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HISTORIA DE

LA PUBLICIDAD
MARIA DOLORES FLOR ASENCIO

15 marzo 2019
Teofrasto Reanudot creó una oficina de direcciones donde
recogía los anuncios clasificados para su periódico de anuncios;
ésta fue, en cierta forma, el antepasado directo de las agencias
publicitarias.
LOS AGENTES DE PUBLICIDAD Y
LOS CAFÉS DE LONDRES.

• A comienzos del siglo XVIII, en algunos cafés de Londres, se discutía de política, se hacían tertulias
literarias, se preparaban movimientos revolucionarios, y se hacían transacciones comerciales y negocios.
Este tipo de locales servían también como punto de distribución de los periódicos y de hojas
informativas sobre mercancías llegadas a puerto.
• Los ingleses fueron los primeros que ven la necesidad de contar con alguna forma de organización para
la publicidad.
• Las negociaciones de los precios de los anuncios con los editores de los periódicos locales, el fijar las
fechas y lugares de aparición de sus anuncios y el hecho de, a menudo, adelantar el dinero
correspondiente, en un principio se hacía en un clima de forzada confianza, pero también de
incertidumbre; faltaba garantía, faltaba profesionalidad.
• Las negociaciones de los precios de los anuncios con los editores de los periódicos
locales, el fijar las fechas y lugares de aparición de sus anuncios y el hecho de, a menudo,
adelantar el dinero correspondiente, en un principio se hacía en un clima de forzada
confianza, pero también de incertidumbre; faltaba garantía, faltaba profesionalidad.
• Los anunciantes necesitaban que alguien se encargase de las gestiones, de los pagos, de la
redacción de los anuncios. Estos servicios fueron requeridos paulatinamente a aquellos
que fueron llamados “agentes”. Si el agente garantizaba al periódico el pago de un espacio
por parte del anunciante, cobraba una comisión (pagada por el periódico).
• Otra función de los agentes de publicidad en Inglaterra: no sólo llevar la publicidad desde Londres a los
periódicos locales y provinciales sino también las noticias de los grandes diarios.
• Primer agente profesional conocido: William Tayler; trabajó a finales del XVIII, y se vendía así mismo
como “agente de impresores y libreros del condado”.
• Fundador de la publicidad en Inglaterra: James White. Formó su primera agencia de publicidad en 1800.
No se dedicaba exclusivamente al negocio publicitario, también proporcionaba noticias (de unos
periódicos a otros) impresión, grabados...
• Entre 1830 y 1840 los agentes elaboran listas de periódicos (soportes publicitarios), en forma de
carteles o de libritos de referencia, incluyendo todo tipo de detalles que pudiesen servir a sus clientes; a
parte de los fundamentales (precios, espacios disponibles, periodicidad), también la postura política, el
número de anuncios que solían llevar, etc.
• En 1852 se edita una guía de agentes de publicidad: los más respetables, responsables, y con
los cuales un anunciante puede trabajar confiando; todo según el editor de esta guía, un viejo
anunciante anónimo.
• En Francia, la agencia Havas es considerada como el origen, tanto de las agencias de
información como de publicidad; nace en 1835 como agencia de noticias, y una década
después introduce la publicidad.
• Francia, 1845: Société des Annonces: primera auténtica agencia de publicidad: - Lleva la
publicidad de los periódicos más asentados. - Charles Duveynier, creador del negocio, organiza
una clasificación de los anuncios en distintas clases, diferenciando tarifas. - Llega a abrir 200
oficinas para la recogida de anuncios.
• España, 1853: Sociedad general de anuncios (al estilo de la francesa), pero la más
representativa de la época es “Roldós y compañía” la fundada en 1870 por Rafael Roldós,
pionero de la profesión publicidad en España.
• EEUU: dos agentes, Palmer y Hooper, se disputan el reconocimiento de ser los primeros
agentes de publicidad norteamericanos. En 1841 empezaron su trabajo a comisión en
publicidad. Hooper abrieron una única oficina en NY. Palmer lo hizo en Filadelfia,
aconsejando a veces a los anunciantes sobre los mejores periódicos a utilizar; los
editores de estos periódicos recomendados se sentían agradecidos por la publicidad
conseguida y daban comisiones al agente. Esto hacía prosperar rápido a la agencia.
• EEUU, década de1850: George Rowell instaura nuevos mecanismos de funcionamiento: compra grandes
espacios de periódicos pagando en efectivo y luego los revende divididos en pequeños recuadros a precio de
minorista, con el consiguiente beneficio. En 1865 se le ocurrió la venta de una especie de “paquete de medios”:
compró una columna al mes en 100 periódicos y vendía estas 100 columnas por líneas, ofreciendo una línea de
