LA PUBLICIDAD
MARIA DOLORES FLOR ASENCIO
15 marzo 2019
Teofrasto Reanudot creó una oficina de direcciones donde
recogía los anuncios clasificados para su periódico de anuncios;
ésta fue, en cierta forma, el antepasado directo de las agencias
publicitarias.
LOS AGENTES DE PUBLICIDAD Y
LOS CAFÉS DE LONDRES.
• A comienzos del siglo XVIII, en algunos cafés de Londres, se discutía de política, se hacían tertulias
literarias, se preparaban movimientos revolucionarios, y se hacían transacciones comerciales y negocios.
Este tipo de locales servían también como punto de distribución de los periódicos y de hojas
informativas sobre mercancías llegadas a puerto.
• Los ingleses fueron los primeros que ven la necesidad de contar con alguna forma de organización para
la publicidad.
• Las negociaciones de los precios de los anuncios con los editores de los periódicos locales, el fijar las
fechas y lugares de aparición de sus anuncios y el hecho de, a menudo, adelantar el dinero
correspondiente, en un principio se hacía en un clima de forzada confianza, pero también de
incertidumbre; faltaba garantía, faltaba profesionalidad.
• Las negociaciones de los precios de los anuncios con los editores de los periódicos
locales, el fijar las fechas y lugares de aparición de sus anuncios y el hecho de, a menudo,
adelantar el dinero correspondiente, en un principio se hacía en un clima de forzada
confianza, pero también de incertidumbre; faltaba garantía, faltaba profesionalidad.
• Los anunciantes necesitaban que alguien se encargase de las gestiones, de los pagos, de la
redacción de los anuncios. Estos servicios fueron requeridos paulatinamente a aquellos
que fueron llamados “agentes”. Si el agente garantizaba al periódico el pago de un espacio
por parte del anunciante, cobraba una comisión (pagada por el periódico).
• Otra función de los agentes de publicidad en Inglaterra: no sólo llevar la publicidad desde Londres a los
periódicos locales y provinciales sino también las noticias de los grandes diarios.
• Primer agente profesional conocido: William Tayler; trabajó a finales del XVIII, y se vendía así mismo
como “agente de impresores y libreros del condado”.
• Fundador de la publicidad en Inglaterra: James White. Formó su primera agencia de publicidad en 1800.
No se dedicaba exclusivamente al negocio publicitario, también proporcionaba noticias (de unos
periódicos a otros) impresión, grabados...
• Entre 1830 y 1840 los agentes elaboran listas de periódicos (soportes publicitarios), en forma de
carteles o de libritos de referencia, incluyendo todo tipo de detalles que pudiesen servir a sus clientes; a
parte de los fundamentales (precios, espacios disponibles, periodicidad), también la postura política, el
número de anuncios que solían llevar, etc.
• En 1852 se edita una guía de agentes de publicidad: los más respetables, responsables, y con
los cuales un anunciante puede trabajar confiando; todo según el editor de esta guía, un viejo
anunciante anónimo.
• En Francia, la agencia Havas es considerada como el origen, tanto de las agencias de
información como de publicidad; nace en 1835 como agencia de noticias, y una década
después introduce la publicidad.
• Francia, 1845: Société des Annonces: primera auténtica agencia de publicidad: - Lleva la
publicidad de los periódicos más asentados. - Charles Duveynier, creador del negocio, organiza
una clasificación de los anuncios en distintas clases, diferenciando tarifas. - Llega a abrir 200
oficinas para la recogida de anuncios.
• España, 1853: Sociedad general de anuncios (al estilo de la francesa), pero la más
representativa de la época es “Roldós y compañía” la fundada en 1870 por Rafael Roldós,
pionero de la profesión publicidad en España.
• EEUU: dos agentes, Palmer y Hooper, se disputan el reconocimiento de ser los primeros
agentes de publicidad norteamericanos. En 1841 empezaron su trabajo a comisión en
publicidad. Hooper abrieron una única oficina en NY. Palmer lo hizo en Filadelfia,
aconsejando a veces a los anunciantes sobre los mejores periódicos a utilizar; los
editores de estos periódicos recomendados se sentían agradecidos por la publicidad
conseguida y daban comisiones al agente. Esto hacía prosperar rápido a la agencia.
• EEUU, década de1850: George Rowell instaura nuevos mecanismos de funcionamiento: compra grandes
espacios de periódicos pagando en efectivo y luego los revende divididos en pequeños recuadros a precio de
minorista, con el consiguiente beneficio. En 1865 se le ocurrió la venta de una especie de “paquete de medios”:
compró una columna al mes en 100 periódicos y vendía estas 100 columnas por líneas, ofreciendo una línea de
publicidad en 100 periódicos durante un mes por un precio barato.
