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dossier de
poesía visual
norteamericana
desliz
archivo digital artístico literario II
[ parte 1]
Mayo de 2008
La Habana
deslizarse
Poema visual. Mario Cervantes.
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II
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Dossier de poesía visual (Inéd Yolyanko
(Inéd
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norteamericana ito) Ex-ergo (corto fílmico
William
ito)
animado) /Dibujos
Pájaros en la playa (por el
/ Nota
grupo de teatro
parte 1
preliminar por Carlos M.
El Ciervo Encantado) (Inéd
Luis
Jorge /Enrique
Dossier Lage (Inéd ito)
Selección de texto con
ito) muestras en video tomadas
Doce microficciones del libro César Reglero (Inéd
Octavio Armand
(Inéd e una de sus puestas en ito)
inédito Vultureffect Envoltorios,
Dos semblanzas
ito) y un escena
regalos y deslices
autorretrato (manipulaciones gráficas,
Ernesto Carrión Thomas Ville (Inéd
poéticas y visuales)
Fragmentos del libro de ito)
Little life
poemas Demonia Factory,(Inéd Juan Carlos Castillón
(Fotografía)
Rosana Fernández
reciente aparición editorial
ito)
Organigramas
The hammer and the tickle de
Juan Zur éd
/Imágenes en(In Ben Lewis (reseña
(Inéd
4 piezas de música) Orlando Luis Pardo Lazo
diapositivas / ito
Dibujos literaria)
ito)
electroacústica El ruido histórico de la
Alejandro Arango Milián (Inéd diá(s)poratura (reseña literaria)
Teatro: El patio de miito ) o The
casa We are porno (Inéd
flesh failures (continuación) Dossier sobre elito)
YZO (Inéd primer evento
Timeline Retrospectiva
ito) internacional de arte
espacialmente confeccionada pornográfico en La
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colectivo
(Inéd
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canadiense
parte 1
ito)
El patio de mi
network
de diapositivas)
casa o
The flesh
Jorge Enrique
(Inéd
failures
Juan Zur
(Inéd
Lage
ito)
teatro
4 piezas de
ito)
música(continuación
Doce )
microficciones electroacústi
del ca
Rosana Fernández
Octavio
(Inéd
(Inéd
libro inédito
Armand Organigramas
ito)
Ernesto Carrión
ito)
Vultureffect
Dos Imágenes en
Fragmentos del
semblanzas diapositivas
libro de poemas
Dibujos
Demonia
desliz
(La Habana, 1979).
II Escritor.
deslizarse
Graduado de
Regino
Kamchatka, pues siempre estoy
página 2 ausente. O un poco lejos.
Oigo el leve crujido intermitente de la madera cuando apoya el peso de los muebles
y los fantasmas que los ocupan en algún mínimo desnivel de los mosaicos, acaso una
imperfección de fábrica, o tal vez la hendidura que como una cicatriz sanada por el
polvo había dejado el accidental mandarriazo de una mudanza. Ese crujido siempre
egino
es doble, alterno, como si tuviera un eco, cuando el trajín de la caoba resuena a la altura
de mis oídos. Reg
Aunque no los veo, sé que se trata de Cacha y Regino, acompasando las lentas horas y
los minutos en su corredor, altísimo para mí, sobre todo cuando detienen el vals inmóvil
para inclinarse hacia mi padre y ese que está en sus brazos, llorón o sonriente, y
que soy yo, aunque ni eso sabía entonces, por lo menos no con la certeza que ons
Alfon
lamentablemente me dieron después el nombre y los espejos.