publicidad en 100 periódicos durante un mes por un precio barato.
• En 2869 publicó una guía de medios: American Newspaper Directory: directorio de periódicos con sus tarifas y
estimaciones de circulación: esto le vino bien sobre todo a los anunciantes, para comparar precios, aunque a
muchos agentes de publicidad no les gustó la idea, pues pensaron que se estaban revelando secretos
profesionales. Rowell ofreció por primera vez una tabla de costes comparados, lo que permitía una
“planificación de medios” buscando una optimización del gasto en publicidad. Rowell fue también el editor de la
1ª revista relativa a publicidad: Printer´s Ink, que duró desde 1888 hasta los años 70 del siglo XX. Otras
agencias sacaron publicaciones, que servirían de prestigio y autopromoción, y además contribuyeron
decisivamente a difundir las experiencias y conocimientos publicitarios.
• EEUU, década de 1870, Charles Austin Bates comenzó a redactar anuncios
profesionalmente, ofreciendo su trabajo a anunciantes y a agentes; empieza así a
profesionalizarse la labor de “copy”. Pronto las agencias ofrecían: planificación, diseño
gráfico y redacción de anuncios como servicios profesionales. Empezaba a establecerse la
agencia de publicidad como centro de creación de ideas.
• A finales del XIX había en EEUU había entre 20 y 25 agencias, aunque sólo 3 realmente
importantes:
• Walter Thompson: controlaba casi todo el espacio de las publicaciones para mujeres.
• Ayer & Son: periódicos de agricultura.
• Lord & Thomas: publicaciones religiosas, muy importantes en EEUU.
• Fue Walter Thompson, el que, tras hacer mucho dinero con su agencia, abrió una oficina
en Londres en 1900, inaugurando así la internacionalización de la publicidad americana. En
los años 20 del siglo XX ya estaba extendida esta multinacional en muchos países, España
incluida.
• En el cambio de siglo, del XIX al XX, quedaba ya claro que las agencias eran algo más que
“comisionistas” de intermediar entre medios y anunciantes. Debían también ayudar a los
anunciantes a vender mejor sus mercancías, preparando su publicidad más eficazmente,
ayudándoles a hacer una planificación de medios para llegar a un mayor número de
clientes potenciales, pero también tenían que convencer a esos anunciantes de que
gastasen más dinero en publicidad.
• La creación de las agencias proporcionó organización al negocio publicitario y permitió
el desarrollo de la publicidad al ritmo que lo hacía la vida económica.
• A mediados del XIX, en 1845, un profesional de la comunicación francés, Emile de
Girardin, manifestó en la publicación La Presse que un anuncio debía ser conciso, simple y
franco, evitando el charlatanismo; con estas observaciones propone un tipo de publicidad
con las características de la publicidad moderna: concisión, pero también redundancia,
lenguaje sencillo y directo.
Aun así, la definición de publicidad impresa como información se mantendrá hasta finales
del XIX, momento en el que algunos redactores norteamericanos empiezan a entenderla
como un instrumento de venta y nace el eslogan como elemento fundamental del
discurso publicitario.
• Existen ciertos tipos de productos a finales del siglo XIX, cuya publicidad es gestionada
por los agentes, que plantean un problema: al tratarse de productos nuevos, algunos de
sofisticada tecnología para la época (hablamos de cámaras de fotos, bicicletas, estufas de
sistemas modernos...) hay que incluir en el contenido del anuncio explicaciones sobre su
funcionamiento: qué son y cómo utilizarlos. Esto supone un nuevo reto para la redacción
publicitaria.
• En cuanto al estilo de lenguaje publicitario utilizado en esta época decir que predomina la publicidad
redundante y “machacona”. Un ejemplo lo encontramos en la publicidad de los jabones Pears, para los
que se creó una frase reclamo: “¡Buenos días! ¿Ha usado usted jabones Pears?”. Pronto se hizo tan
familiar que cuando alguien decía Buenos Días era muy posible que se le contestara por inercia diciendo
¿Ha usado usted los jabones Pears?
• El ejemplo anterior pertenece a un grupo de productos muy anunciados en esta época, los jabones. Otro
era el de los licores y los vinos. Para el alcohol en general un argumento de venta muy utilizado era que
se trataba de bebidas medicinales, buenas para la salud. Sobre todo en EEUU este tipo de publicidad
tuvo mucho éxito. La medicina estadounidense estaba en decadencia, y los enfermos, o los que se creían
enfermos se ponían en manos de los charlatanes. Fue así como cobraron un gran protagonismo en el
consumo norteamericano las medicinas patentadas importadas de Inglaterra.
LA PRENSA DURANTE EL SIGLO XIX