• En 2869 publicó una guía de medios: American Newspaper Directory: directorio de periódicos con sus tarifas y
estimaciones de circulación: esto le vino bien sobre todo a los anunciantes, para comparar precios, aunque a
muchos agentes de publicidad no les gustó la idea, pues pensaron que se estaban revelando secretos
profesionales. Rowell ofreció por primera vez una tabla de costes comparados, lo que permitía una
“planificación de medios” buscando una optimización del gasto en publicidad. Rowell fue también el editor de la
1ª revista relativa a publicidad: Printer´s Ink, que duró desde 1888 hasta los años 70 del siglo XX. Otras
agencias sacaron publicaciones, que servirían de prestigio y autopromoción, y además contribuyeron
decisivamente a difundir las experiencias y conocimientos publicitarios.
• EEUU, década de 1870, Charles Austin Bates comenzó a redactar anuncios
profesionalmente, ofreciendo su trabajo a anunciantes y a agentes; empieza así a
profesionalizarse la labor de “copy”. Pronto las agencias ofrecían: planificación, diseño
gráfico y redacción de anuncios como servicios profesionales. Empezaba a establecerse la
agencia de publicidad como centro de creación de ideas.
• A finales del XIX había en EEUU había entre 20 y 25 agencias, aunque sólo 3 realmente
importantes:
• Walter Thompson: controlaba casi todo el espacio de las publicaciones para mujeres.
• Ayer & Son: periódicos de agricultura.
• Lord & Thomas: publicaciones religiosas, muy importantes en EEUU.
• Fue Walter Thompson, el que, tras hacer mucho dinero con su agencia, abrió una oficina
en Londres en 1900, inaugurando así la internacionalización de la publicidad americana. En
los años 20 del siglo XX ya estaba extendida esta multinacional en muchos países, España
incluida.
• En el cambio de siglo, del XIX al XX, quedaba ya claro que las agencias eran algo más que
“comisionistas” de intermediar entre medios y anunciantes. Debían también ayudar a los
anunciantes a vender mejor sus mercancías, preparando su publicidad más eficazmente,
ayudándoles a hacer una planificación de medios para llegar a un mayor número de
clientes potenciales, pero también tenían que convencer a esos anunciantes de que
gastasen más dinero en publicidad.
• La creación de las agencias proporcionó organización al negocio publicitario y permitió
el desarrollo de la publicidad al ritmo que lo hacía la vida económica.
• A mediados del XIX, en 1845, un profesional de la comunicación francés, Emile de
Girardin, manifestó en la publicación La Presse que un anuncio debía ser conciso, simple y
franco, evitando el charlatanismo; con estas observaciones propone un tipo de publicidad
con las características de la publicidad moderna: concisión, pero también redundancia,
lenguaje sencillo y directo.
Aun así, la definición de publicidad impresa como información se mantendrá hasta finales
del XIX, momento en el que algunos redactores norteamericanos empiezan a entenderla
como un instrumento de venta y nace el eslogan como elemento fundamental del
discurso publicitario.
• Existen ciertos tipos de productos a finales del siglo XIX, cuya publicidad es gestionada
por los agentes, que plantean un problema: al tratarse de productos nuevos, algunos de
sofisticada tecnología para la época (hablamos de cámaras de fotos, bicicletas, estufas de
sistemas modernos...) hay que incluir en el contenido del anuncio explicaciones sobre su
funcionamiento: qué son y cómo utilizarlos. Esto supone un nuevo reto para la redacción
publicitaria.
• En cuanto al estilo de lenguaje publicitario utilizado en esta época decir que predomina la publicidad
redundante y “machacona”. Un ejemplo lo encontramos en la publicidad de los jabones Pears, para los
que se creó una frase reclamo: “¡Buenos días! ¿Ha usado usted jabones Pears?”. Pronto se hizo tan
familiar que cuando alguien decía Buenos Días era muy posible que se le contestara por inercia diciendo
¿Ha usado usted los jabones Pears?
• El ejemplo anterior pertenece a un grupo de productos muy anunciados en esta época, los jabones. Otro
era el de los licores y los vinos. Para el alcohol en general un argumento de venta muy utilizado era que
se trataba de bebidas medicinales, buenas para la salud. Sobre todo en EEUU este tipo de publicidad
tuvo mucho éxito. La medicina estadounidense estaba en decadencia, y los enfermos, o los que se creían
enfermos se ponían en manos de los charlatanes. Fue así como cobraron un gran protagonismo en el
consumo norteamericano las medicinas patentadas importadas de Inglaterra.
