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EL ROMANTICISMO

(Siglo XVIII y XIX)


"El arte clásico tenía que reproducir una forma
determinada, lo real, y sus imágenes podían
identificarse con la idea del artista; el arte
romántico tenía que representar o más bien indicar
el infinito y cosas intelectuales, y veíase obligado a
inspirarse en un sistema de símbolos tradicionales
y de parábolas bellas... La imaginación realiza
esfuerzos increíbles para expresar con imágenes
materiales lo que es puramente intelectual"
(H. Heine)
"Estaban seguros aquellos filósofos de que su filosofía
había encontrado al fin las verdades eternas... de que
habían encerrado el alma en una definición tan
perfecta, que había de quedar prisionera en ella para
siempre... el racionalismo quiso no considerar en el
ser humano más que los valores universales de que
era representante; pero al sustraerlo a la autoridad, a
la tradición, a la norma venida del exterior, lo
desencadenó. El ser humano, sin necesitar otra
inspiración que la que le venía de sí mismo, se
convertía en dueño de sus acciones... El individuo es
libre; el pensamiento es libre; la pasión es libre; la
expresión literaria es libre..."
(P. Hazard, El pensamiento europeo en el siglo XVIII).
Romanticismo viene del adjetivo inglés romantic.
Usado alrededor del siglo XVII en Inglaterra para
señalar la naturaleza aventurera de las novelas de
caballería llamadas romance.
En Francia, también existía el término roman, cuya
significación era la misma.
La palabra tendrá un cambio semántico, designando
al sentimiento que inducía los paisajes, y los castillos
en ruinas.
John Evelyn en el año de 1654, califica de "un
paisaje muy romántico" a los alrededores de Bath.
En el año de 1666, Samuel Pepys describe un
castillo como "el más romántico".
Es difícil definir qué sea el romanticismo. Su carácter
revolucionario es incuestionable. Supone una ruptura con
una tradición, un orden anterior y una jerarquía de valores
culturales y sociales, en nombre de una libertad auténtica.
Se proyecta en todas las artes y constituye la esencia de la
modernidad.
Aunque la unanimidad del movimiento romántico reside en
una manera de sentir y de concebir al hombre, la naturaleza
y la vida, cada país produce un movimiento particular,
distinto; cada romanticismo nacional desarrolla distintas
tendencias.
En Francia o en España se suelen distinguir un romanticismo
de apariencia católica y nacional de otro más liberal y
materialista.
En Alemania o Inglaterra se diferencia un primer
romanticismo de un segundo, más maduro y menos teórico.
El Romanticismo significó un cambio de gusto de la
época y de las teorías estéticas de la creación.
Lo moderno frente a lo neoclásico, simbolizado en lo
francés y en la imitación de los modelos antiguos.
Lessing ataca el teatro francés clasicista, propone
imitar a Shakespeare y crear un drama nacional.
Herder defiende la existencia de un espíritu nacional
ligado al idioma cuyo desarrollo es la historia de cada
país; la manifestación de ese espíritu en las
creaciones del pueblo y en los grandes poetas, sobre
todo en la Edad Media cristiana. Afirma el
nacionalismo y el populismo que Schiller practicaría
en su teatro.
En Inglaterra revive el interés por la mitología y tradiciones
medievales escandinavas o celtas (Ossian) y se cultiva un
nuevo sentimiento ante la Naturaleza (Wordsworth y Coleridge).
Goethe, en Werther, dibuja el "mal del siglo", y en su Fausto,
busca un sueño imposible de inmortalidad.
F. Schlegel, contra la necesidad defendida por los neoclásicos
de ajustar la creación a unas reglas o leyes, sostiene que la
poesía crea sus propias normas pues es engendrada por la
fuerza original invisible de la humanidad. Sigue a Schiller, que
oponía la poesía ingenua y sentimental (moderna) a la poesía
objetiva. Esta tenía por objeto la perfección formal, que se
conseguía a través de sus limitaciones, mientras la moderna y
sentimental subordinaba lo formal al contenido, que era una
aspiración al infinito.
El Romanticismo fue un movimiento estético originado
en Alemania a fines del siglo XVIII como una reacción
al racionalismo de la Ilustración y el Neoclasicismo,
dándole preponderancia al sentimiento.
Se desarrolló en la primera mitad del siglo XIX,
extendiéndose desde Alemania a Inglaterra, Francia,
Italia, España, Rusia, Polonia, Estados Unidos y las
recién nacidas repúblicas hispanoamericanas.
Luego se transformó en diversas corrientes, como el
Parnasianismo, el Simbolismo, el Decadentismo o el
Prerrafaelismo, denominadas en general de
Posromanticismo, una derivación del cual fue el
llamado Modernismo hispanoamericano y español
Características
generales
El movimiento romántico abarca casi todo el siglo XIX;
pero su mayor apogeo se sitúa entre 1825 y 1875.