• Después de la experiencia francesa de Reanudot, es en Inglaterra donde se consolida la


prensa diaria con puntualidad en el horario de salida y con la estabilización de su tirada
con la publicación de The Times en 1804. A mediados del siglo XIX ya lanza 55.000
ejemplares diarios. Las noticias de La Guerra de Crimea (1854-1856), donde luchan
Inglaterra y Francia contra Rusia, lo convierten en un órgano popular.
• En la década de los 50 del siglo XIX la periodicidad ya está perfectamente codificada en
EEUU, Gran Bretaña y Francia.
• Nace el reporterismo, convirtiéndose en una nueva profesión. En los años 70 del siglo
XIX logra establecerse en EEUU el periodismo independiente.
• Cada periódico suele resumir noticias de otros periódicos en la sección “revista de prensa”, lo
que permite tener contacto con todo un panorama difícil de abarcar (sirva de ejemplo que en
algún momento del siglo XIX, sólo en Madrid se editan más de 40 periódicos).
• Se mantienen publicaciones con otras periodicidades, marcando una especialización
informativa cada una.
• La periodicidad diaria se ve estimulada por la creciente necesidad informativa manifestada por
las comunidades humanas, llegando incluso a darse, en ciertos momentos, dos ediciones
diarias para cubrir todo el caudal informativo que los modernos medios de transmisión de
noticias hacen ya posible recibir.
• Para la evolución del periódico son decisivos los avances técnicos (telégrafo,
radioteléfono, radio), que proporcionan un nuevo método para la difusión de la noticia en
cadena, proceso que persigue una mayor velocidad. El telégrafo revoluciona el campo de
la información: permite conocer acontecimientos acaecidos a miles de Kms en pocas
horas. El telégrafo influye también en el nacimiento de las agencias de noticias: una
empresa especializada busca noticias y las proporciona al periódico. A mediados del siglo
XIX,
• Reuter, periodista alemán, abre en Londres la más importante de estas agencias que
recibe su mismo nombre. La invención de los titulares o cabeceras tiene su origen, en
parte, en la transmisión de noticias a través del telégrafo, pues el mensaje a transmitir
debía ser conciso.
• Nuevos procedimientos de reproducción de imágenes permiten incluir grabados y
dibujos. La rotativa de cuatro cilindros consiguió imprimir, a mediados del siglo XIX, 8.000
ejemplares por hora, por una sola cara.
• Muchos periódicos consiguen atraer lectores por el atractivo del estilo de sus
redactores; es el caso del Daily Telegraph, que hacia 1870 vende de 175.000 a 190.000
ejemplares.
• En la España del siglo XIX tuvo gran prestigio El Imparcial, que a finales de siglo lanza
unos 100.000 ejemplares diarios. En sus páginas se encuentra una buena parte de la
historia española del momento. Se suele dar preferencia a las noticias políticas: discursos
en las Cortes, programas electorales, cambios de gobierno.
• Destacan dos clases de periodismo fundamentalmente: Informativo y de Entretenimiento
• Destacan dos clases de periodismo fundamentalmente: Informativo y de Entretenimiento. -
Las nuevas técnicas abren el periodo moderno de los “diarios populares” a los que acceden
aquellos que nunca leyeron libros, imprimiéndose además grandes tiradas. Con ello se inicia
también el capítulo de la publicidad regular en la prensa, y su transformación en algo más
comercial.
• En algunos periódicos se ponen en práctica ciertas estrategias para mejorar las ventas ante
una mayor competitividad: reducción del precio, aumento de publicidad, autopublicidad, y
utilización del sensacionalismo, principalmente.
• Evolución: Con el periódico diario, el mundo se irá haciendo cada vez más pequeño, más
accesible y los hombres más cultos.
LA PUBLICIDAD CIENTÍFICA

• Desarrollo de la psicología en los primeros años de siglo: etapa importante para la


