Es normal que la presión arterial varíe frecuentemente para que nuestro organismo pueda adaptarse a diversas
situaciones, por lo que es importante tomarla correctamente. Las variaciones más importantes son las siguientes:
La presión arterial sigue un ritmo de 24 horas para adaptarse a la actividad y el reposo, de forma que es más alta
durante el día y se reduce durante el sueño. Es normal que durante el sueño la presión arterial descienda algo más del
10 por ciento respecto de las cifras medias durante la actividad.
Antes de la menopausia, la hipertensión es menos frecuente que en el hombre, mientras que después aumenta la
prevalencia en la mujer y supera a la de los hombres.
Variaciones por la estación del año y la altura
Debido al efecto vasodilatador del calor, en los meses de verano la presión arterial puede ser
más baja que en los meses fríos. Por eso las personas con tensión arterial elevada deben evitar
exponerse demasiado al sol en verano e hidratarse correctamente tomando líquidos suficientes.
En las estancias en la playa, la altitud al nivel del mar, también contribuye a reducir la presión
arterial, por lo que algunos pacientes pueden necesitar una dosis menor de medicamentos
antihipertensivos
El dolor, las emociones intensas y el miedo pueden provocar elevaciones transitorias de la presión
arterial.
También en algunas personas, la toma de la presión arterial en la consulta médica o de enfermería puede
dar valores superiores a los que tienen habitualmente, dando lugar al conocido fenómeno del “Síndrome
de la bata blanca”. En estas personas es especialmente útil la medida de la presión arterial en el domicilio.