Características más importantes del romanticismo:


• Se opone a serenidad clásica. Es la expresión viva,
que se opone a la frialdad del Neoclasicismo.
• Es la exaltación de la libertad, frente a las reglas de
la academia.
• Es la variedad, contra la unidad en la composición.
• La imaginación y el sentimiento, frente a la razón.
El romanticismo aparece al fin del siglo XVIII y
principios del XIX como una reacción tanto contra
el clasicismo como contra el barroco y el rococó.
En efecto, se trata de un arte del "tercer estado",
no de la iglesia, ni de la nobleza.
Técnicamente, se aparta de las reglas, busca el
movimiento y da al color un valor casi simbólico.
Si la arquitectura progresa de manera caótica, la
escultura madura de manera interesante y la
pintura se produce con entusiasmo.
Concepto
No es un estilo en el sentido de los anteriores, por su
falta de universalidad.
El término se deriva de la palabra «romanza»,
originalmente composición poética de carácter
popular en una lengua románica; después narración
(en alemán y francés, Roman = novela).
Al principio, igual que «gótico» y «barroco»,
significado despectivo. Desde J. J. Rousseau (1712-
78), «la unidad entre el espíritu de la naturaleza (el
paisaje) y el espíritu del hombre», fue ideal de las
artes.
Actitud anticlásica, parte de Inglaterra con los siguientes aportes
La revolución industrial con el estilo funcional (arquitectura en fierro
y vidrio); el jardín inglés con el gusto por lo irregular (influencia en la
creación del neogótico); la valorización de la atmósfera como
elemento estético en la arquitectura y los precursores del
impresionismo en la pintura (Constable, Turner); el gusto por la
anécdota (en la pintura) y por la caricatura (Hogarth).
Exaltación de lo Subjetivo
Del Yo (hasta lo inconsciente, lo irracional, lo nocturno); y del
sentimiento, (hasta lo sentimental y melancólico).
Evasión en el tema
Desde el presente (hacia lo medieval sentimentalizado); desde su
tierra (hacia lo oriental exótico); desde la civilización (hacia la
naturaleza exaltada, el paisaje sentimental).
Para el romántico la Naturaleza no es un objeto, un todo
mecánico como quería Descartes, sino un todo orgánico, vivo.
El yo romántico rechaza formar parte de la Naturaleza como
una pieza más de su engranaje, y, por el contrario, hace
constar su individualidad, su capacidad creadora y
transformadora que extrae de sí mismo, de su interior, y
plantea una relación con la Naturaleza como una
comunicación del Uno al Todo, que a la vez desencadena su
aspiración al infinito: "imagínate lo finito bajo la forma de lo
infinito y pensarás al hombre" (F. Schlegel).

El romántico transforma el instinto en arte y el inconsciente en


saber. Aspira a la fusión del sujeto con la obra artística, del
"yo" en el "no-yo", del Uno con el Todo. Crear significa
aproximarse a su verdad, a la última dimensión del ser.
Temas románticos

Egocentrismo
El alma del hombre es su enemigo interior, identificable con una
obsesión incurable por lo imposible, que priva del goce de la vida al
individuo y hace que ésta le sea adversa. El alma romántica no es
dada desde fuera al individuo, sino que éste la crea cuando tiene
conciencia de sus sentimientos. Convierte al individuo en singular y
universal, de modo que el Universo sólo es posible concebirlo
partiendo del conocimiento de sí mismo,

La Libertad
El reino de la libertad absoluta es el ideal romántico, el principio de
toda ética romántica: libertad formal en el arte, entendida como
necesidad del individuo para explorarse y explorar el mundo exterior,
y para lograr la comunicación del Uno con el Todo, en una marcha
progresiva hacia la infinitud.
El amor y la muerte
El romántico asocia amor y muerte, como ocurre en el Werther de
Goethe. El amor atrae al romántico como vía de conocimiento, como
sentimiento puro, fe en la vida y cima del arte y la belleza. Pero el
amor acrecienta su sed de infinito. En el objeto del amor proyecta una
dimensión más de esta fusión del Uno y el Todo, que es su principal
objetivo. Pero no alcanzará la armonía en el amor. El romántico ama
el amor por el amor mismo, y éste le precipita a la muerte y se la hace
desear, descubriendo en ella un principio de vida, y la posibilidad de
convertir la muerte en vida: la muerte de amor es vida, y la vida sin
amor es muerte.

La religión de los románticos


Las posturas románticas acerca de la religión son variadas. No
obstante, en general la creencia no la fundan los románticos en
ninguna norma establecida, en ninguna moral instituida, sino en un
sentimiento interior y en una intuición esencial de lo divino que
conduce a una unión mística con Dios.
El romantismo se manifiesta ilustrando:

Las ideas expresadas a través la revolución francesa.