publicidad, pues pasa a ser más “científica”. Un antecedente: la agencia N.W.Ayer ya
hizo un estudio de mercado en 1879 para un fabricante de trilladoras mecánicas.
Primeras obras impresas de investigación psicológica en el campo publicitario: Human
Nature as a Factor in Advertising, artículo escrito por Oscar Herzberg publicado en el 2º
nº de Printer´s Ink; On the Psychology of Advertising, folleto publicado en 1900 por
Harlow Gale; The psichology of advertising, obra de Walter Dill Scott, 1908; Advertising
and its Mental Laws, Adams, 1912; Psychology and Industrial Efficiency, de Hugo
Munsterberg, 1913; Principles of Advertising; Daniel Starch, 1923.
• Este primer periodo (Última década del XIX - comienzos años 20 del XX) se denomina
Etapa “Instintivista macdougalliana” y está caracterizada por:
• Explicar la conducta del consumidor en términos de instintos.
• Entender que, para ser eficaz, la publicidad debe conectar lo anunciado con alguna de esas
predisposiciones congénitas a la acción, e incidir sobre las tres disposiciones instintivas
(sugestión, imitación y simpatía o convergencia afectiva) con las que se explica la influencia
social.
• Algunos de los escritos sobre la publicidad y psicología incluyeron listas de instintos a
los que puede recurrir la publicidad, para que entre ellos se eligieran los más apropiados
para relacionarlos con un producto y a partir de esos datos, que trabajara el publicista.
• Fue Lasker el que comenzó en los años 20 a investigar las razones por las que podía bajar
las ventas de un producto, a raíz de querer saber por qué había disminuido el consumo
de una leche en polvo que él publicitaba; el problema, al ser detectado (tenía un ligero
sabor almendrado que desagradaba a muchos consumidores) se solucionó. Lasker
demostró así que era muy importante saber qué desean los consumidores y decírselo a
los fabricantes para que éstos adapten sus productos.
• Los años 20 dieron paso al “behaviorismo” o “conductismo”, o mecanicismo, fundado por
John Watson que llegó a ser el responsable de investigaciones de la agencia Walter
Thompson. Esta etapa tendría su contrapartida en Europa del Este con la psicología de
Paulov, origen de la propaganda soviética. Esta teoría se basa en la fórmula “estímulo-
respuesta”, y considera al consumidor como susceptible de ser condicionado por el
aprendizaje de ciertos hábitos de compra y consumo. Es decir, un consumidor pasivo que
responde a la fórmula “causa-efecto” y que aumentará su consumo gracias a una
publicidad básicamente repetitiva.
• La etapa mecanicista será modificada por los modelos de jerarquía del aprendizaje. Entre
los modelos jerárquicos, uno de los más conocidos es el A.I.D.A. cuyas siglas
corresponden a los 4 requisitos de un buen anuncio: - Atraer la Atención. - Suscitar el
Interés. - Despertar el Deseo. - Provocar la Adquisición. Esta representación jerarquizada
de la acción publicitaria que hacía hincapié en la percepción y la retención de los
mensajes, daba lugar a una publicidad que buscaba el impacto visual y el texto recordable,
donde la imagen reducía su papel a captar la atención e inducir a leer el texto.
• A la vez se desarrollaron instrumentos de medida de la eficacia de la comunicación
publicitaria, en relación a los condicionamientos psicológicos y las estrategias
publicitarias: Recepción delimitada a 3 niveles:
- La información o lo cognitivo.
- La actitud o lo afectivo.
- El comportamiento o lo conativo.
• Por tanto, la estrategia publicitaria tenía tres objetivos:
- Dar a conocer el producto.
- Hacer una publicidad de imagen.
- Propagar una publicidad que provoque la compra.
• A cada uno de estos 3 planos se vincula un instrumento de medida:
• Medida del recuerdo o de la notoriedad de una marca o de una campaña
• Medida de las actitudes y de las imágenes.
• Medida de los comportamientos.Varios investigadores, a caballo entre el mundo universitario y la industria publicitaria, idearon
instrumentos de medida:
George Gallup, profesor universitario de estadística ideó el método DAR (Day After Recall) de evaluación del recuerdo. En 1929
fundó el 1er dpto. formal de investigación en una agencia de publicidad,Young and Rubicam. - En 1933, Gallup y otros investigadores
empezaron a trabajar con muestras de población, reducidas pero representativas estadísticamente.
En esta época también se comenzó a estudiar las adquisiciones de los compradores en los drugstores, preguntando en las tiendas
qué vendían, y la agencia pionera en este campo fue la compañía A.C. Nielsen, que hoy en día es la mayor del mundo en
investigación publicitaria.
Walter Thompson elaboró otro tipo de panel de datos: preguntando a los clientes qué compraban.
• En la dimensión de las investigaciones surgieron, como era de esperar, algunos estudios
falsos que se vendían como verdaderos a los fabricantes, y que inevitablemente
repercutieron negativamente en la imagen de las investigaciones serias, volviéndolas
también sospechosas o miradas con escepticismo.
• En 1936 se creó la Advertising Research Foundation, mecanismo de control que
garantizaba la calidad de los trabajos.
• A mediados de la década de los 30 se impuso la planificación y la investigación dejando de
lado la intuición.Y cada vez se iba más lejos; ya no era suficiente hacer preguntas, sino que
había que estudiar el comportamiento observando con detenimiento a los consumidores en
el proceso de compra e incluso entrando en sus casas para ver qué productos utilizaban,
dando paso a preguntas como: por qué compra la gente, centrando el problema en las
motivaciones del consumidor.
• Preguntas como: qué fabricar, dónde vender, cómo anunciar, hicieron que se racionalizara la
producción y llevó a que se descubriera que el éxito o fracaso de un producto a veces
dependía de circunstancias que quedaban fuera de control, pero que debían tenerse en
cuenta.
• A todo este complejo proceso se le empezó a denominar marketing, aunque el dpto. de
marketing no se impone en las empresas hasta después de la 2ª GM, para ocuparse de la
imagen de marca, del diseño del envase, de si abría y cerraba bien, de si era fácil de coger
o guardar, de estudiar la forma en que la gente utilizaba sus productos, si respondían
éstos a lo que los consumidores esperaban de ellos en cuanto a calidad y precio, etc...; es
decir, el objetivo era integrar las diversas variables que concurrían en la venta de un
producto; así la publicidad comenzaba a integrarse en un proceso más amplio, como
herramienta comunicacional del marketing.
El largo recorrido de la publicidad se ha mirado demasiadas veces de forma superficial.
La suya no es sólo una historia de anuncios, sino de personas y empresas o, mejor dicho, de
acciones emprendidas por personas que buscaban disponer de una forma de comunicación que
sirviera para dar a conocer lo que ofrecían a su comunidad y, si fuera necesario, para persuadir
sobre ello.
Su contexto principal es el mercado, que siempre parece fagocitar todo lo que está en él,
traduciéndolo a cifras y dinero, pero esta actividad, como otras especialmente unidas al
consumo, puede observarse desde miradas muy distintas.
La publicidad está unida a la historia, está presente como resultado de la evolución económica,
comercial, técnica y financiera e, inevitablemente, a lo que va ocurriendo en lo social, ideológico
y cultural.
• En los años 30 la industria de investigación americana comenzó a invadir Europa.
No podemos hablar de una escuela europea, ya que básicamente lo que se hizo fue asimilar las
formas y métodos americanos. Lo que sí hay en abundancia son aportaciones
bibliográficas del campo de la investigación publicitaria cuyos autores (franceses,
alemanes, italianos, y españoles se inspiraban en los autores americanos.
• Años más tarde, en las décadas de los 60 y 70, las aportaciones de la Escuela de Frankfort, y
las críticas de Adorno al cientifismo de los métodos americanos de investigación en
comunicaciones, así como el impulso dado a las ciencias sociales, a partir de la obra de
Saussure, darán otro aire a la reflexión sobre las formas de comunicación de masas en Europa.
El pensamiento estructuralista y la semiología renovarán la comprensión del
fenómeno publicitario.
Pero a pesar de estas corrientes tan productivas a nivel teórico,
sigue sin poderse hablar de “escuela de publicidad europea”.
El dominio internacional de las agencias americanas ha impuesto,
además, el estilo anglosajón de hacer publicidad en todo el
mundo.
¿CUÁNDO COMIENZA LA PUBLICIDAD?

• Para contestar a esta pregunta es preciso asumir una forma de entenderla.


