializada y acreditada), la Oficina de Asesoría Jurídica de la Autoridad del
Servicio Civil opina que si bien la potestad sancionadora disciplinaria sobre el
personal de las entidades se rige por la legislación de la materia, es posible
aplicar los principios que regulan la potestad sancionadora de la administración
más aún si estos tienen reconocimiento constitucional.
3.2 Principio de legalidad:

Se encuentra regulada en el artículo 230.1 de la Ley N° 27444 de la siguiente


manera:

«Sólo por norma con rango de ley cabe atribuir a las entidades la potestad
sancionadora y la consiguiente previsión de las consecuencias
administrativas que a título de sanción son posibles de aplicar a un
administrado, las que en ningún caso habilitarán a disponer la privación de
libertad».

El principio de legalidad se encuentra previsto y reconocido en el literal d) del inciso


24 del artículo 2 de la Constitución Política.
El principio de legalidad regula dos aspectos de la potestad sancionadora
disciplinaria:

- Primero: la atribución de la competencia sancionadora a una entidad


pública.

- Segundo: la identificación de las sanciones aplicables a los administrados


por incurrir en faltas administrativas.

Conforme a este principio, ambos aspectos en materia disciplinaria solo


pueden ser regulados mediante normas con rango de ley, como pueden serlo,
una ley formal, una ley orgánica, un decreto legislativo, o un decreto ley. (Juan
Carlos Morón Urbina. «Los Principios delimitadores de la potestad sancionadora de la administración pública en la
Ley peruana»).
Cabe señalar que la reserva de ley en la regulación de faltas y sanciones
administrativas no puede tener un alcance tan estricto como en el ámbito
penal. No se excluye, por tanto, la «posibilidad de que las leyes contengan
remisiones a normas reglamentarias, pero sí que tales remisiones hagan
posible una regulación independiente y no claramente subordinada a la ley»
(Marina Jalvo, B. «El Régimen Disciplinario de los Funcionarios Públicos»).

Finalmente, la norma establece la prohibición explícita para que la


Administración pueda aplicar sanciones que impliquen privación de libertad.
Ello, atendiendo a que la disponibilidad de la libertad humana sólo ha sido
autorizada a las autoridades judiciales.
3.3 Principio de tipicidad:

Se encuentra regulada en el artículo 230.4 de la Ley N° 27444 de la siguiente


manera:

«Sólo constituyen conductas sancionables administrativamente las infracciones


previstas expresamente en normas con rango de ley mediante su tipificación
como tales, sin admitir interpretación extensiva o analogía. Las disposiciones
reglamentarias de desarrollo pueden especificar o graduar aquellas dirigidas a
identificar las conductas o determinar sanciones, sin constituir nuevas
conductas sancionables a las previstas legalmente, salvo los casos en que la ley
permita tipificar por vía reglamentaria».
Como ha señalado el Tribunal Constitucional «No debe identificarse el principio de
legalidad con el principio de tipicidad. El primero, garantizado por el ordinal "d" del
inciso 24) del artículo 2° de la Constitución, se satisface cuando se cumple con la
previsión de las infracciones y sanciones en la ley. El segundo, en cambio, constituye la
precisa definición de la conducta que la ley considera como falta…» (Exp. N.º 2050-2002-AA/TC-
Fundamento Jurídico N.º 9).

En este orden de ideas el Principio de Tipicidad exige tres aspectos concurrentes:


• La reserva de ley para la descripción de aquellas conductas pasibles de sanción
por la administración.
• La exigencia de exhaustividad en la descripción de las conductas sancionables
constitutivas de faltas administrativas disciplinarias.
• La interdicción de la analogía y la interpretación extensiva en la aplicación de los
supuestos descritos como faltas administrativas disciplinarias.
Conforme al Principio de Tipicidad cabe la posibilidad de que la ley permita
tipificar faltas administrativas disciplinarias por vía reglamentaria. En este
sentido, tenemos como principio a la reserva de ley, y como excepción, que la
propia ley pueda autorizar a la administración para que por vía reglamentaria
pueda realizar la tipificación de las faltas administrativas disciplinarias.