• Libertad y nacionalismo
• Valor del individuo, y consecuente exaltación del yo.
• Por lo mismo reacciona también contra la industrialización y promueve la
naturaleza, en paisajes y animales; y la búsqueda de lo divino

Lo exótico en:
• El recuerdo de un pasado glorioso y misterioso, desde Grecia hasta la
edad media, especialmente el gótico,
• Una geografía en expansión donde se incluyen el mundo desconocido de
África del norte y el de las tierras salvajes.

La fantasía y, sobre todo el drama, con:


• La obsesión de la muerte, la noche y las ruinas,
• La descripción de monstruos y criaturas anormales.
Contexto histórico
Entre 1770 y 1800 "Europa se acostó absolutista y
neoclásica y se levantó demócrata y romántica".
Gracias a la revolución industrial inglesa (1760-1840),
que desarrolla una clase burguesa y sienta las bases
del liberalismo; gracias a la revolución francesa (1789),
que proclama los principios de libertad, igualdad y
fraternidad; gracias igualmente a la revolución
americana con su Declaración de Independencia
(1776), que hace de los derechos del hombre su centro
y establece la república como forma de gobierno y al
pueblo como fuente exclusiva del poder; gracias a
todos estos hechos la Libertad reemplaza a la tiranía,
el poder absoluto se ve limitado y la democracia se
erige en ideal de gobierno.
Pero el siglo XVIII no es sólo despotismo
ilustrado, racionalismo y neoclasicismo.
Conviven con estas tendencias dominantes
las corrientes deístas y místicas, y se
reivindica también el valor de los
sentimientos y de la pasión.
Tradicionalmente la valoración de lo
irracional y sentimental se otorga al siglo XIX,
pero la centuria anterior también asumirá la
importancia de estas zonas de la psique
humana, como se aprecia en la importancia
que el siglo XVIII da a la sublimidad.
Literatura
El Romanticismo literario es el movimiento que dominó la
literatura en Europa desde finales del siglo XVIII hasta mediados
del siglo XIX. Se caracteriza por su entrega a la imaginación y la
subjetividad, su libertad de pensamiento y expresión y su
idealización de la naturaleza.

El romanticismo fue, pues, un estilo de vida cuyos rasgos más


característicos son los siguientes: la imaginación y la sensibilidad
serán bandera frente a la razón y la intelectualidad; el ansia de
libertad se manifiesta en contra de todas las formas impuestas
que coartan en el individuo la propia esencia de sí mismo; el
instinto y la pasión conducen al ser humano a un entusiasmo
exagerado o a un profundo pesimismo. En el caso de conducir al
hombre al sentimiento pesimista, provoca en el romántico la
huida que se puede plasmar en dos vías distintas: la de los viajes
o la de los suicidios.
Inspirados por el filósofo Jean-Jacques Rousseau y el
escritor alemán Johann Wolfgang von Goethe, se
considera el manifiesto literario del romanticismo el
prólogo de la segunda edición de las Baladas líricas
(1800) escrito por los poetas ingleses William
Wordsworth y Samuel Taylor Coleridge. En él se
destaca la importancia del sentimiento y la imaginación
en la creación poética y se rechazan las formas y los
temas literarios convencionales. De este modo
predomina la imaginación sobre la razón, la emoción
sobre la lógica y la intuición sobre la ciencia, lo que
propicia el desarrollo de un vasto corpus literario de
notable sensibilidad y pasión que antepone el contenido
a la forma, estimula el desarrollo de tramas rápidas y
complejas y se presta a la fusión de géneros y propicia
la libertad de estilo.
Música
Características
Los románticos rompieron con las rígidas formas del
pasado y trataron de democratizar la música.
Además, se basaron con frecuencia en melodías y
formas musicales de raíz popular. Es por ello, que uno
de los géneros más importantes del periodo es el lied,
refinamiento artístico de la canción popular.
Además, la música romántica tiende a ser
programática, o sea, pretende narrar directa o
indirectamente una historia. A ello se debe el auge de
la ópera y la creación de los poemas sinfónicos.
Un hecho importante durante el período romántico será la
extinción de la figura del compositor adscrito al servicio de una
iglesia o de un príncipe, algo que se mantuvo inmutable hasta
Haydn y que incluso el mismo Mozart no logró romper sin
graves consecuencias. Desde Beethoven, el compositor será un
artista libre que compone por propia decisión y que asume una
responsabilidad como creador independiente ante su sociedad.
Aceptará el mecenazgo pero no la servidumbre y, en general, a
lo largo de todo el siglo intentará ganar su vida como una
profesión liberal por los ingresos que sus obras puedan
proporcionarle.