Aquí tienes dos enfoques:
1. La publicidad es un método persuasivo dirigido a influir sobre la conducta de las personas.
• La esencia de la publicidad es su naturaleza comunicativa y existe desde el momento en que alguien
la utilizó para influir sobre la actitud y el comportamiento de otras personas. El deseo de
persuadir ha estado presente desde siempre en la Humanidad, lo único que ha ido cambiando en cada
época son los medios a nuestro alcance.
• Según esta concepción, la búsqueda de los primeros vestigios publicitarios nos lleva al comienzo de
las civilizaciones. El obelisco de Luxor y el papiro de Tebas se citan como ejemplos de este origen.
Grecia y Roma ofrecen otros soportes más populares
2. La publicidad es un instrumento económico utilizado por las empresas para
promover la demanda.
Comerciantes, fabricantes y empresarios son los que han promovido la publicidad
ellos han sido su principal cliente. Han ido incorporándola a su actividad hasta vincularla
definitivamente a lo que con el tiempo se ha llamado estrategia comercial.
Si damos prioridad a esta segunda forma de entender la publicidad, debemos encontrar los
primeros ejemplos a partir del desarrollo económico y concretamente del capitalismo, esto
es, en Inglaterra a mediados del siglo XVIII y a partir del XIX en el resto de Europa.
No obstante, es preciso llegar a los años cincuenta, después de la Segunda Guerra
Mundial, para encontrarnos con la publicidad tal como hoy la entendemos: un sistema
de comunicación integrado en los organigramas y presente en los presupuestos
comerciales o de marketing, que sostiene financieramente los medios de comunicación
masivos, ejerciendo por derivación un papel indiscutible en el ejercicio de la libertad de
expresión.
Una tercera postura, coherente con el concepto de publicidad que presentamos más
adelante propone que en la búsqueda de este origen es imprescindible considerar el
momento de aparición de los medios de comunicación, lo que nos llevaría al
nacimiento de la prensa y, siendo estrictos, al de la invención de la imprenta en
el siglo XV.
Si asumimos los distintos puntos de vista, podemos estructurar el recorrido histórico de la
publicidad en cuatro etapas: la prehistoria de la publicidad, del Mundo Antiguo al
siglo XV; los primeros pasos, del XVI al XVIII; su crecimiento, durante el XIX y hasta
la década de los cuarenta; su etapa de desarrollo y perfeccionamiento, desde los años
cincuenta hasta la actualidad.
Buscar el lugar de la publicidad a lo largo de estas etapas supone un paseo por los grandes
cambios de la historia y, al tiempo, por la intrahistoria, la vida de la gente corriente.
1.2 PREHISTORIA DE LA PUBLICIDAD

La prehistoria de la publicidad nos lleva a los mundos antiguo y feudal donde los reclamos
orales y escritos formaban parte de un sistema social basado en la esclavitud y el
vasallaje.
Como en cada época, la economía y la sociedad explican la forma de comunicarse y los
soportes utilizados para informar y persuadir.
Incluso en un sistema autárquico, agrícola y de subsistencia, sin apenas mercados
exteriores y donde se lucha por cubrir las necesidades básicas, las gentes encontraban la forma
de reclamar la atención sobre lo que les interesaba dar a conocer. Podían hacerlo gritando y
señalando en las calles, en los reducidos mercados locales, en lo que podemos considerar las
primeras tiendas y en las ferias anuales.
1. El reclamo oral
• En Grecia el heraldo o Kérux es el vehículo de los mensajes públicos (políticos, religiosos, jurídicos
o económicos), pero en ocasiones aceptaba encargos de todo tipo.
• En Roma la actividad comercial es intensa, existen tiendas artesanas, vendedores ambulantes, mercados
y un número importante de comerciantes que encargan al praeco la difusión de los mensajes
comerciales.
• En la Edad Media los pregoneros cumplían una labor informativa al servicio del rey o del noble y, en
ocasiones, también de particulares.
Pero hay otras tres figuras que están directamente ligadas al comercio: los mercaderes, que si no
utilizaban los servicios del pregonero, animaban al público personalmente proclamando las cualidades
de sus productos; el charlatán, un intermediario entre el artesano y los compradores; y los
buhoneros, que muchas veces también pregonaban sobre sus artículos.
2. El reclamo escrito.
• En las ciudades y demás emplazamientos era preciso dar a conocer dónde se encontraban los lugares
oficiales, religiosos y también los que ofrecían productos o cualquier servicio. Para hacerlo empleaban las
señales, en cierto modo un antecedente de lo que hoy llamamos identidad visual corporativa
• Tanto los gremios, organizados por calles, como los comercios, que se van situando en lugares más
dispersos, se identifican mediante enseñas y carteles. Las primeras son señales de carácter
figurativo y simbólico que se situaban en las entradas de calles, tabernas y comercios.
Las más evolucionadas eran placas de hierro o madera adornadas que colgaban en un avance hacia
la calle o sobre la pared, ¿no te recuerda a la señalización de tiendas, bares y todo tipo de
establecimientos actuales? Esta fórmula prolifera a lo largo de la Edad Media debido a la expansión de la
actividad comercial interior y a que cumplen su función comunicativa a pesar de analfabetismo.
El cartel de esta época puede considerarse el primer antecedente de la publicidad
exterior aunque sus mensajes entonces tenían muy pocas veces carácter comercial.
En Grecia se utilizaban los axones , piezas de madera unidas y pintadas de blanco en
donde se escribían los mensajes del gobierno principalmente, pero también otros tipos de
información. Una variante eran los kyrbos , de forma cilíndrica.
En Roma existían los alba y los libelli , papiros fijados en distintas superficies de lugares
muy frecuentados que servían para comunicar mensajes oficiales. Los primeros se
reutilizaban pintándolos de blanco para poder poner así nuevas inscripciones.
• Además había otra práctica habitual que no te sonará extraña: los graffiti , pintadas
informales que hacían los ciudadanos en las paredes, normalmente para pedir algo o
protestar.
• En la Edad Media las fórmulas de reclamo escrito eran infrecuentes y las que circulaban
tampoco contenían referencias comerciales. Sólo los libreros creaban sus carteles para
poner el título y el precio de las obras que vendían.
1.3 LA PUBLICIDAD MODERNA