Asimismo, por vía reglamentaria se puede especificar o graduar previsiones


legales previas con el fin de mejor identificar las conductas constitutivas de falta
administrativa disciplinaria, pero sin constituir nuevas conductas sancionables a
las previstas legalmente.
Por otro lado, debemos tener en cuenta que en materia administrativa existe la
denominada tipificación indirecta, en la cual los elementos que conforman la falta
administrativa disciplinaria no se presentan en una misma norma, sino disgregadas en
normas distintas, e incluso cuerpos normativos separados.

Estos elementos son los siguientes:

1°Cuando se establece un mandato o una prohibición determinada para el servidor


público (la que indica «Queda prohibido X»).

2°Cuando se advierte que este incumplimiento constituye una falta administrativa


sancionable (“Constituye falta administrativa el incumplimiento de X”)

3°Finalmente, la sanción aplicable al caso. (Juan Carlos Morón Urbina. «Los Principios
delimitadores de la potestad sancionadora de la administración pública en la Ley
peruana»).
Respecto a la exigencia de exhaustividad en la descripción de la conductas
sancionables constitutivas de faltas administrativas el Tribunal Constitucional en los
fundamentos 6 y 7 de la sentencia recaída en el Expediente N.° 2192-2004-AA /TC ha
señalado lo siguiente:

«En el presente caso, la resolución impugnada que establece la máxima


sanción posible en vía administrativa, es decir, la destitución de los
recurrentes, tiene como respaldo legal el artículo 28º, incisos a) y d) del
Decreto Legislativo N.° 276… Este Tribunal considera que las dos
disposiciones invocadas en la resolución que establece la destitución de sus
puestos de trabajo de los recurrentes, son cláusulas de remisión que
requieren, de parte de la administración municipal, el desarrollo de
reglamentos normativos que permitan delimitar el ámbito de actuación de
la potestad sancionadora…»
Es necesario recordar que el mandato de tipificación que el Principio en análisis
conlleva, no solo se impone al legislador cuando establece la falta administrativa,
sino también a la autoridad cuando realiza la subsunción de una conducta a los
tipos legales existentes.

En este sentido el Tribunal del Servicio Civil en el fundamento 14 de la Resolución


N° 00061-2013-SERVIR/TSC-Primera Sala ha señalado:

«…por el principio de tipicidad, el cual constituye un límite a la potestad


sancionadora, se precisa cuál es la conducta que se considera como
falta administrativa, disciplinaria o penal; existiendo, en consecuencia,
no sólo la obligación por parte de la entidades públicas, tanto al
momento de iniciar un procedimiento administrativo disciplinario,
como al momento de resolver la imposición de una sanción, señalar
cuál es la norma o disposición que se ha incumplido, sino también
precisar cuál es la correspondiente falta que se ha cometido, la misma
que debe tener un correlato con la sanción a imponerse».
3.4 Principio del debido procedimiento:
Se encuentra regulada en el artículo 230.2 de la Ley N° 27444 de la siguiente
manera:

«Las entidades aplicarán sanciones sujetándose al procedimiento


establecido respetando las garantías del debido proceso».

El principio del debido procedimiento se encuentra previsto y reconocido en el


inciso 3) del artículo 139° de la Constitución Política.

Asimismo, aparecen detallados en el numeral 1.2 del artículo IV del Título


Preliminar de la Ley N° 27444 de la siguiente manera:

“… Los administrados gozan de todos los derechos y garantías


inherentes al debido procedimiento administrativo, que comprende el
derecho a exponer sus argumentos, a ofrecer y producir pruebas, a
obtener una decisión motivada y fundada en derecho…. ”.
En consecuencia, el debido procedimiento comprende todos los derechos y garantías
del procedimiento administrativo, principalmente, los tres señalados anteriormente:

- El derecho a exponer argumentos: derecho a exponer las razones y defensas del


imputado antes de la emisión de las resoluciones.

- El derecho a ofrecer y producir prueba: derecho a presentar medios de prueba, a


exigir que la administración produzca y actúe los medios ofrecidos, a contradecir las
pruebas de cargo, y la de controlar la actuación probatoria que se realice durante la
instrucción, y a que se valoren la prueba aportada.

