BOLIVAR Y CASTILLA
Los “caciques” eran hombres fuertes en sus regiones, que se erigían como
mediadores entre el Estado central y las sociedades provinciales. El cacique podía
ser un hacendado, un funcionario público (juez o prefecto, por ejemplo), un
comerciante importante, un jefe militar o varias de estas cosas a la vez.
A mediados del siglo XIX apareció en el Perú la palabra “gamonales” para referirse
a estos personajes, que persistirían en la vida de la república hasta bien entrado el
siglo XX.
Gracias a su control de la vida política local, conseguida en virtud de una red de
clientes, chantajes y reparto de prebendas arrancadas al Estado, conseguían ser
nombrados gobernadores o prefectos, o ser elegidos repetidas veces diputados o
senadores por sus circunscripciones.
El voto de los analfabetos favorecía la vigencia de estos personajes, dada la
facilidad que se daba para la adulteración de los resultados, o la presión y
manipulación de la voluntad de los votantes.
El caciquismo entró en una fase de relativa estabilización
desde mediados de siglo, con la primera presidencia de
Castilla.
además, los caciques solían adoptar posiciones indigenistas
y nacionalistas en los grandes debates nacionales. El
descentralismo fue, naturalmente, otra de sus banderas.
Figuras emblemáticas del caciquismo del siglo XIX fueron
hombres como Domingo Choquehuanca, Juan
Bustamante, Miguel Iglesias o Andrés Cáceres.
5. LA ORGANIZACIÓN DE LAS FINANZAS
6. EL PROYECTO DE LA CONFEDERACIÓN
PERÚ-BOLIVIANA