También es de destacar la primacía del piano como instrumento


por excelencia y la ampliación de la orquesta en busca de
nuevas riquezas sonoras.
Compositores
El romanticismo comienza con tres artistas de transición que
vivieron entre los dos siglos: Rossini, Schubert, el músico que
llevo el lied a su máximo nivel artístico, y Beethoven, una de las
figuras más importantes de todo el arte universal.
Por otro lado, se encontraba Verdi, quien llevó la ópera italiana a
su máximo esplendor, con su música poderosa, sincera y de
gran inspiración melódica. La ópera alemana tuvo su gran figura
en Richard Wagner, autor de sus propios libretos y creador de un
mundo heroico, basado en la mitología germana. Además,
transformó la ópera en drama musical.
El nacionalismo musical tuvo sus primeros exponentes en Franz
Liszt, músico que revolucionó la técnica pianística y Fréderic
Chopin, el compositor polaco más romántico de Europa.
Arquitectura
Hay algunas condiciones que influyen en la variada trama de la
arquitectura del siglo XIX y conviene considerarlas ahora de
modo escueto para una mejor visión de toda ella.

El Romanticismo
Es el grito de rebeldía contra el siglo de la Razón y de las
Academias. A la Gran Europa de Napoleón se oponen las
nacionalidades que luchan por su independencia o por la
búsqueda de su identidad. Grecia lucha contra Turquía o Polonia
contra Rusia, pero Francia, España, Alemania o Inglaterra
buscarán en sus propias fuentes medievales la raíz de su
personalidad y su desvinculación de la dictadura greco-romana
del clasicismo. El gótico, el mudéjar o el románico serán la fuente
de inspiración de ciertas concepciones arquitectónicas de ese
tiempo.
La aventura colonial

La economía europea necesita mercados como consecuencia


del desarrollo industrial, y esto lanza a las principales potencias
económicas a la creación de nuevos imperios. El Medio
Oriente, la India y el sudeste asiático, por un lado, así como
África por otro serán repartidas en zonas de administración o
de influencia. De estas colonias, principalmente de las de Asia,
retornará a las metrópolis europeas toda una exótica cultura
que será inmediatamente aceptada sobre todo por los espíritus
post-románticos, aventureros e imaginativos. Palacios,
invernaderos, cafés, monumentos, etc. adquirirán aires indios,
árabes e incluso chinos.
La nuevas necesidades

La organización social conllevará modificaciones profundas


en las estructuras materiales. Nacen nuevos medios de
comunicación, como el ferrocarril, que exige estaciones,
puentes y, en general, grandes obras públicas; además, las
nuevas industrias requieren instalaciones de características
y dimensiones hasta entonces desconocidas. Se potencian
factores culturales y son necesarios museos y bibliotecas.
Por otra parte la gran riqueza producida requiere la
conquista de mercados, con lo que surgen las grandes
exposiciones internacionales con sus enormes instalaciones
provisionales que exigen un alto desarrollo de la técnica
constructiva, principalmente del hierro.
Los nuevos materiales