- El derecho a obtener una decisión motivada y fundada en derecho: derecho a que


las resoluciones del procedimiento hagan expresa consideración de los argumentos de
derecho y de hecho que los motivan, y, en particular, de la graduación de la sanción a
aplicarse.
• Respecto a lo señalado, el Tribunal del Servicio Civil en el fundamento 24 de
la Resolución de Sala Plena N° 001-2012-SERVIR/TSC (precedente de
observancia obligatoria) ha establecido lo siguiente:

«…. todo procedimiento disciplinario tiene como presupuesto de


validez la comunicación escrita de los cargos imputados a un
administrado por parte de su entidad empleadora, con la necesaria
descripción de los hechos que le imputan y la mención exacta de las
normas que presuntamente ha vulnerado con su actuación, así como la
oportunidad de presentación de descargos dentro de un plazo
razonable y de forma previa a la aplicación de la sanción».
3.5 Principio de razonabilidad:
Se encuentra regulada en el artículo 230.3 de la Ley N° 27444 de la siguiente manera:
“Las autoridades deben prever que la comisión de la conducta sancionable no resulte
más ventajosa para el infractor que cumplir las normas infringidas o asumir la
sanción. Sin embargo, las sanciones a ser aplicadas deberán ser proporcionales al
incumplimiento calificado como infracción, debiendo observar los siguientes criterios
que en orden de prelación se señalan a efectos de su graduación:

a) La gravedad del daño al interés público y/o bien jurídico protegido;


b) EI perjuicio económico causado;
c) La repetición y/o continuidad en la comisión de la infracción;
d) Las circunstancias de la comisión de la infracción;
e) EI beneficio ilegalmente obtenido; y
f) La existencia o no de intencionalidad en la conducta del infractor."
Podemos observar que el Principio de Razonabilidad ha sido regulado en
dos niveles distintos:
- En su primer nivel, el principio constituye un criterio de política
normativa, según el cual se debe determinar que el beneficio obtenido
por el sujeto por la comisión de la falta administrativa no sea ventajosa
respecto a la sanción impuesta.

- En su segundo nivel, el principio al señalar los criterios de graduación de


la sanción busca cumplir sus fines de manera particular, caso por caso.
Aquí, la realización del principio significa una misión para el funcionario
con facultades resolutivas.

Sobre los dos niveles mencionados, podemos concluir en que, mientras el


primero se ubica en el momento de la aplicación de la sanción, el segundo
en cambio, se verifica al graduarse la sanción que se aplicará. (Conforme lo
señalado por Juan Carlos Morón Urbina en «Los principios delimitadores de la potestad sancionadora de la
administración pública en la Ley peruana»)
El principio de razonabilidad se encuentra vinculado estrechamente al
principio de proporcionalidad, al respecto el Tribunal Constitucional en el
fundamento 15 de la sentencia recaída en el Expediente Nº 2192-2004-
AA/TC, señaló lo siguiente:

“El principio de razonabilidad o proporcionalidad es consustancial


al Estado Social y Democrático de Derecho,...: puede
establecerse, prima facie, una similitud entre ambos principios,....
En este sentido, el principio de razonabilidad parece sugerir una
valoración respecto del resultado del razonamiento del juzgador
expresado en su decisión, mientras que el procedimiento para
llegar a este resultado sería la aplicación del principio de
proporcionalidad con sus tres subprincipios: de adecuación, de
necesidad y de proporcionalidad en sentido estricto o
ponderación.”
Estos subprincipios consisten en lo siguiente:

- de adecuación: la sanción debe ser idónea para lograr el fin u objetivo previsto
por el legislador cuando autorizó su empleo.

- de necesidad: la sanción elegida debe ser indispensable para satisfacer el fin al


cual se intenta oponer, conforme a las facultades autorizadas y a las
circunstancias de la comisión de la falta administrativa.

