FACULTAD DE DERECHO
UNIVERSIDAD COOPERATIVA DE
COLOMBIA
DOCENTE
JAVIER ALBERTO ROMERO JIMENEZ
I: Bases constitucionales del Derecho Procesal del Trabajo y la
Seguridad Social
II: Conceptos preliminares
III: Evolución histórica del Derecho Procesal del Trabajo en
Colombia
IV: De los conflictos del trabajo
V: Principios característicos del Procedimiento del Trabajo y la
Seguridad Social
VI: Jurisdicción del trabajo y la seguridad social
VII: De la competencia
VIII: Del Ministerio Público
IX: Demanda y contestación
X: De las excepciones
XI: De la representación judicial
XII: De las notificaciones
XIII: De las pruebas
XIV: De los medios de impugnación y del grado Jurisdiccional
de consulta
CONCEPTOS SOBRE DERECHO
PROCESAL Y PROCESO.
1. Hugo Alsina : “Es el conjunto de normas que
regulan la actividad jurisdiccional del Estado para
la aplicación de las leyes de fondo, y su estudio
comprende la organización del Poder Judicial, la
determinación de la competencia de los
funcionarios que la integran y la actuación del juez
y las partes en la sustanciación del proceso”.
Tratado teórico-práctico de derecho procesal civil y
comercial, t. 1, 2da ed., Buenos Aires. Ediar.
2. Miguel Gerardo Salazar: “El Derecho
Procesal del Trabajo es el conjunto de normas que
regula el modo como deben ventilarse y resolverse
los conflictos jurídicos y económicos que se
originan directa o indirectamente del contrato de
trabajo, cuyo conocimiento corresponde a la
3. Francesco Carnelutti : “El proceso es un conjunto de
actos dirigidos a la formación o a la actuación de mandatos
jurídicos cuya característica consiste en la colaboración para
éste fin de las personas interesadas (partes) con una o más
personas desinteresadas (jueces)”.
4. Giuseppe Chiovenda: “El fin del proceso es la protección
de un derecho subjetivo mediante la actuación de un derecho
objetivo”.
5. Ugo Rocco: “El proceso es el conjunto de actividades del
órgano jurisdiccional y de las partes, necesarias para la
declaración o la realización coactiva de los tutelados por la
norma jurídica, en caso de incertidumbre o de inobservancia de
la misma norma”.
6. Eduardo Couture: “la idea del proceso en necesariamente
teleológica, pues solo se explica por su fin. El proceso por el
proceso no existe. El fin del proceso es dirimir un conflicto
sometido a los órganos de la jurisdicción. El fin del proceso
apunta a obtener la tutela jurídica de los derechos sustanciales”
RESEÑA HISTORICA JURIDICA DEL DERECHO
PROCESAL LABORAL COLOMBIANO.
2.1 Gratuidad
2.2. Oralidad
2.3. Inmediación
2.4. Publicidad
2.5. Inquisitivo
2.6. Preclusión
2.7. Concentración de pruebas
2.8. Lealtad procesal
2.9.Celeridad
2.10. Conciliación
2.11. Libre apreciación de
pruebas
2.12. Proteccionista
2.13. De orden público
2.14. Verdad real
2.15. Extra y Ultra petita
2.16. Eventualidad
GRATUIDAD. “La actuación en los procesos del trabajo se adelantará en
papel común, no dará lugar a impuesto de timbre nacional ni a derechos
de secretaría, y los expedientes, despachos, exhortos y demás actuaciones
cursarán libres de porte por los correos nacionales” (artículo 39 del Código
Procesal del Trabajo).
El fundamento de este principio lo dibuja EDUARDO J. COUTURE, en los
términos siguientes: “Si en un proceso actúan frente a frente el pobre y el
rico, debiendo pagar ambos los gastos de justicia, no existe igualdad
posible, porque mientras el pobre consume sus reservas más esenciales
para la vida, el rico litiga sin sacrificio y hasta con desprecio por el costo de
la justicia. No existen pues, dos (2) partes iguales, sino una dominante por
su independencia económica y otra dominada por su sujeción económica”.
Sin embargo, el principio de la gratuidad no es absoluto, pues existen
actos procesales que por su propia naturaleza son onerosos, así:
El juez podrá ordenar, a costa de una de las partes, o de ambas, según a
quien o a quienes aproveche, la práctica de pruebas.