El hierro había sido utilizado desde la antigüedad como


complemento de la arquitectura para grapas o uniones, en
general, pero -hasta el XVIII no se obtiene un hierro lo
suficientemente consistente como para utilizarlo en la
construcción. El hierro colado, sustituyendo a la forja, permite
fabricar largas vigas pero también permite la elaboración de
adornos a un costo reducido. El vidrio cobra igualmente alta
importancia gracias al desarrollo técnico que a primeros del siglo
XIX logra producir hojas de hasta 2,50 x 1,70 metros. Los
invernaderos, estaciones de ferrocarril, museos, nuevas tiendas,
pabellones para exposiciones, etc., utilizan el vidrio como una
verdadera piel traslúcida que sustituye al muro o a la cubierta. El
cemento no hará su aparición hasta finales de siglo, y aunque
verdaderamente no influirá apenas sobre la concepción
arquitectónica del XIX sí anticipará el valor constructivo y
estructural que significará la arquitectura del siglo XX.
Iniciando a principios del siglo XVIII, el romanticismo
produce una arquitectura ecléctica y decorativa
que promueve las formas del pasado.
Además del gótico, varios estilos vuelven a la moda.
En Italia y en Francia el neoclásico y el renacimiento
continúan o resurgen.
Hacia mediados del siglo XIX reaparecen las formas
del barroco en edificios como la ópera de París y,
luego, la de México.
Finalmente, la incorporación del hierro en la
construccion genera una estetica nueva. Se emplea
como refuerzo del concreto (estatua de la libertad) o
solo (torre Eiffel).
El romanticismo literario evoca el espíritu de la edad media, y al propio
tiempo que descubría el pasado medieval en las antiguas ciudades,
despertaba el interés por la arquitectura gótica, presentándola como
estilo propio en contraposición al entusiasmo por la antigüedad
grecorromana. Se terminaron edificios medievales cuya construcción se
había interrumpido, como, por ejemplo en Alemania las catedrales de
Colonia y de Ulm. La restauración vivió un período de intensa actividad,
y se levantaron en estilo gótico no sólo iglesias, sino también edificios
civiles, entre ellos estaciones férreas.
El medievalismo de la época romántica no constituyó solo una reacción
contra las rigideses de la frialdad del arte neoclásico. Una de las
significaciones más profundas es la de la protesta de los pueblos del
Norte, en especial, Inglaterra y Alemania, contra el dominio del arte
mediterráneo. Tanto en Inglaterra como en Alemania, el particularismo
nórdico no había crecido nunca totalmente a la sugestión de lo
meridional. En caso concreto de Inglaterra, a pesar de los siglos de
renacimiento y de la notable influencia de la obra de Palladio, ciertas
formas de la arquitectura gótica mantuvieron una excepcional
supervivencia.
Francia
En Francia está la arquitectura de la nueva burguesía enriquecida durante
la revolución. Es la Francia de la industria y los transportes, con el tren
como principal símbolo de modernidad.
Charles Garnier (1825-1868) es el principal arquitecto de la época.
Construye la Ópera de París, máximo exponente de la burguesía francesa.
Garnier conjuga elementos arquitectónicos heterogéneos en los que
mezcla lo fantasioso y lo opulento del gusto burgués y un medievalismo
comparable al inglés en su variedad, como en la iglesia gótica de París.
Eugène Emmanuel Viollet-le-Duc (1814-1879) es uno de los arquitectos
más importantes del siglo XX, sobre todo gracias a sus estudios de la
arquitectura medieval. Es un gran divulgador, que escribe varios libros
como el Diccionario razonado de la arquitectura francesa en la Edad
Media, el Diccionario del mobiliario y otros aspectos de la arquitectura
medieval o La arquitectura. Más que un constructor es un restaurador de
monumentos. Restaura la catedral de Notre-Dame de París y la catedral
de Reims.
Otros arquitectos franceses son Franz Christian Gau, más medievalista:
iglesia de Santa Clotilde, y Paul Abadie : Ayuntamiento de Angulema,
Santa María de la Bastida en Burdeos.
Inglaterra
Su clasicismo romántico se centra en la exaltación del Medioevo.
Los críticos John Ruskin (1819-1900), William Morris (1834-1896)
y Edward Pugin (1834-1875) son los tres grandes historicistas del
momento, pero cada uno tiene diferentes concepciones del
hombre, que se reflejan en diferentes estilos arquitectónicos.
El historicismo inglés gusta de los ambientes exóticos y salvajes.
Son típicos los palacetes y los kioscos en los parques ingleses.
Pugin construye: iglesias de San Oswald en Liverpool y San
Wifredo .
Otro gran arquitecto es Charles Barry (1795-1860), que construye
el Parlamento de Londres con un estilo totalmente gótico,
neogótico. La arquitectura hace continuas referencias a los
monumentos autóctonos en busca de una arquitectura nacional.
También destacan George Edmond Street : Palacio de Justicia,
George Gilgert Scott , y Alfred Waterhouse.
Ópera de París, 1862-75 / Charles Garnier
Torre Eiffel (París), 1889
300 m h
Gustave Aleixandre Eiffel
Participaron los miembros del taller de Eiffel, con experiencias realizadas antes por ellos. Para fijar los
cuatro pilares de la base se utilizó el sistema de prensa hidráulica ya utilizado en sus puentes desde
1858. El taller ejecutó 5.300 dibujos, detallando 18.038 piezas diferentes; el ensamblaje de las piezas
requirió 7 millones de remaches, y se construyó en sólo dos años, con un promedio de 250 obreros. En
1896, se organizó un concurso oficial para embellecerla, proponiéndose sustituir estos pies por elefantes
metálicos de enderezadas trompas.
Museo de la Universidad de Oxford, 1853
Deane y Woodward
Museo de la Universidad de Oxford, 1853
Deane y Woodward
Museo de la
Universidad de
Oxford, 1853
Deane y Woodward
Crystal Palace
(Londres), 1851
Joseph Paxton
Casas del parlamento 1836/68.
Charles Barry. Londres
España
La búsqueda de una arquitectura nacional lleva a la tesis de
que hay que estudiar los monumentos autóctonos
diferenciadores; y encuentran en el mudéjar y el isabelino el
estilo nacional, con lo que se recupera en los edificios de nueva
planta; plazas de toros principalmente.
Este es un estilo neomudéjar que utiliza motivos islámicos en la
arquitectura, usa con profusión el ladrillo visto y los combina
con la mampostería. Utiliza, también, el arco de herradura, el
de medio punto, el lobulado y el apuntado, todo ello con una
cierta sobriedad decorativa.
Arquitectos españoles importantes son Matías Laviña:
restauración de la catedral de León, Aníbal Álvarez Bouquel,
Narciso Pascual y Colomer (1808-1870): Congreso de los
Diputados, palacio del marqués de Salamanca, hoy Banco
Hipotecario, que tienden a lo isabelino.
Más cerca del mudéjar están Emilio Rodríguez Ayuso, (1845-1891)
que construye múltiples plazas de toros; Lorenzo Álvarez Capra,
que hace la Virgen de la Paloma en Madrid; Juan Bautista Lázaro,
que es un gran restaurador: Santa Cristina de Lena, San Miguel de
la Escalada y la catedral de León; Francisco de Cubas, que
construye la Almudena en Madrid y la parroquia de Santa Cruz;
Joan Martorell, que hace el palacio del marqués de Comillas; y
Federico Aparici: la basílica de Covadonga.
Con la Restauración, y el triunfo del absolutismo monárquico,
aparece en España una arquitectura triunfalista y monumental de
carácter ecléctico, que utiliza el hierro, cuyos máximos
representantes son Agustín Ortiz de Villajos (1829-1902): hospital
del Buen Suceso, teatros de La Comedia y María Guerrero, Eduardo
Adaro: Banco de España, Banco Hispano Americano, Enrique María
de Repullés: fachada cóncava de la Bolsa de Madrid, Fernando
Arbós y Termanti: basílica de la Virgen de Atocha, Luis de Aladrén:
fachada de la Diputación de Vizcaya, y Joaquín Rucoba:
Ayuntamiento de Bilbao.
Escultura
La escultura romántica no es tan productiva como
la pintura o la arquitectura. Se caracteriza por su
energía y su dinamismo.