- de proporcionalidad : la sanción guarda una relación razonable –ventajas y


desventajas- con el fin que se procura alcanzar. (Juan Carlos Morón Urbina en «Los principios
delimitadores de la potestad sancionadora de la administración pública en la Ley peruana»)
La aplicación del principio de razonabilidad obliga a que la autoridad
competente no solo tenga que motivar la probanza de la falta
administrativa disciplinaria sino también de que manera ha ponderado la
conducta y los demás criterios atinentes para seleccionar la sanción a
imponer, e incluso, motivar la sanción elegida, dentro de las varias posibles.

Al respecto, el Tribunal del Servicio Civil en su Resolución N° 10506-2012-


SERVIR/TSC-Segunda Sala, ha señalado lo siguiente:

«… se efectuó una valoración de los antecedentes del


impugnante, de las evaluaciones de desempeño laboral, la
entrega de cargo y su perfil profesional, los cuales configuraron
atenuantes a la falta incurrida, razón por la cual se estableció que
la sanción debía ser el cese temporal por cuatro (04) meses y no
por los seis (06) meses que señaló la CPPAD. Lo que, a criterio de
esta Sala, se encuadra dentro de los parámetros que comprende
el principio de razonabilidad».(fundamento 15)
3.6 Principio de irretroactividad:
Se encuentra regulada en el artículo 230.5 de la Ley N° 27444 de la
siguiente manera:
«Son aplicables las disposiciones sancionadoras vigentes en el momento de
incurrir el administrado en la conducta a sancionar, salvo que las
posteriores le sean más favorables».

En consecuencia, según este principio:

- Las disposiciones disciplinarias producen efecto retroactivo en cuanto


favorezcan a la persona presuntamente responsable.

- Son de aplicación las disposiciones disciplinarias vigentes en el momento


de producirse los hechos que constituyan falta administrativa
disciplinaria.
El principio de irretroactividad es una derivación del principio de legalidad
en su acepción de lex previa (prohibición de retroactividad de las leyes que
establecen sanciones o penas). En este sentido, la exigencia de prexistencia
de las normas sancionadoras produce dos consecuencias:

- Se rechaza la sanción de comportamientos cometidos antes de


plasmarse, a nivel legislativo, su concreta tipificación.

- En la imposición de la sanción, las conductas típicas no sólo han de estar


contempladas y sancionadas por la ley vigente en el momento de su
comisión, sino también cuando se juzga o determina por el órgano
competente la aplicación de la norma sancionadora a dichos hechos.
El principio de irretroactividad contiene una excepción: la norma posterior será
aplicable a la calificación o sanción de la falta administrativa disciplinaria si,
integralmente considerada, fuere más favorable al administrado. Al respecto se
pueden considerar los siguiente supuestos:

- No se podrá sancionar aquellas conductas cuya norma tipificadora, vigente


cuando se cometieron los hechos antijurídicos, haya sido derogada con
carácter previo al momento de resolver.

- Ajustar la sanción cuando la nueva norma disminuya la cuantía de las


sanciones.

- Se hace necesaria la retroactividad cuando la nueva norma establezca plazos


inferiores de prescripción de las faltas administrativas disciplinarias y
sanciones.

- La retroactividad favorable debe operar también cuando la norma posterior


ocasione una ausencia de tipificación de conductas anteriores. (Conforme lo señalado por
Juan Carlos Morón Urbina en «Los principios delimitadores de la potestad sancionadora de la administración pública en la Ley peruana»).
3.7 Principio de concurso de infracciones:

Se encuentra regulada en el artículo 230.6 de la Ley N° 27444 de la siguiente


manera:

«Cuando una misma conducta califique como más de una infracción se


aplicará la sanción prevista para la infracción de mayor gravedad, sin
perjuicio que puedan exigirse las demás responsabilidades que establezcan
las leyes».

Se observa que el referido principio regula lo que se denomina «Concurso Ideal» el


mismo que se presenta cuando un hecho ilícito se encuentra subsumido en dos o
más tipos legales diferentes. En cambio, el «Concurso Real» se presenta cuando el
autor comete varios hechos punibles en tiempos y espacios distintos.
En consecuencia, nos encontraremos ante el concurso ideal de faltas
administrativas disciplinarias, en aquellos supuestos en los que se presenten
las siguientes condiciones:

- Hecho único: el acto realizado por el sujeto debe ser solamente uno.