Los honorarios del perito.
La condena en costas, que debe hacerse conforme a las normas del Código
de Procedimiento Civil.
Los honorarios del curador ad litem, ahora se pagan gastos de curaduría.
Los honorarios del secuestre y del traductor o intérprete.
ORALIDAD. “Las actuaciones y diligencias judiciales, la
práctica de pruebas y la sustanciación se efectuarán oralmente
en audiencia pública, so pena de nulidad …” (artículo 42 del
Código Procesal del Trabajo).
Siguiendo la pauta universal, el legislador colombiano dispuso
que el trámite de los procesos laborales se adelante oralmente.
Con LA ORALIDAD se obtiene una comunicación directa entre
el juez y las partes, lo mismo que con las demás personas que
intervienen en el proceso. Nadie puede desconocer las ventajas
que el proceso oral tiene frente al puramente escrito.
Desde luego que hay actos procesales dentro del proceso
laboral que por su propia naturaleza no pueden sujetarse a la
oralidad. Son ellos:
La formulación de la demanda para todo proceso debe hacerse
por escrito (excepto en el proceso ordinario de única instancia).
La respuesta o contestación a la demanda debe ser por escrito.
Y,
La demanda de casación y su réplica tienen que presentarse
por escrito.
INMEDIACION. Persigue que el juez que debe pronunciar la
sentencia haya asistido al desarrollo de las pruebas de las
cuales debe derivar su convencimiento, esto es, que haya
entrado en relación directa con las partes, con los testigos,
con los peritos, y con los objetos del proceso, de modo que
pueda apreciar las declaraciones de tales personas y la
condición de los lugares, a base de la inmediata percepción
recibida de ellos y no con fundamento en una relación ajena.
El juez debe conocer a las partes, apreciar sus condiciones
morales, interrogarles, requerirles respuestas concretas,
pedirles aclaraciones o explicaciones, etcétera.
En el Código Procesal del Trabajo la inmediación está
contemplada en el artículo 52, que ordena al juez practicar
personalmente todas las pruebas. Y cuando ello no le es
posible, debiendo comisionar a otro juez, éste recibirá las
pruebas por sí mismo y comunicará al comitente su
apreciación íntima acerca de ellas, que en el caso de los
testigos consistirá en el concepto que le merecen y las
circunstancias de mayor o menor credibilidad de sus dichos.
PUBLICIDAD. El principio de LA PUBLICIDAD se cumple
realizando dentro de “audiencia pública” los trámites inherentes al
proceso.
Empero, hay actos procesales que por su fuerza no pueden
efectuarse dentro de audiencia. Entre ellos se tienen:
La formulación y contestación de la demanda.
La interposición de algunos recursos, especialmente si van contra
providencias que no han sido notificadas en estrados.
La concesión de algunos recursos.
Los traslados.
La mayoría de las actuaciones en los procesos ejecutivos.
El pronunciamiento de la sentencia de segunda (2ª) instancia en el
proceso de fuero sindical. Y,
El pronunciamiento de la sentencia de casación.
De otro lado, el mismo código permite que por razones de orden
público o de buenas costumbres, se prescinda de la publicidad,
debiéndose en tal caso realizar la audiencia en forma privada.
Se ha dicho que “la publicidad en los procesos laborales se
fundamenta en el interés público o social que existe con respecto a
los conflictos que emanan del trabajo humano subordinado”.
IMPULSO PROCESAL DE OFICIO, PODER INQUISITIVO O
CONTUMACIA. Si bien al juez laboral no le es permitido iniciar
oficiosamente los procesos porque cada uno de ellos requiere un acto de
parte cual es el de la presentación de la demanda; una vez presentada, el
funcionario está en la obligación de tramitar el proceso hasta su
culminación, al punto de que cuando una de las partes o ambas dejan de
asistir a las audiencias, no por ello se paraliza el proceso, pues el juez debe
proseguir su trámite hasta fallar.
El artículo 48 del Código Procesal del Trabajo exige al juez que dirija el
proceso en forma que garantice su rápido adelantamiento, sin perjuicio de
la defensa de las partes. No puede, desde luego apartarse de los trámites o
etapas señaladas en el código, porque con ello estaría violentando dicha
defensa.