Se presenta muy pobre y desorientada en general.


Los escultores no se volvieron a los modelos
góticos, ni a los modelos románicos de la Edad
media. Modifican apenas los modelos neoclásicos,
dándoles mayor movimiento e inspirándose más en
la naturaleza. Abandonan los temas mitológicos y
los de la historia clásica y se fijan en los de la Edad
Media y contemporánea.
Junto con "El drama lírico", "La música instrumental" y "La
armonía", esta obra forma parte del conjunto de grupos
escultóricos que flanquean las arcadas de los cuerpos
laterales de la fachada principal de la Grand Opera de París.
La obra de Carpeaux se diferencia de las otras tres,
rígidamente simétricas, con una victoria alada central
flanqueada por otros personajes de talla clásica, que,
acompañados de "puttis", sostienen elementos alegóricos. En
"La danza", el personaje principal, ligeramente desplazado
hacia la izquierda, es un genio alado, totalmente desnudo,
acompañado de un niño juguetón a sus pies, que anima a
bailar a un grupo de jóvenes, casi desnudas, en torno a él.
La danza 1869
Jean-Baptiste Carpeaux
420 x 298 cm. Piedra.
Musée d'Orsay, París.
Portrait de Nadine Dumas
Jean-Baptiste Carpeaux
Sculpture (Buste)
Marbre

1873-1875
Buste de Mme Noélie Moret
Buste
Jean-Baptiste Carpeaux
1873
La princesse Mathilde
(1820-1904)
Buste
Jean-Baptiste Carpeaux
95 cm x 70 cm x 44 cm
1862
Pintura
La pintura romántica acoge una gran variedad de
temas:

• Lo religioso se encuentra en la obra de los


pintores ingleses y alemanes.
El sentimiento místico es intenso, mas la intención
educativa se ha perdido.
• Lo social es omnipresente. Se observa por
ejemplo en la pintura francesa con el entusiasmo
revolucionario de Delacroix, y en las ironías de
Goya en España.
• La naturaleza aparece misteriosa, tanto
en su violencia como en su paz; los
animales domésticos (caballos) o exóticos
(tigres) se hacen un lugar.
• La edad media y el misterio del «Oriente»
(África del norte) introducen temas
nuevos.

En cuanto a la manera de trabajar, la composición


se subordina a la vitalidad y el color se carga de
valores simbólicos.
En la pintura romántica lo que más resalta es la
exaltación del colorido. Su rica policromía inunda
los cuadros como una fuerte reacción contra la
monocromía y la preponderancia de la línea que
caracterizó a la Neoclásica.
Por lo que se refiere al contenido, destaca el
sentimiento personal que sale al exterior a través
de las cosas; muchos de sus temas son extraídos
de la historia, no en torno al mundo grecorromano
y sus aspectos mitológicos, sino más bien al
cuadro histórico con escenas de la vida.
El retrato romántico suele ofrecer un interés mayor,
por cuanto trata de reflejar mejor el espíritu del
pintor antes que el de la persona en cuestión.