- Concurrencia de normas legales: en la fecha de comisión de la falta


administrativa disciplinaria deben encontrarse vigentes dos o más normas
legales que tipifiquen como falta el hecho realizado por el autor.

- Las normas legales no sean excluyentes entre sí: una de las normas legales
aplicables a la conducta considerada como falta administrativa disciplinaria,
no debe excluir a las demás aparentemente aplicables a la misma por
razones de especialidad o determinación expresa de la norma.

Entonces, cuando estamos frente a un concurso ideal se aplica la


sanción dispuesta para la falta administrativa disciplinaria de más
gravedad.
3.8 Principio de continuidad de infracciones:

Se encuentra regulada en el artículo 230.7 de la Ley N° 27444 de la siguiente manera:

«Para determinar la procedencia de la imposición de sanciones por infracciones en las


que el administrado incurra en forma continua, se requiere que hayan transcurrido por
lo menos treinta (30) días hábiles desde la fecha de la imposición de la última sanción
y que se acredite haber solicitado al administrado que demuestre haber cesado la
infracción dentro de dicho plazo (...)”

La norma también establece casos en las que las entidades, bajo sanción de nulidad, no
pueden atribuir el supuesto de continuidad y/o la imposición de la sanción respectiva
(revisar la norma).
La infracción continuada puede ser definida como “el mantenimiento de una situación
ilícita en tanto no sea alterada mediante una conducta contraria por parte del autor de
la infracción ...”. (MALJAR, Daniel. «El derecho administrativo sancionador». Ad hoc Buenos Aires, 2004, p. 215).
Los presupuestos que se deben dar en forma conjunta para que se pueda configurar
una falta administrativa disciplinaria continuada son:
- Identidad subjetiva activa: coincidencia en el sujeto responsable del conjunto de
acciones que constituyen falta administrativa disciplinaria.

- Identidad subjetiva pasiva: la entidad afectada por la conducta que constituye falta
administrativa disciplinaria debe ser la misma.

- Pluralidad fáctica: deben darse varios hechos o conductas que sean capaces de
constituir por sí solas una falta administrativa disciplinaria.
- Proximidad temporal: las diversas acciones deben producirse de forma sucesiva
o intermitente en el tiempo, respondiendo a una sola unidad de finalidad.

- Identidad en los preceptos administrativos lesionados: es necesario que el


conjunto de acciones que constituyen falta administrativa disciplinaria infrinjan
los mismos preceptos administrativos. (Juan Carlos Morón Urbina. «Los Principios delimitadores de la
potestad sancionadora de la administración pública en la Ley peruana»).

.
La Administración se encuentra impedida de iniciar un nuevo procedimiento
administrativo disciplinario hasta que haya recaído resolución firme sobre el
primer procedimiento. En ese sentido la segunda parte del artículo 230.7 de
la Ley N° 27444 establece los supuestos en los que no se puede atribuir la
imposición de la sanción respectiva.
El aludido principio exige que frente a una falta administrativa disciplinaria
continuada en el tiempo, la Administración deba proceder a:

- Instruir un expediente disciplinario.


- Emitir la resolución de sanción.
- Requerir al administrado que demuestre haber cesado la falta administrativa
dentro del plazo de treinta (30) días.

Sólo cuando la Administración hubiere cumplido con estas tres


condiciones, recién podrá instruirse un segundo procedimiento
administrativo disciplinario.
3.9 Principio de causalidad:
Se encuentra regulada en el artículo 230.8 de la Ley N° 27444 de la siguiente manera:
«La responsabilidad debe recaer en quien realiza la conducta omisiva o
activa constitutiva de infracción sancionable».
En consecuencia:
-no se puede hacer responsable a una persona por un hecho ajeno, sino solo por los
propios,
-la conducta debe ser idónea y tenga la aptitud suficiente para producir la lesión, y no
tratarse simplemente de los casos de fuerza mayor, hecho de tercero, o la propia
conducta del perjudicado. (Juan Carlos Morón Urbina. «Los Principios delimitadores de la potestad sancionadora de la
administración pública en la Ley peruana»).