El principio de impulso procesal de oficio constituye una diferencia
ostensible frente al procedimiento civil, pues en éste es permitido el
fenómeno de la PERENCION, consistente en que si el expediente
permanece en la secretaría durante seis (6) o más meses, por estar
pendiente su trámite de un acto del demandante, el juez decretará dicha
perención, si el demandado lo solicita antes de que aquél ejecute dicho
acto. Tal figura significa la finalización del proceso e impide que el
demandante lo inicie de nuevo durante los dos (2) años siguientes contados
a partir de la notificación del auto que la decrete. En el procedimiento
laboral la perención no puede presentarse, por las razones ya anotadas.
CONCENTRACION DE PRUEBAS. Este
principio significa que las pruebas se produzcan
en el mismo acto.
El Código Procesal del Trabajo cumple a
cabalidad con tal enunciado, pues exige que
tanto en la demanda como en su contestación
se haga una relación concreta o específica de
las pruebas que se van a utilizar en el debate.
Desaparece así la posibilidad de que haya
sorpresas entre los litigantes, quienes no
pueden guardar pruebas o argumentos para
utilizarlos en etapas avanzadas del proceso.
Además, la práctica de las pruebas se hace en
un período completamente definido, cual es las
audiencias de trámite, lo cual permite que el
juez de primera (1ª) instancia pueda dictar una
LEALTAD PROCESAL. Las partes deberán comportarse con lealtad y
probidad durante el proceso y el juez hará uso de sus poderes para rechazar
cualquier solicitud o acto que implique una dilación manifiesta o ineficaz del
litigio o cuando se convenza de que cualquiera de las partes o ambas se
sirven del proceso para realizar un acto simulado o para perseguir un fin
prohibido por la ley (Código Procesal del Trabajo, artículo 49).
A dos (2) aspectos se contrae la norma anterior:
La obligación de los litigantes de comportarse con lealtad y probidad. Y,
El deber del juez del conocimiento de impedir cualquier dilación del proceso
o que una o ambas partes utilicen el mismo para simular actos u obtener
fines ilícitos.
Respecto al primer asunto, el estatuto del ejercicio de la abogacía (decreto
196 de 1971) trae una relación de los actos contra la dignidad de la
profesión, contra el decoro profesional, contra el respeto y recta
administración de justicia, contra la lealtad debida a la administración de
justicia, contra la lealtad con el cliente y para con los litigantes; actos éstos
todos atentatorios de la forma proba, honesta y correcta como deben
comportarse las partes en el proceso. Tal estatuto contempla las sanciones a
que son acreedoras las personas que violen sus preceptos. En cuanto al
deber del juez de impedir la dilación manifiesta o ineficaz del proceso, ella
no es más que una consecuencia de la facultad que tiene para dirigir el
proceso de manera que garantice su rápido adelantamiento (Código
Procesal del Trabajo, artículo 48).
LIBRE APRECIACION DE LAS PRUEBAS. El artículo 61 del
Código Procesal del Trabajo dice que el juez no estará sujeto a
la tarifa legal de pruebas y por lo tanto formará libremente su
convencimiento, inspirándose en los principios científicos que
informan la crítica de la prueba y atendiendo a las
circunstancias relevantes del pleito y a la conducta procesal
observada por las partes. Agrega la norma que, en todo caso,
en la parte motiva de la sentencia el juez indicará los hechos y
las circunstancias que causaron su convencimiento.
Significa lo anterior que el juez laboral no está atado al sistema
de la tarifa legal de pruebas (más conocido como “prueba
positiva o legal”), según el cual las pruebas tienen un valor
inalterable y constante, independientemente del criterio del
juez, quien se limita a aplicar la ley a los casos particulares.
Pero lo dicho no significa que los jueces laborales en asuntos
de trabajo tengan la misma libertad de que gozan los jueces de
conciencia, para los cuales basta el convencimiento moral, sin
que estén obligados a explicar los medios por los cuales
llegaron a él.
Se trata, como ha dicho la jurisprudencia, de un
sistema combinado: al lado del libre
convencimiento está el de la persuasión racional.