El paisaje se convierte en ideal más que en un


motivo, viene a ser un medio para expresar la
intimidad del pintor; por esta razón, el paisaje en el
cuadro romántico suele estar impregnado de
melancolía, y muestra efectos fantásticos que
prolongan las cosas y el cielo de acuerdo con la
exaltación momentánea del pintor.
Inglaterra
Willlam Blake (1757-1877)
Pintor, grabador y poeta. Místico y visionario. Tate
Gallery, Londres.

España
Francisco Goya (1746-1828)
Pintor, grabador y diseñador de tapices, artista de la
Corte española. Después de su estilo inicial, se torna
romántico con temas fantásticos y visionarios, con una
pincelada que es precursora de impresionismo y
expresionismo.
Christ as the Redeemer of
Man 1808

William Blake
Pen and watercolour,
496 x 393 mm
Museum of Fine Arts,
Boston
Isaac Newton 1795
William Blake
Copper engraving with pen and ink and watercolour, 460 x 600 mm
Tate Gallery, London
The Lovers' Whirlwind, Francesca da Rimini and Paolo Malatesta 1824-27
William Blake
Pen and ink and watercolour, 374 x 530 mm
City Museum and Art Gallery, Birmingham
I am Still Learning (Aún
aprendo) 1824-28

Francisco de Goya y Lucientes


Black chalk, 195 x 150 mm
Museo del Prado, Madrid
A Prison Scene 1810-14

Francisco de Goya y
Lucientes
Oil on zinc, 42,9 x 31,7 cm
Bowes Museum, Barnard
Castle
Allegory of the City of
Madrid 1810

Francisco de Goya y
Lucientes
Oil on canvas, 260 x 195 cm
Museo Municipal, Madrid
As far back as his
grandfather 1797-98

Francisco de Goya y
Lucientes
Aquatint, 215 x 150 mm
Blind Man's Buff
1788-89

Francisco de
Goya y Lucientes
Oil on canvas,
269 x 350 cm
Museo del Prado,
Madrid
Christ on the Mount of
Olives
1819

Francisco de Goya y
Lucientes
Oil on panel, 47 x 35 cm
Escuelas Pías de San
Antón, Madrid
Doña Narcisa Baranana de
Goicoechea c. 1810
Francisco de Goya y
Lucientes
Oil on canvas, 112 x 78 cm
Metropolitan Museum of Art,
New York
Here neither 1812-15 Francisco de Goya y Lucientes
Etching and aquatint, 158 x 208 mm
King Ferdinand VII with Royal
Mantle
1814

Francisco de Goya y Lucientes


Oil on canvas, 212 x 146 cm
Museo del Prado, Madrid
Majas on Balcony 1800-1814

Francisco de Goya y Lucientes


Oil on canvas, 194,8 x 125,7 cm
Metropolitan Museum of Art, New
York
Saturn Devouring One of his
Children 1819-1823

Francisco de Goya y Lucientes


Plaster mounted on canvas,
146 x 83 cm
Museo del Prado, Madrid
Self-Portrait 1815

Francisco de Goya y
Lucientes
Oil on panel, 51 x 46 cm
Museo de la Real
Academia de San
Fernando, Madrid
The Nude Maja (La Maja Desnuda) 1799-1800
Francisco de Goya y Lucientes
Oil on canvas, 97 x 190 cm. Museo del Prado, Madrid
The Clothed Maja (La Maja Vestida) 1800-1803
Francisco de Goya y Lucientes
Oil on canvas, 97 x 190 cm. Museo del Prado, Madrid
The Third of May, 1808: The Execution of the Defenders of Madrid 1814
Francisco de Goya y Lucientes
Oil on canvas, 266 x 345 cm. Museo del Prado, Madrid
Francia

Theodore Géricault (1791-1824)


Pintor y litógrafo. Líder de la oposición contra el
academismo de Ingres. La balsa de la Medusa,
Louvre

Eugene Delacroix (1798-1863)


Pintor y litógrafo. Con el anterior, los románticos
franceses más importantes. Gran colorista,
escenas dramáticas, temas del pasado y de la
literatura. Dante y Virgilio en el infierno, Louvre.
An Officer of the
Chasseurs Commanding a
Charge 1812

Theodore Géricault
Oil on canvas, 349 x 266 cm
Musée du Louvre, Paris
Study of a Head

Theodore Géricault
Oil on canvas
The Hermitage, St.
Petersburg
The Raft of the Medusa 1818-19
Theodore Géricault. Oil on canvas, 491 x 716 cm
Musée du Louvre, Paris
The Wreck 1821-24 Theodore Géricault
Oil on canvas, 19 x 25 cm. Musée du Louvre, Paris
Apollo Slays Python (detail)
1850-51