Cabe señalar que la imputación subjetiva a título de dolo o culpa son elementos que no se encuentran
recogidos por el «principio de causalidad», lo que no necesariamente debe llevarnos a la conclusión de
que en un procedimiento administrativo disciplinario no deban acreditarse dichos aspectos subjetivos;
más bien éstos pueden tomarse en cuenta para graduar la magnitud de la sanción a imponer. (Alonso
Peña Cabrera Freyre y Javier Jiménez Vivas «Principios y garantías del derecho administrativo sancionador» ).
3.10 Principio de presunción de licitud:

Se encuentra regulada en el artículo 230.9 de la Ley N° 27444 de la siguiente


manera:
«Las entidades deben presumir que los administrados han actuado
apegados a sus deberes mientras no cuenten con evidencia en
contrario».

El principio de presunción de licitud se encuentra previsto y reconocido en el


literal e) del numeral 24 del artículo 2 de la Constitución Política.

Conforme a esta presunción de licitud (inocencia o corrección), las autoridades


deben presumir que los administrados han actuado apegados a sus deberes
mientras no cuenten con evidencia en contrario y así se haya declarado a través
de una resolución administrativa.
Esta presunción significa un estado de certeza provisional por la que el imputado
adquiere los siguientes atributos a ser respetados por todos durante el procedimiento:

- A no ser sancionado sino en virtud de pruebas que generen convicción sobre la


responsabilidad del administrado y siempre que hayan sido obtenidas
legítimamente, con las garantías de control y contradicción por parte del
administrado. En consecuencia, un administrado no podría ser sancionado, por
ejemplo, sobre la base de una inferencia, de una sospecha, por falta de
apersonamiento o por la no absolución de los cargos.
- A que no se le imponga la carga de probar su propia inocencia, ya que corresponde
la actividad probatoria a la administración.
- A un tratamiento como inocente, a lo largo del procedimiento sancionador, por lo
que a los imputados deben ser respetados en todos sus derechos subjetivos, como
son al honor, la buena reputación, la dignidad, etc.
- A la absolución en caso de insuficiencia probatoria o duda razonable sobre su
responsabilidad. (Juan Carlos Morón Urbina. «Los Principios delimitadores de la potestad sancionadora de la
administración pública en la Ley peruana»).
3.11 Principio de Non bis in ídem:

Se encuentra regulada en el artículo 230.10 de la Ley N° 27444 de la siguiente manera:


«No se podrán imponer sucesiva o simultáneamente una pena y una sanción
administrativa por el mismo hecho en los casos en que se aprecie la identidad
del sujeto, hecho y fundamento.
Dicha prohibición se extiende también a las sanciones administrativas, salvo la
concurrencia del supuesto de continuación de infracciones a que se refiere el inciso 7».

Este principio busca proteger la seguridad jurídica de los administrados, o sea, que sus
conductas solo podrán ser imputadas, procesadas y, por ende, sancionadas, sucesiva o
independientemente, una sola vez. Proscribe la duplicidad de imputaciones,
procesamientos y sanciones por parte de la administración pública integralmente
considerada. (Juan Carlos Morón Urbina «Los principios delimitadores de la potestad sancionadora de la administración
pública en la Ley peruana»).
Se verificará un supuesto de doble sanción sólo si concurren los siguientes
requisitos:

- Identidad subjetiva: la incriminación se dirige a un mismo administrado.

- Identidad objetiva: los hechos constitutivos de falta administrativa


disciplinaria deben ser los mismos.

