Litófilos, que se combinan fácilmente con el oxígeno. Estos elementos, que incluyen Na, K, Si, Al,
Ti, Mg y Ca, dominan la corteza terrestre, formando silicatos y otros óxidos.
Siderófilos, que se combinan fácilmente con el hierro (Fe, Co, Ni, Pt, Re, Os) y tienden a
concentrarse en el núcleo.
Calcófilos, que se combinan fácilmente con el cobre (Cu, Ag, Zn, Pb, S) y forman sulfuros;
Atmófilos, que se combinan fácilmente con el oxígeno (O, N, H y gases nobles) y dominan la
atmósfera.
Dentro de cada grupo, algunos elementos son refractarios, permanecen estables a altas
temperaturas, mientras que otros son volátiles, evaporandose más fácilmente, por lo que el
calentamiento puede separarlos