LA PRENSA DURANTE EL SIGLO XIX
La prehistoria de la publicidad nos lleva a los mundos antiguo y feudal donde los reclamos
orales y escritos formaban parte de un sistema social basado en la esclavitud y el
vasallaje.
Como en cada época, la economía y la sociedad explican la forma de comunicarse y los
soportes utilizados para informar y persuadir.
Incluso en un sistema autárquico, agrícola y de subsistencia, sin apenas mercados
exteriores y donde se lucha por cubrir las necesidades básicas, las gentes encontraban la forma
de reclamar la atención sobre lo que les interesaba dar a conocer. Podían hacerlo gritando y
señalando en las calles, en los reducidos mercados locales, en lo que podemos considerar las
primeras tiendas y en las ferias anuales.
1. El reclamo oral
• En Grecia el heraldo o Kérux es el vehículo de los mensajes públicos (políticos, religiosos, jurídicos
o económicos), pero en ocasiones aceptaba encargos de todo tipo.
• En Roma la actividad comercial es intensa, existen tiendas artesanas, vendedores ambulantes, mercados
y un número importante de comerciantes que encargan al praeco la difusión de los mensajes
comerciales.
• En la Edad Media los pregoneros cumplían una labor informativa al servicio del rey o del noble y, en
ocasiones, también de particulares.
Pero hay otras tres figuras que están directamente ligadas al comercio: los mercaderes, que si no
utilizaban los servicios del pregonero, animaban al público personalmente proclamando las cualidades
de sus productos; el charlatán, un intermediario entre el artesano y los compradores; y los
buhoneros, que muchas veces también pregonaban sobre sus artículos.
2. El reclamo escrito.
• En las ciudades y demás emplazamientos era preciso dar a conocer dónde se encontraban los lugares
oficiales, religiosos y también los que ofrecían productos o cualquier servicio. Para hacerlo empleaban las
señales, en cierto modo un antecedente de lo que hoy llamamos identidad visual corporativa
• Tanto los gremios, organizados por calles, como los comercios, que se van situando en lugares más
dispersos, se identifican mediante enseñas y carteles. Las primeras son señales de carácter
figurativo y simbólico que se situaban en las entradas de calles, tabernas y comercios.
Las más evolucionadas eran placas de hierro o madera adornadas que colgaban en un avance hacia
la calle o sobre la pared, ¿no te recuerda a la señalización de tiendas, bares y todo tipo de
establecimientos actuales? Esta fórmula prolifera a lo largo de la Edad Media debido a la expansión de la
actividad comercial interior y a que cumplen su función comunicativa a pesar de analfabetismo.
El cartel de esta época puede considerarse el primer antecedente de la publicidad
exterior aunque sus mensajes entonces tenían muy pocas veces carácter comercial.
En Grecia se utilizaban los axones , piezas de madera unidas y pintadas de blanco en
donde se escribían los mensajes del gobierno principalmente, pero también otros tipos de
información. Una variante eran los kyrbos , de forma cilíndrica.
En Roma existían los alba y los libelli , papiros fijados en distintas superficies de lugares
muy frecuentados que servían para comunicar mensajes oficiales. Los primeros se
reutilizaban pintándolos de blanco para poder poner así nuevas inscripciones.
• Además había otra práctica habitual que no te sonará extraña: los graffiti , pintadas
informales que hacían los ciudadanos en las paredes, normalmente para pedir algo o
protestar.
• En la Edad Media las fórmulas de reclamo escrito eran infrecuentes y las que circulaban
tampoco contenían referencias comerciales. Sólo los libreros creaban sus carteles para
poner el título y el precio de las obras que vendían.
1.3 LA PUBLICIDAD MODERNA
• El cambio social, las necesidades del nuevo sistema económico y el desarrollo técnico, aplicable a
la creación y a la transmisión de mensajes, hacen posible que se configure la profesión publicitaria.
Su posición en el mercado de los productos, los servicios y las ideas es la de un intermediario entre
los anunciantes y sus públicos.
• Los anunciantes son cada vez más numerosos y grandes. Aquellos pequeños negocios van creciendo
y el volumen de producción permite ampliar la oferta más allá de los límites geográficos antes
contemplados. Al tiempo, se diversifica la oferta para atender mejor las necesidades de los
consumidores o para ganar la preferencia de otros nuevos.
El resultado es que la comunicación debe ser fluida y permanente.