- Identidad causal o de fundamento: que exista superposición exacta


entre los bienes jurídicos protegidos y los intereses tutelados por las
distintas normas sancionadoras, de suerte tal que, si los bienes jurídicos
que se persigue en los distintos ordenamientos resultan ser
heterogéneos existirá diversidad de fundamento, mientras que si son
iguales no procederá la doble punición.
El Tribunal Constitucional respecto a la identidad de fundamento ha
señalado que:
«… es la clave que define el sentido del principio: no cabe la doble sanción
del mismo sujeto por un mismo hecho cuando la punición se fundamenta
en un mismo contenido injusto, esto es, en la lesión de un mismo bien
jurídico o un mismo interés protegido». (Fundamento 19 de la sentencia recaída en
el Expediente N° 2050-2002-AA/TC )

Asimismo, en el Informe Legal N° 127-2010-SERVIR/GG-OAJ (fuente


informativa especializada y acreditada) la Oficina de Asesoría Jurídica de la
Autoridad del Servicio Civil opina que:
«Dado que las responsabilidades penales, civiles y administrativas pueden
tener un fundamento y regulación diferente, el procesamiento judicial de
determinados funcionarios o servidores no determina necesariamente la
imposibilidad de iniciar un procesamiento administrativo, orientado a
determinar la responsabilidad que en este ámbito se haya generado por
la violación de un bien jurídico distinto al que es materia de
procesamiento judicial».
3.12 Principio de inmediatez:
El fundamento 22 de la Resolución de la Sala Plena N° 003-2010-SERVIR/TSC,
precedente de observancia obligatoria, señala que :
“la inmediatez es un principio complementario de la potestad
disciplinaria estatal que se traduce en la necesidad de que las
entidades conduzcan procesos administrativos disciplinarios
estrictamente ceñidos a los principios de impulso de oficio,
celeridad, simplicidad y uniformidad, en un proceso respetuoso de
los derecho y garantías del debido procedimiento administrativo”.

-Impulso de oficio: las autoridades deben dirigir e impulsar de oficio el


procedimiento y ordenar la realización o práctica de los actos que resulten
convenientes para el esclarecimiento y resolución de las cuestiones necesarias.
-Celeridad: quienes participan en el procedimiento deben ajustar su actuación de
tal modo que se dote al trámite de la máxima dinámica posible.
-Simplicidad: los trámites establecidos por la autoridad administrativa deberán
ser sencillos, debiendo eliminarse toda complejidad innecesaria.
-Uniformidad: la autoridad administrativa deberá establecer requisitos similares
para trámites similares.
El fundamento 23 de la Resolución de la Sala Plena N° 003-2010-SERVIR/TSC, precedente
de observancia obligatoria, señala como criterios del principio de inmediatez los
siguientes:
(i) El inicio de los procesos disciplinarios tan pronto la entidad tenga conocimiento de la
falta y con la oportunidad necesaria para garantizar el respeto de los derechos y
garantía del debido procedimiento administrativo y la eficacia de la potestad
inquisitiva de la Administración para conocer los hechos que motivan la
investigación.

(ii) El ejercicio diligente de las potestades otorgadas a los órganos de gestión de personal
o a las comisiones permanentes de procesos disciplinarios, de acuerdo con la
gravedad de la falta.

(iii) El cumplimiento estricto de los plazos máximos de duración del proceso disciplinario
que correspondan a cada régimen laboral y, ante su inexistencia, la adecuación de
sus pasos a los términos estrictamente necesarios para cumplir su finalidad.
(iv) La inclusión en la motivación de los actos administrativos de las razones que
causaron la demora en la tramitación de los procedimientos que les dieron origen,
en caso de haberse producido tales dilaciones.

(v) La comunicación y procesamiento de las dilaciones injustificadas a los órganos


institucionales correspondientes para que determinen responsabilidades y apliquen
las sanciones a que hubiere lugar.

(iv) La adopción de acciones tendientes a que los procesos disciplinarios sean ventilados
con celeridad, oportunidad y eficacia.
Ahora bien, el incumplimiento de los referidos principios no necesariamente
afectan la validez del procedimiento disciplinario, al respecto el Tribunal del
Servicio Civil de la Resolución N° 00037-2013-SERVIR/TSC-Segunda Sala ha
precisado que:

«… el principio de inmediatez se inserta como una pauta orientadora


para el ejercicio de la potestad disciplinaria del Estado empleador sobre los
servidores y funcionarios sujetos al régimen de la carrera administrativa, por lo
cual, no tiene como efecto necesario la condonación de la falta
cometida…»(fundamento 15)

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