Eugène Delacroix
Oil on mounted canvas
Musée du Louvre, Paris
Aspasia c. 1824
Eugène Delacroix
Oil on canvas, 81 x 65 cm
Musée Fabre, Montpellier
Bouquet of
Flowers
1849-50

Eugène Delacroix
Watercolour,
gouache and pastel
on paper, 650 x 654
mm
Musée du Louvre,
Paris
Cleopatra and the Peasant 1838. Eugène Delacroix
Oil on canvas, 98 x 123 cm. Ackland Art Museum, Chapel Hill
Frédéric Chopin 1838

Eugène Delacroix
Oil on canvas, 45,7 x 37,5 cm
Musée du Louvre, Paris
Greece on the Ruins of
Missolonghi
1826

Eugène Delacroix
Oil on canvas, 209 x 147 cm
Musée des Beaux-Arts, Bordeaux
Liberty Leading the People (28th July 1830) 1830. Eugène Delacroix
Oil on canvas, 260 x 325 cm. Musée du Louvre, Paris
Odalisque 1857

Eugène Delacroix
Oil on wood, 35,5 x 30,5 cm
Private collection
The Death of Sardanapalus 1827. Eugène Delacroix
Oil on canvas, 392 x 496 cm Musée du Louvre, Paris
Alemania

Caspar David Friedrich (1771-1840)


Pintor y dibujante. Sumamente parco su colorido.
Paisajes melancólicos. Cementerio, Museo
Nacional, Berlín.

Philipp Otto Runge (1777-1810)


Simbolista y retratista. Padres del artista,
Hamburgo.
Boats in the Harbour at Evening c. 1828. Caspar David Friedrich
Oil on canvas, 76,5 x 88,2 cm. Gemäldegalerie, Dresden
Chalk Cliffs on Rügen
c. 1818
Caspar David Friedrich
Oil on canvas, 90,5 x 71 cm
Stiftung Oskar Reinhart,
Winterthur
Drifting Clouds c. 1820. Caspar David Friedrich
Oil on canvas, 18,3 x 24,5 cm. Kunsthalle, Hamburg
Evening Landscape with Two Men. 1830-35. Caspar David Friedrich
Oil on canvas, 25 x 31 cm. The Hermitage, St. Petersburg
Rocky Reef on the Sea Shore c. 1824. Caspar David Friedrich
Oil on canvas, 22 x 31 cm. Staatliche Kunsthalle, Karlsruhe
The Wanderer above
the Mists
1817-18

Caspar David Friedrich


Oil on canvas, 94,8 x
74,8 cm
Kunsthalle, Hamburg
Lily of Light and Morning Star
1808

Philipp Otto Runge


Pencil, black, red and white
chalk on brownish paper, 570 x
409 mm
Wallraf-Richartz Museum,
Cologne
The Great Morning
1809-1810
Philipp Otto Runge
Oil on canvas, 152 x 113 cm
Kunsthalle, Hamburg
The Small Morning
1809-1810

Philipp Otto Runge


Oil on canvas, 109 x 86 cm
Kunsthalle, Hamburg
The Lesson of the
Nightingale
1804-1805

Philipp Otto Runge


Oil on canvas, 105 x
86 cm
Kunsthalle, Hamburg
En Alemania, el romanticismo tiende hacia lo idílico. Se
desarrolla el estilo Biedermeyer de carácter local (1815-48):
retratos, pintura costumbrista anecdótico, sentimental y
humorístico.
Carl Spitzweg (1808-1880)
Pintor y caricaturista. Sátira amable del pequeño burgués,
fino cromatismo. El pobre poeta, Galería Nac., Berlín.

En Inglaterra, el romanticismo incluye a los Prerrafaellstas


que se inspiran en los pintores italianos anteriores a Rafael:
Rossetti, Hunt, Millais
Se oponen al academismo oficial, precursores del “Modern
Style” o “Art Nouveau”.
The Angler

Carl Spitzweg
Oil on wood, 25,5 x 18 cm
Gemäldegalerie, Dresden
The Poor Poet 1835. Carl Spitzweg
Oil on canvas, 155 x 221 cm. Neue Pinakothek, Munich
Fuentes:
• Brevario de los estilos. Francisco Otta. Editorial Universitaria. Chile 1987.
• www.artehistoria.com
• Neoclasicismo. Roxana C. Fraticola
• Historia del Arte. A. Fernández - E. Barnechea - J. Haro. Editorial Vincens-
vives. España. Primera edición 1992
• Historia del Arte. E. H. Gombrich. Ediciones Garriga S. A. España Quinta
edición 1975
• Neoclasicismo (s. XVIII). Cayetano Lupenna. Newsgroups: es.humanidades.arte
• http://es.wikipedia.org/wiki/Romanticismo"
• WEB Art Gallery. http://www.wga.hu

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