Venciblemente errónea: se es
responsable del error porque se pudo
y se debió corregir, pero no se hizo
nada (despreocupación por la formación
de conciencia, “a fuerza de vivir en
contra de lo que se piensa se acaba
pensando como se vive”...).
LA CONCIENCIA. TERMINOLOGÍA
b) Clases de conciencia –
Normatividad
Cierta: posee una convicción firme,
emitiendo el dictamen de modo categórico, sin
miedo a equivocarse (certeza moral práctica:
al juicio de conciencia no se opone ningún
motivo serio de duda). Hay que obrar siempre
con conciencia cierta, nunca con conciencia
dudosa.
LA CONCIENCIA. TERMINOLOGÍA
b) Clases de conciencia –
Normatividad
Escrupulosa: continuo miedo e
inseguridad, sensible ante unos valores
y simultáneamente despreocupada ante
otros; causas psicopatológicas ±
reforzadas por factores exteriores (presión
socio-religiosa, formación religiosa escasa
o deforme...).
LA CONCIENCIA. INDIVIDUAL-
PRESIÓN GRUPAL
Nivel preconvencional: Heteronomía. El niño
obra por las consecuencias inmediatas de premio o
castigo (1ª etapa), placer o disgusto, o por sumisión
al poder físico de quienes formulan tales normas.
Estamos en el campo de la anomía y del utilitarismo,
cuando no se obra por normas, sino por el resultado
–casi mágico– y por el interés (2ª: instrumental–
relativista). Educar la conciencia para que vaya
abandonando esta etapa en la que el bien o el mal
está en el campo de lo benéfico–maléfico, de lo
utilitario.
LA CONCIENCIA. INDIVIDUAL-
PRESIÓN GRUPAL
Nivel convencional: Socionomía. El yo se identifica
con la sociedad y responde a las expectativas de la
familia o del grupo social, independientemente de las
consecuencias obvias e inmediatas (3ª: concordancia
interpersonal), para conservar la imagen de persona
aceptada por el grupo, o configurarse según las
normas que mantienen un orden social determinado
y que tienen un valor en sí mismas (4ª: Ley y orden).
La conciencia es heterónoma o sociónoma.
Educar la conciencia requiere un esfuerzo para
personalizar los valores y reforzar el valor de la
intención que ya empieza a aparecer
LA CONCIENCIA. INDIVIDUAL-
PRESIÓN GRUPAL
Nivel postconvencional: Autonomía. Adolescente o
juvenil. El yo se diferencia de los roles sociales
(identidad personal) y define los valores y principios
morales según unos principios de justicia escogidos
por él, válidos y aplicables independientemente de la
autoridad (del aplauso o reprobación del grupo o de
las personas) y de las ventajas o desventajas.
Comienza siendo relativista y apelando al contrato y
consenso sociales (5ª) para desembocar en la
autonomía y opciones fundamentales orientadas por
principios éticos universales (6ª).
LA CONCIENCIA. INDIVIDUAL-
PRESIÓN GRUPAL
La interpretación de este esquema ha de ser flexible:
la edad cronológica no siempre coincide con la
madurez ética (hay progresos, estancamientos y
regresiones) y falta la referencia a la formación (sea
cristiana o de otra religión) de la conciencia; pero es
aplicable tanto a la conciencia personal como a las
sociedades y culturas; además, aunque no aluda
explícitamente, recupera la seriedad del orden moral
objetivo o “natural”, frente a la facticidad social o el
intuicionismo subjetivo.