INTRODUCCIÓN, 1
Promesas del Redentor: 1) protoevangelio (Gn 3, 15); 2) promesa a Abraham (Gn 12)
de darle una tierra y hacerle padre de un gran pueblo y que por su descendencia
serían bendecidas todas las naciones de la tierra; 3) confirmación y renovación de la
promesa con distintos elegidos, concretando la ascendencia del Mesías:
descendiente de Jacob, de la tribu de Judá, de la familia de David.
Prólogo del Evangelio de San Juan; Rom 9, 5 (“el cual es sobre todas las
cosas Dios bendito por los siglos”); Flp 2, 5-8 (“siendo de condición
divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios...”); Tit 2, 13-14
(“esperamos la manifestación gloriosa del gran Dios (...) Jesucristo”).
CR 19 de 43
REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 7
AT: título dado a los ángeles (Dt 32, 8), al pueblo elegido (Ex 4,
22), y a sus reyes (2 Sam 7, 14). Significa entonces una relación
particular entre Dios y su criatura. También cuando llama “hijo de
Dios” al Mesías (Salmo 2, 7) los judíos entendían que era un
hombre singular-mente bendecido por Dios, y no Hijo único de
Dios por naturaleza.
Esas teorías reducen la realidad de un ser a uno de sus actos: la persona sería
la simple conciencia de sí. Lo cual es un error, pues toda operación vital
como lo es la conciencia- requiere un sujeto operante, que es la persona. La
persona no se identifica con su conciencia, ni se constituye por ella: la
persona es quien tiene esa conciencia de sí.
CR 26 de 43 UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 7
Padres: Cristo no ignoraba la fecha del fin del mundo, sino que ni
quería ni debía revelarla. => CCE 474: “Lo que reconoce ignorar
en este campo (cfr. Mc 13, 32), declara en otro lugar no tener
misión de revelarlo (cfr. Hch 1, 7)”.
CR 34 de 43 LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 8
A partir del siglo XX, especial interés por la conciencia que Jesús
tenía de sí mismo: si se sabía Hijo de Dios y Mesías. Unos autores
niegan que tuviera conciencia de su divinidad. Otros sostienen que
desde una inicial ignorancia, iría poco a poco tomando conciencia
de ser Hijo de Dios y Salvador del mundo.
Que Cristo sea libre no significa que pudiera pecar. Elige siempre
el bien con dominio sobre sus actos porque su libertad es
perfecta. Querer el mal, no es lo propio de la libertad, aunque sea
un signo de libertad, como el error no es conocimiento.
CR 37 de 43
OTRAS CARACTERÍSTICAS, 3
CCE 478: “Nos ha amado a todos con un corazón humano. Por esta
razón, el Sagrado Corazón de Jesús, traspasado por nuestros
pecados y para nuestra salvación, ‘es considerado como el
principal indicador y símbolo (...) del amor con que el divino
Redentor ama continuamente al eterno Padre y a todos los
hombres’ (Pío XII, Enc. Haurietis aquas, 1956)”.
CR 43 de 43
OTRAS CARACTERÍSTICAS, 9
MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 1
MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 2
Cristo revela que Dios nos ama y nos destinó antes de la creación
del mundo a una alianza que nos hace participar de su vida
infinitamente feliz.
CR2 3 de 55
MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 3
La Biblia nos enseña que el origen del mal y del sufrimiento está en
el “misterio de iniquidad” que es el pecado: el de unos ángeles y
los de los hombres, principalmente el original, pero también los
personales de cada hombre y cada mujer.
El hombre con sus solas fuerzas no puede liberarse del pecado y sus
consecuencias. La liberación verdadera y completa del hombre
procede únicamente de Dios: “la prueba que Dios nos ama es que
Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros”
(Rom 5, 8).
CR2 4 de 55
MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 4
MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 5
MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 6
MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 7
San Anselmo (+ 1109) veía a Dios como Señor soberano, cuyo ho-
nor es ofendido por el pecado. Ante esta ofensa, el orden de la justi-
cia divina exige con todo rigor una reparación voluntaria adecuada
o un castigo. Pero la deuda es infinita por ser Dios el ofendido: no
debiendo pagarla sino el hombre, y no pudiendo pagarla sino Dios,
tenía que ser hombre y Dios quien satisfaciera al honor divino herido.
MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 8
MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 9
Algunas interpretaciones históricas erróneas
sobre la redención, 2
Para Lutero, la satisfacción (cfr. San Anselmo) tiene
lugar mediante un castigo. Cristo cae bajo la ira de
Dios, porque tomó sobre sí no sólo las consecuencias
del pecado sino el pecado mismo. Cristo nos redime por
medio de una “sustitución penal”: toma nuestro lugar y
es castigado por Dios en lugar nuestro.
Calvino añade que Jesús no sólo murió como pecador, sino que
también bajó al infierno y sufrió las penas de los condenados.
Estas teorías presentan a Dios no como Padre que nos ama sino
como un soberano vindicativo y, además, injusto (condena al
inocente en lugar del culpable).
CR2 10 de 55
MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 10
MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 11
MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 12
MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 13
MISTERIO DE LA REDENCIÓN, 14
MEDIADOR Y CABEZA, 5
MEDIADOR Y CABEZA, 6
MEDIADOR Y CABEZA, 7
MEDIADOR Y CABEZA, 8
MEDIADOR Y CABEZA, 9
Cristo representa a los hombres ante Dios y se ofrece por todos, pero
propiamente no nos sustituye: no decide por nosotros, puesto que
debemos arrepentirnos de los pecados e incorporarnos
voluntariamente a Él como miembros suyos; y tampoco nos ahorra en
esta vida las penas del pecado, incluida la muerte.
CR2 24 de 55
La gracia que nos libera del pecado y nos hace justos proviene del
Resucitado: es participación de la vida divina, nos hace hijos de
Dios.
CR2 47 de 55
GLORIFICACIÓN, 8
FRUTOS DE LA REDENCIÓN, 6
FRUTOS DE LA REDENCIÓN, 7
INMACULADA CONCEPCIÓN, 1
INMACULADA CONCEPCIÓN, 2
INMACULADA CONCEPCIÓN, 3
INMACULADA CONCEPCIÓN, 4
INMACULADA CONCEPCIÓN, 5
INMACULADA CONCEPCIÓN, 6
INMACULADA CONCEPCIÓN, 7
INMACULADA CONCEPCIÓN, 8
INMACULADA CONCEPCIÓN, 9
MATERNIDAD DIVINA, 1
MATERNIDAD DIVINA, 2
Dios puede crear una naturaleza humana de tal modo que el sujeto
de esa naturaleza sea un “Yo” divino, una Persona de la Trinidad.
Jesús, engendrado por obra del Espíritu Santo, es verdadero
hombre porque tiene una naturaleza real y perfectamente humana.
Y es verdadero Dios, porque la persona que sustenta esa naturaleza
no es otra que la del Verbo divino.
Ma 3 de 51
MATERNIDAD DIVINA, 3
MATERNIDAD DIVINA, 4
MATERNIDAD DIVINA, 5
MATERNIDAD DIVINA, 6
MATERNIDAD DIVINA, 7
VIRGINIDAD DE MARÍA, 1
VIRGINIDAD DE MARÍA, 2
VIRGINIDAD DE MARÍA, 3
VIRGINIDAD DE MARÍA, 4
VIRGINIDAD DE MARÍA, 5
VIRGINIDAD DE MARÍA, 6
VIRGINIDAD DE MARÍA, 7
VIRGINIDAD DE MARÍA, 8
VIRGINIDAD DE MARÍA, 9
ASUNCIÓN, 1
ASUNCIÓN, 2
ASUNCIÓN, 3
ASUNCIÓN, 4
ASUNCIÓN, 5
ASUNCIÓN, 6
MADRE Y MEDIADORA, 1
MADRE Y MEDIADORA, 2
MADRE Y MEDIADORA, 3
MADRE Y MEDIADORA, 4
COOPERACIÓN EN LA SANTIFICACIÓN, 1
COOPERACIÓN EN LA SANTIFICACIÓN, 2
COOPERACIÓN EN LA SANTIFICACIÓN, 3
CULTO Y DEVODIÓN, 1
CULTO Y DEVOCIÓN, 2
CULTO Y DEVOCIÓN, 3
“Es necesario además que los ejercicios de piedad (...) ponga más
claramente de manifiesto el puesto que ella ocupa en la Iglesia:
el más alto y más próximo a nosotros después de Cristo. (...)
El amor a la Iglesia se traducirá en amor a María y viceversa;
porque la una no puede subsistir sin la otra” (Ídem 28).
Ma 46 de 51
CULTO Y DEVOCIÓN, 4
SAN JOSÉ, 1
SAN JOSÉ, 2
SAN JOSÉ, 3
SAN JOSÉ, 4
SAN JOSÉ, 5