El siglo XIX abre un tiempo de cambios y agitación promovido por la revolución


industrial.
Todos los cimientos que parecían inamovibles empiezan a cambiar.
Se suceden acontecimientos que crean una sociedad basada en nuevas formas de pensar y
de hacer, cuyas banderas, a veces contradictorias, hablan de liberalismo económico,
juego de la oferta y la demanda, nacimiento de grandes empresas, sociedad de clases,
ampliación de mercados, exposiciones universales, productos financieros, minoristas y
mayoristas, romanticismo, realismo, imperialismo, crisis, movimientos sociales, nuevos países,
lucha por derechos fundamentales, valores distintos y afán de progreso.
La evolución de la actividad económica y los visos del espíritu capitalista fueron dos condiciones
más que propicias para desarrollar la publicidad, que tardaría no obstante en configurar su propio sistema
de funcionamiento.
Las bases que soportan el desarrollo de la publicidad son:
• El aumento de la producción, que plantea la necesidad de activar la demanda y de
diferenciar y hacer valer los productos.
• El desarrollo de los medios de comunicación, que hacen posible la difusión masiva de los mensajes.
• La lucha por el derecho a la libertad de expresión, en la que tiene gran valor la pluralidad de
medios informativos.
• La configuración de la profesión publicitaria, que debe crear las estructuras necesarias y
desarrollar las técnicas que permitan mejorar el proceso de creación y difusión de las
campañas y, con ello, asegurar al máximo el logro de los objetivos de los anunciantes.
El desarrollo económico plantea cuatro hechos que, en un momento determinado de la
historia, ocurren por vez primera:
• El aumento de movimiento de compra-venta, hasta entonces limitado por condiciones
de todo tipo.
• La diversificación de productos y servicios, que permite a consumidores y clientes elegir
entre opciones distintas.
• El crecimiento de la competencia, que aumenta en función del desarrollo económico
general y de las nuevas posibilidades de producción y comercio
• El excedente de productos, que da la vuelta a la mentalidad de los fabricantes, hasta
entonces sólo pendientes de su capacidad de producción.
• Los excedentes cambian el sistema:
El problema ya no es tener una producción suficiente, sino dar salida a los productos
que se pueden fabricar cada vez más rápidamente y con menos costes.
• En esta situación la publicidad se plantea como una fórmula válida para dar a conocer
la oferta y de influir sobre las ventas, sin que esto suponga descartar su uso por
parte de otras organizaciones no comerciales.
La relación simbiótica entre las empresas y los medios empieza a madurar, ya que
pueden compartir sus necesidades.
La de la empresas es comunicar la existencia de productos y servicios y conseguir
ventas y contratos; la de los medios es difundir información y opinión sobre los
acontecimientos que afectan a la comunidad a la que se dirigen.
Ambos tienen un público objetivo común, por lo tanto cualquier fabricante o
comerciante que quiere dar a conocer su mensaje puede insertarlo en los
medios.
Éstos al ceder parte de su espacio, logran una financiación que necesitan para sobrevivir o
para crecer, ya que la venta de ejemplares no es suficiente.
Las dos actividades, empresarial y periodística, encuentra en los adelantos técnicos un
aliado que revoluciona sus posibilidades.
Al aumentar las tiradas, los periódicos, ahora más baratos, amplían el número de
lectores y las empresas ven en ellos un medio cada vez más eficaz para lograr sus
objetivos de notoriedad y aceptación.
La historia moderna da a la publicidad un papel imprescindible en el sistema
empresarial y comunicativo que se refuerza en la etapa contemporánea.
SIGLO XX: SE CREA UNA PROFESIÓN.

• El cambio social, las necesidades del nuevo sistema económico y el desarrollo técnico, aplicable a
la creación y a la transmisión de mensajes, hacen posible que se configure la profesión publicitaria.
Su posición en el mercado de los productos, los servicios y las ideas es la de un intermediario entre
los anunciantes y sus públicos.
• Los anunciantes son cada vez más numerosos y grandes. Aquellos pequeños negocios van creciendo
y el volumen de producción permite ampliar la oferta más allá de los límites geográficos antes
contemplados. Al tiempo, se diversifica la oferta para atender mejor las necesidades de los
consumidores o para ganar la preferencia de otros nuevos.
El resultado es que la comunicación debe ser fluida y permanente.

Se plantean los grandes interrogantes de la comunicación publicitaria (cómo ajustar el mensaje a


cada público, cómo conseguir captar la atención, cuántas veces debe insertarse el anuncio, qué queda en su
memoria...) que, de momento, se solucionan ,sobre todo, a base de intuición.
• A finales del siglo XIX ya existen monopolios como Rockefeller , Carnegie y
Morgan , representantes de sectores básicos para la industrialización (petroleo,
acero y banca). Otros grandes referentes nacen en sectores bien distintos: Ritz , en
hostelería, Hearst en periodismo, Astor en inmobiliaria o Cointreau o Pernaud en licores.
• Por su parte, los medios van ampliando sus contenidos, lo que en muchos casos
será el paso previo a la especialización.