Como en la historia de todas las actividades y profesiones, en la publicidad hay iniciativas que
tienen una importancia vital en el desarrollo del negocio o de la profesión. Su puesta en
marcha señala a personas concretas que tenían una manera propia de entender esta manera
de comunicar. Aunque su tiempo haya pasado, la influencia que han ejercido puede
reconocerse en etapas posteriores. Muchos fueron fundadores de las que aún hoy son
grandes agencias y encarnaron planteamientos clásicos que todavía se reconocen en
campañas actuales. Representan posturas a menudo encontradas y estilos de vida a veces
opuestos. De entre aquellos grandes nombres destacamos seis:
ALBERT LASKER (1880-1952).
Lasker empieza cubriendo noticias para el Galveston Morning News, aunque conoce muy pronto
el negocio publicitario al entrar en la agencia Lord & Thomas de Chicago, de la que fue Presidente
durante más de cuarenta años. Su cometido fue captar clientes, con los que demostraba una
verdadera habilidad a la que sumaba lo que entendía como la clave de la eficacia : escribir textos
que vendiesen el producto.
Por esta razón los redactores eran para él la pieza fundamental de la agencia. John E. Kennedy fue
el primer y principal copy de Lord & Thomas y, según el propio Lasker, un guía para todos los
demás.
Para resolver qué había que decir sobre el producto y llegar al público, Lasker confiaba en su
intuición, rechazando prácticamente cualquier otro recurso. Su
STANLEY RESOR (1879-1962)
• Llega a Lord & Thomas a los 41 años, después de casi veinticinco de experimentar en
otras empresas, tanto en el dominio de las técnicas de venta como en la redacción de
textos. Para Hopkins “la publicidad tiene que vender” y sus ideas no se limitan al anuncio
sino a la distribución, los estudios de mercado o la creación de recursos de apoyo. Para él
la prioridad del texto sobre las ilustraciones era absoluta, en cualquier caso, para saber si
sus propuestas funcionan bien, “la mejor forma de saberlo –decía– era someterlas a
prueba”.
BILL BERNBACH (1911-1982)
El cartel tiene su historia propia que nos lleva y nos trae de la propaganda al arte, dela difusión religiosa a la
literaria y, de estos terrenos, al uso comercial en cualquier época hasta llegar a la actual (ver epígrafe 8.11.).
El cartel siempre ha sabido destacar entre todos los medios, antes y después del desarrollo tecnológico y
en convivencia con el resto de las posibilidades, masivas o no, de hacer llegar los mensajes. Quizá esto se
deba a la sencillez de su sistema: una nuncio puesto en la calle visible para todo aquel que pase. Su
recorrido suele estudiarse desde la etapa que va del siglo XVI al XVIII, ya que la imprenta supone para él un
impulso tan importante como para otras piezas que hoy designamos con nombres como folletos
comerciales y catálogos de libreros, a las que gana en difusión y popularidad.
• En esta época puede hablarse de tres tipos de carteles: los oficiales, la inmensa mayoría, de
contenido político y religioso, los de espectáculos, que informaban sobre fiestas, ferias,
representaciones de teatro y otros saraos, y los comerciales, más difíciles de encontrar, que,
sobre todo, anunciaban productos farmacéuticos y de botica a los que se asignaban
propiedades milagrosas.
• La calidad de los primeros carteles impresos era mediocre, a excepción de los que tiraban
talleres más selectos. Tampoco los rótulos de los establecimientos estaban muy cuidados, pero
esta cuestión va mejorando con el paso del tiempo. Desde mitad del siglo XIX un paseo por
las principales ciudades europeas y de Estados Unidos permitía ver carteles fijados en
fachadas y establecimientos, además de placas, enseñas, hombres anuncio, carros con
cartelones y otras soluciones que van incorporando novedades, como la luz eléctrica, para
mejorar su capacidad de captar la atención.
La gran contribución al cartel proviene del ingenio de los artistas que aplicaron su técnica y
su manera de entender la vanguardia a obras que anunciaban sobre todo locales, eventos y
productos. Multitud de artistas del XIX y los que vivieron el cambio de siglo popularizaron
sus aportaciones en los carteles publicitarios.
La lista de movimientos artísticos y nombres es muy larga, por citar algunos, Gavarni,
Daumier, Manet, Jules Chéret, Toulouse Lautrec, Steinlen, Bonnard, Muchá o Cassandre en
Francia; William Morris, Beardsley, Hardy, John Hassal, Cecil Adin y los Beggarstaffs en
Inglaterra; Maxfield Parrish o William H. Bradley en Estados Unidos; y Riquer o Ramón
Casas, Soria, José Ma Sert, Manuel Benedito, Cecilio Pla, Benlliure o Gaudí en España.