El método autorizado por el artículo 61 se inspira
en la sana crítica o sea la unión de la lógica y la
experiencia. De todos modos, así lo exige la norma,
el juez debe explicar qué medios probatorios, de
los autorizados por la ley, lo convencieron.
Cuando la ley exige determinada PRUEBA
SOLEMNE (ad substantiam actus), no se podrá
admitir su demostración por otro medio.
Ejem, requieren prueba solemne, entre otras, el
contrato a término fijo, el período de prueba, el
contrato de aprendizaje y la existencia y
personería del sindicato.
FALLOS ULTRA Y EXTRA PETITA. En materia procesal civil está
limitada la actividad del fallador por el principio de “las congruencias”,
pues la sentencia deberá estar en consonancia con los hechos y las
pretensiones aducidos en la demanda, y con las excepciones que
aparezcan probadas y hubieren sido alegadas si así lo exige la ley. No
podrá condenarse al demandado por cantidad superior o por objeto
distinto del pretendido en la demanda ni por causa diferente a la
invocada en ésta. En otras palabras, el juez civil está constreñido a
sentenciar conforme a las cifras del reclamo, es decir, “intra petita”.
Pues bien: en materia laboral el juez podrá ordenar el pago de salarios,
prestaciones e indemnizaciones distintos de los pedidos o condenar al
pago de sumas mayores de las demandadas por el mismo concepto
(Código Procesal del Trabajo, artículo 50).
La norma anterior tiene un claro fundamento:
la IRRENUNCIABILIDAD DE DERECHOS Y GARANTIAS que
corresponden al trabajador (Código Sustantivo del Trabajo, artículo
14).
ULTRA significa “más allá de” y EXTRA significa “por fuera de”. Será
fallo ultra petita aquél que condene por sumas mayores de las
demandadas por el mismo concepto. Y será fallo extra petita el que
reconozca conceptos distintos de los pedidos en la demanda.
El fallador no puede arbitrariamente pronunciarse ultra ó extra petita. Es
menester que se reúnan ciertos requisitos dentro del proceso. En el caso de la
condena ultra petita es necesario que aparezca que las sumas demandadas
son inferiores a las que corresponden al trabajador y que no le hayan sido
pagadas. Y para la condena extra petita los hechos que dan lugar a la decisión
del juez deben haber sido discutidos en el proceso y estar debidamente
probados.
Naturalmente, el juez debe actuar con prudencia en estos casos, porque bien
puede acontecer que el trabajador solicite el pago de un derecho en una
cantidad inferior, por la simple razón de que anteriormente se le cubrió el
resto; o que no demande determinada prestación sencillamente porque le fue
satisfecha en oportunidad.
La Corte Constitucional mediante sentencia C. 662 de 12 de noviembre de
1998, declaró inexequible la expresión “de primera instancia”, contenida en el
artículo 50 del Código Procesal del Trabajo, al considerar que la misma
implicaba un criterio diferenciador (el de la cuantía de los procesos que es la
que determina la competencia), violatorio del derecho de igualdad “para
aquellos que tramitan sus litigios por la vía procesal de la única instancia
frente a los que pueden hacerlo por la vía de la doble instancia, a pesar de la
identidad material que presenta con respecto al contenido de sus
reclamaciones”.
Empero, al sentenciador de segundo (2°) grado sí le está prohibida la facultad
de fallar ultra o extra petita, aunque apelen ambas partes, porque de hacerlo
estaría utilizando una discrecionalidad que sólo compete a los jueces.
LIBERTAD EN LAS FORMAS PROCESALES. Los actos del proceso
para los cuales las leyes no prescriben una forma determinada, los
realizará el juez o dispondrá que se lleven a cabo, de manera
adecuada al logro de su finalidad (Código Procesal del Trabajo,
artículo 40).
La doctrina clasifica los actos procesales, según su origen, en actos
de parte y actos del juez.
Como ACTOS de PARTE, están, entre otros, la demanda, su
contestación, la proposición de excepciones, la interposición de
recursos, etcétera. Y como ACTOS del JUEZ, aparecen los autos (de
sustanciación o interlocutorios) y las sentencias ( de mérito e
inhibitorias).