Su objetivo es la información por lo que la venta de espacio para obtener ingresos


subsidiarios se deja en manos de una nueva figura, el agente de anuncios o agente de
periódicos, al principio un corredor al servicio de los diarios que le cedían una
comisión por atraer o colocar la publicidad en sus páginas.
• Los agentes compraban grandes espacios que después revendían a los
anunciantes.
• A medida que la actividad crece, su simple intermediación comisionista se va completando: el
anunciante busca soluciones en lo referente a redacción de los anuncios,
acompañamiento de ilustraciones y, sobre todo, recomendación de medios.
Para este último servicio el agente precisaba ser independiente, de no ser así, el consejo de
inserción que daba difícilmente podía ser fiable.
• Esta circunstancia transforma al agente que colaboraba con el medio en un profesional que
pasa a trabajar en los despachos del anunciante, puesto que era él quien aceptaba o
rechazaba sus recomendaciones.
En 1841 Volney B. Palmer deja su negocio de madera y carbón para abrir una Oficina de
Gestión de Anuncios en Filadelfia.
Desde ella ofrecía a los anunciantes espacios en periódicos que mantenía en
exclusiva. Por cada espacio vendido Palmer recibía del medio una comisión del 25%.
Cuatro años más tarde abre otra oficina en Boston, después en Nueva York y Baltimore, en
1861 tenía treinta oficinas en distintas ciudades que vendían en exclusiva el espacio
publicitario de importantes periódicos.
• En Francia es Charles Duveyrier quien en 1845 crea la Société General des
Annonces , que ofrece la exclusiva de los principales periódicos de la época ( La Presse , Le
Constitutionnel y Le Journal de Débats ).
Al cabo de un tiempo se convirtieron en unas doscientas oficinas donde se reciben los
anuncios clasificados según su forma y su contenido y, en consecuencia, la tarifa
establecida.
• Las oficinas de Palmer, de Duveyrier y del resto de los agentes que van surgiendo planteaban
una negociación útil para anunciantes y medios, pero el paso definitivo para configurar la
profesión lo da Francis Wayland Ayer al plantear su actividad como un servicio al
anunciante y establecer con él un contrato de publicidad.
• Ayer funda en Filadelfia la primera agencia de publicidad, N. W. Ayer and Son , era el año
1869. En ella se ofrecía a los anunciantes el asesoramiento sobre medios y un servicio
más: la elaboración del anuncio.

Para responder a estas dos facetas, el publicitario tiene que ser un técnico y no
sólo un vendedor. Con el tiempo las agencias se organizarán en departamentos
en los que trabajan distintos tipos de especialistas en publicidad.
• Un nombre más, el de Alber B. Lasker, socio de
• Lord and Thomas , que en 1898 contrata a dos redactores de textos que harían
historia, John E. Kennedy y Claude Hopkins. El nivel que supieron darle a los
anuncios llevó al resto de las agencias a incluir en sus plantillas especialistas que les
permitieran competir.
En España la evolución es muy similar: agentes individuales, oficinas de anuncios,
acercamiento al anunciante y tecnificación de la actividad. La primera oficina
española de anuncios fue fundada en Barcelona en 1870 por Rafael Roldós, un
experimentado agente vendedor de espacios en los periódicos.
Roldós y Compañía estuvo en activo hasta 1929.
Le siguieron agencias pioneras como Los Tiroleses , Publicidad Gispert y Valeriano
Pérez entre otras. En un principio se trataba de empresas familiares que gestionaban
los anuncios para prensa, después asumieron otras soluciones (vallas, hombres anuncio,
coches, decorados...).
LOS PIONEROS.

Como en la historia de todas las actividades y profesiones, en la publicidad hay iniciativas que
tienen una importancia vital en el desarrollo del negocio o de la profesión. Su puesta en
marcha señala a personas concretas que tenían una manera propia de entender esta manera
de comunicar. Aunque su tiempo haya pasado, la influencia que han ejercido puede
reconocerse en etapas posteriores. Muchos fueron fundadores de las que aún hoy son
grandes agencias y encarnaron planteamientos clásicos que todavía se reconocen en
campañas actuales. Representan posturas a menudo encontradas y estilos de vida a veces
opuestos. De entre aquellos grandes nombres destacamos seis:
ALBERT LASKER (1880-1952).

Lasker empieza cubriendo noticias para el Galveston Morning News, aunque conoce muy pronto
el negocio publicitario al entrar en la agencia Lord & Thomas de Chicago, de la que fue Presidente
durante más de cuarenta años. Su cometido fue captar clientes, con los que demostraba una
verdadera habilidad a la que sumaba lo que entendía como la clave de la eficacia : escribir textos
que vendiesen el producto.
Por esta razón los redactores eran para él la pieza fundamental de la agencia. John E. Kennedy fue
el primer y principal copy de Lord & Thomas y, según el propio Lasker, un guía para todos los
demás.
Para resolver qué había que decir sobre el producto y llegar al público, Lasker confiaba en su
intuición, rechazando prácticamente cualquier otro recurso. Su
STANLEY RESOR (1879-1962)

• Director de J. Walter Thompson, en la que revolucionó la facturación, ya millonaria


cuando llegó, así como su organización interna. Este ex profesor de Yale pensaba que lo
más importante para la agencia es el equipo y la forma de trabajar de sus miembros.
Captar a los profesionales más capacitados y mantenerlos unidos era su estrategia de
negocio. La prueba de que esta ambición podía llevase a cabo fueron aquellos años en los
que compartieron despacho Samm Meek, James Webb Young,
• Henry Stanton, Ken Hinks y Gilbert Kinney. Resor defiende la investigación, la creación
de equipos de distinta formación y procedencia y el destacado papel de los ejecutivos.
Con esta filosofía se mantuvo en su puesto durante cuarenta y cinco años.
STANLEY RESOR (1879-1962)