Una revisión del trámite de los procesos laborales lleva a concluir
que la generalidad de sus etapas está formalmente prevista en el
Código Procesal del Trabajo. Más aún, su artículo 145 dispone que a
falta de disposiciones especiales en el procedimiento del trabajo, se
aplicarán las normas análogas de dicho código y en su defecto las
del Código de Procedimiento Civil.
Así las cosas, la previsión que hace el artículo 40 ibídem se explica
sólo como un exceso de celo o cuidado por parte de los autores del
código.
EVENTUALIDAD. A través de este principio se
trata de imponer que las partes aporten de una
sola vez todos los medios de ataque y de
defensa.
El Código Procesal del Trabajo al efecto, obliga
al demandante y al demandado a que
manifiesten desde un comienzo, es decir, en la
demanda y en la contestación, no sólo los
hechos en que se fundamentan sus
pretensiones sino los medios probatorios que
utilizarán para defenderlas.
Por lo tanto no se podrá solicitar pruebas en las
etapas que señale la ley.
DE LOS CONFLICTOS DEL TRABAJO
JURISDICCION
ARTICULO 1o. APLICACION DE ESTE CÓDIGO.
Los asuntos de que conoce la Jurisdicción Ordinaria
en sus especialidades laboral y de seguridad social
se tramitarán de conformidad con el presente
Código.
ART 2o. COMPETENCIA GENERAL. La
Jurisdicción Ordinaria, en sus especialidades
laboral y de seguridad social conoce de:
1. Los conflictos jurídicos que se originen directa o
indirectamente en el contrato de trabajo.
2. Las acciones sobre fuero sindical, cualquiera
sea la naturaleza de la relación laboral.
3. La suspensión, disolución, liquidación de
sindicatos y la cancelación del registro sindical.
4. Modificado por del artículo 622 de la Ley 1564 de
2012. Las controversias relativas a la prestación de los
servicios de la seguridad social que se susciten entre
los afiliados, beneficiarios o usuarios, los empleadores
y las entidades administradoras o prestadoras, salvo
los de responsabilidad médica y los relacionados con
contratos.
5. La ejecución de obligaciones emanadas de la relación
de trabajo y del sistema de seguridad social integral que
no correspondan a otra autoridad.
6. Los conflictos jurídicos que se originan en el
reconocimiento y pago de honorarios o remuneraciones
por servicios personales de carácter privado, cualquiera
que sea la relación que los motive.
7. La ejecución de las multas impuestas a favor del
Servicio Nacional de Aprendizaje, por incumplimiento de
las cuotas establecidas sobre el número de aprendices,
dictadas conforme al numeral 13 del artículo 13 de la
Ley 119 de 1994.
8. El recurso de anulación de laudos arbitrales.
9. El recurso de revisión.
10. Adicionado por el artículo 3 de la Ley 1210 de 2008.
La calificación de la suspensión o paro colectivo del
trabajo.
ASUNTOS DE QUE CONOCE LA JURISDICCION DEL
TRABAJO. La ley 362 de 1997 reformó en su totalidad el
artículo 2º del Código Procesal del Trabajo. Se tiene entonces
que hoy por hoy la jurisdicción laboral tiene a cargo los
siguientes asuntos:
1. Conflictos jurídicos que se originen directa o
indirectamente del contrato de trabajo.
Se limita a CONFLICTOS de tipo JURIDICO, sean éstos
individuales o colectivos. El juez laboral no conoce de los
conflictos de naturaleza económica.
Se utiliza el término “contrato de trabajo”, que como se sabe
es más restringido que el de “relación de trabajo”. El contrato
conlleva la noción de capacidad, voluntad, objeto y causa
lícitos. La relación de trabajo, en cambio, emerge de la
prestación efectiva del servicio. Es el conjunto de derechos y
obligaciones que surgen para empleadores y trabajadores del
simple hecho de la prestación del servicio. Puede haber
relación de trabajo sin que exista contrato de trabajo, como
ocurre en el caso de los empleados públicos, contrato realidad.
La jurisdicción laboral conoce, a través de las
acciones ORDINARIAS, de los conflictos
jurídicos derivados de cualquier contrato de
trabajo, es decir, no sólo de los celebrados
entre particulares sino también los existentes
entre la administración pública y algunos de
sus servidores, o sea los TRABAJADORES
OFICIALES.