• Director de J. Walter Thompson, en la que revolucionó la facturación, ya millonaria cuando


llegó, así como su organización interna. Este ex profesor de Yale pensaba que lo más
importante para la agencia es el equipo y la forma de trabajar de sus miembros. Captar a los
profesionales más capacitados y mantenerlos unidos era su estrategia de negocio. La prueba
de que esta ambición podía llevase a cabo fueron aquellos años en los que compartieron
despacho Samm Meek, James Webb Young, Henry Stanton, Ken Hinks y Gilbert Kinney.
• Resor defiende la investigación, la creación de equipos de distinta formación y procedencia y
el destacado papel de los ejecutivos. Con esta filosofía se mantuvo en su puesto durante
cuarenta y cinco años. Rubicam contrató a George Gallup, profesor de la Norhwestern
University para investigar el índice de lectura de las páginas de publicidad y al director de arte
Vaunghn Flannery, que transformó estéticamente los mensajes de la agencia.
LEO BURNETT (1891-1971)

Después de trabajar como pegador de carteles y periodista Leo Burnett ingresa en el


departamento de publicidad de Cadillac y, más tarde, en una agencia de Indianápolis yen
Erwin Wasey. En 1935 crea Leo Burnett, a la que le tardó en llegar el éxito. Su filosofía sirvió
para crear campañas míticas y una corriente distinta dentro del sector que supone el inicio
de la escuela de Chicago. Su base principal es la defensa de la calidad de los trabajos y el
servicio al cliente por encima de cualquier otra prioridad, como el tamaño del negocio o el
dinero. Burnett prefiere la publicidad que se dirige a la gente corriente y propone mensajes
creíbles apoyados en la emotividad del producto.
CLAUDE C. HOPKINS (1867-1932)

• Llega a Lord & Thomas a los 41 años, después de casi veinticinco de experimentar en
otras empresas, tanto en el dominio de las técnicas de venta como en la redacción de
textos. Para Hopkins “la publicidad tiene que vender” y sus ideas no se limitan al anuncio
sino a la distribución, los estudios de mercado o la creación de recursos de apoyo. Para él
la prioridad del texto sobre las ilustraciones era absoluta, en cualquier caso, para saber si
sus propuestas funcionan bien, “la mejor forma de saberlo –decía– era someterlas a
prueba”.
BILL BERNBACH (1911-1982)

• Este americano licenciado en literatura inglesa, y en un tiempo redactor de discursos,fue


director creativo en Grey hasta crear su propia agencia con Ned Doyle y Max Dane, en
la que desarrolla todas sus ideas y su necesidad de premiar la originalidad. Defendía muy
personalmente Doyle, Dane & Bernbach en la que todos debían saber que la creatividad
no está subordinada a la investigación y que era tan prioritaria la calidad de la idea como
la excelencia en la ejecución. Para Bernbach, el producto es siempre el protagonista de la
campaña y el publicitario debe trabajar para conocer la naturaleza humana y el arte de
conmover.
Naturalmente ellos no son los únicos que sobresalen en la historia de esta profesión,
pero sí los que convierten sus inicios en un camino para sus contemporáneos y los que
llegaron después.

Su habilidad para anticiparse al futuro y para hacer una propuesta


innovadora y llevarla a cabo les ha proporcionado un lugar en la memoria de la
publicidad.
PROTAGONISTA: EL CARTEL.

El cartel tiene su historia propia que nos lleva y nos trae de la propaganda al arte, dela difusión religiosa a la
literaria y, de estos terrenos, al uso comercial en cualquier época hasta llegar a la actual (ver epígrafe 8.11.).
El cartel siempre ha sabido destacar entre todos los medios, antes y después del desarrollo tecnológico y
en convivencia con el resto de las posibilidades, masivas o no, de hacer llegar los mensajes. Quizá esto se
deba a la sencillez de su sistema: una nuncio puesto en la calle visible para todo aquel que pase. Su
recorrido suele estudiarse desde la etapa que va del siglo XVI al XVIII, ya que la imprenta supone para él un
impulso tan importante como para otras piezas que hoy designamos con nombres como folletos
comerciales y catálogos de libreros, a las que gana en difusión y popularidad.
• En esta época puede hablarse de tres tipos de carteles: los oficiales, la inmensa mayoría, de
contenido político y religioso, los de espectáculos, que informaban sobre fiestas, ferias,
representaciones de teatro y otros saraos, y los comerciales, más difíciles de encontrar, que,
sobre todo, anunciaban productos farmacéuticos y de botica a los que se asignaban
propiedades milagrosas.
• La calidad de los primeros carteles impresos era mediocre, a excepción de los que tiraban
talleres más selectos. Tampoco los rótulos de los establecimientos estaban muy cuidados, pero
esta cuestión va mejorando con el paso del tiempo. Desde mitad del siglo XIX un paseo por
las principales ciudades europeas y de Estados Unidos permitía ver carteles fijados en
fachadas y establecimientos, además de placas, enseñas, hombres anuncio, carros con
cartelones y otras soluciones que van incorporando novedades, como la luz eléctrica, para
mejorar su capacidad de captar la atención.
La gran contribución al cartel proviene del ingenio de los artistas que aplicaron su técnica y
su manera de entender la vanguardia a obras que anunciaban sobre todo locales, eventos y
productos. Multitud de artistas del XIX y los que vivieron el cambio de siglo popularizaron
sus aportaciones en los carteles publicitarios.
La lista de movimientos artísticos y nombres es muy larga, por citar algunos, Gavarni,
Daumier, Manet, Jules Chéret, Toulouse Lautrec, Steinlen, Bonnard, Muchá o Cassandre en
Francia; William Morris, Beardsley, Hardy, John Hassal, Cecil Adin y los Beggarstaffs en
Inglaterra; Maxfield Parrish o William H. Bradley en Estados Unidos; y Riquer o Ramón
Casas, Soria, José Ma Sert, Manuel Benedito, Cecilio Pla, Benlliure o Gaudí en España.

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