Al cumplir cuatro o cinco me llevaban de la mano hasta esa casa para que pasara un o
rato con Regino. Solía ser por la tarde, temprano en la tarde. Me dejaban con Cacha o su
hija mayor, Caridad Mariana. ¿Caridad Mariana? Ese nunca fue su nombre para mí. La
el
llamaba Cachumba, el cariñoso apodo que rimaba lo mejor posible con el apelativo Sabbio avi
a¿Oct
casero de su mamá. Cacha o Cachita y Cachumba o Cachumbita eran las que abrían la
puerta para recibirme y luego para entregarme; y era con ellas que atravesaba la sala y
el comedor para buscar a Regino.
o
Por lo general me esperaba, listo para nuestros rituales, en la mesa paralela a la del Armand
comedor principal, pared de por medio y al borde del patio, poniéndole un punto final a
un nutrido plato de frutas, como si por carambola apetente repitiera el desayuno; o ?
sentado lo más cómodamente posible a pesar de la notable convexidad abdominal
continúa…
desliz Inédito
II
deslizarse Octavio Armand ¿Presentación?¿Autopresentación?
Nací en Guantánamo en 1946.
Mi familia ha vivido dos exilios.
Dos semblanzas y un autorretrato Siempre en Nueva York.
Ahora resido en Caracas, que yo
perfectamente puedo pronunciar
Regino
Kamchatka, pues siempre estoy
página 3 ausente. O un poco lejos.
en el primero de los taburetes del largo pasillo que daba al gallinero y al cuarto de
ejercicios que tanto me intrigaba, quizá por su olor a humedad y cerrado, o por los
viejos aparatos de pesa, casi todos de madera, que allí se conservaban, muchos
colgados de argollas empotradas en la añosa pared.
Ciertas tardes se dejaba sorprender con un par de pollitos en el polo sur de la barriga.
Allí se los colocaba una y otra vez, sísifos amarillos y con pitidos por piedra, para que
egino
Reg
escalaran hacia los remotos hombros, sólo para ser recibidos con una caricia y luego
devueltos al punto de partida que los obligaba a medir el Everest.
ons
Ocasionalmente era yo quien tenía que esperarlo, pues aún no se desocupaba de algún
asunto que lo retenía en su despacho atiborrado de libros, documentos y papeles. Para Alfon
que no se perdiera, imagino, o para que pudiera encontrame sin demora, lo hacía
precisamente en aquella mesa o en uno de aquellos taburetes. Impaciente, listo para o
nuestros rituales.
el
Si por algún motivo no habría cura suiza para la impaciencia en su callado aunque
reiterado cuándo, Cachita asumía un voluntariado de cantón turístico, pues tenía Sabbio avi
a¿Oct
madera de reloj de péndulo. Proponía entonces alternativas mitigantes para el vaivén
del tiempo. Me resultaba irresistible, por ejemplo, una visita guiada al gallinero. Cacha o
agarraba el cartucho amenazado por los excesivos granos de maíz con una mano y se
dirigía a la portezuela en la malla de alambre. Yo la seguía deseoso de repartir maná a Armand
manos llenas a los pollitos, las gallinas y el gallo espoloneado que las pisaba, temiendo
que por recelo bíblico el último fuera el primero y me atacara como a una mazorca. ?
continúa…
desliz Inédito
II
deslizarse Octavio Armand ¿Presentación?¿Autopresentación?
Nací en Guantánamo en 1946.
Mi familia ha vivido dos exilios.
Dos semblanzas y un autorretrato Siempre en Nueva York.
Ahora resido en Caracas, que yo
perfectamente puedo pronunciar
Regino
Kamchatka, pues siempre estoy
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Ya alborotado el gallinero con otra última cena, pasábamos en silencio al sancto
sanctorum,
sanctorum, que estaba al fondo, sin puerta pero techado, recinto oscuro donde las
ponedoras cotidianamente repetían sus milagrosos y frágiles soles. Cacha aprovechaba
para eclipsar algunos, como si se tratara de un justo trueque: banquete para las aves,
egino
desayuno para los Boti.
Sí tengo recuerdos de esa época. Prefería visitar el 911 que ir de manos con la cocinera,
Reg
Nestora, Emilio Giro arriba, a la Casa Riquelme, donde comprábamos el café que allí
mismo tostaban, y cuyo aroma me proporcionaba una grata borrachera cuando aún
faltaba media cuadra para llegar ante los molinos rojo candela y los oscuros sacos
repletos de granos aún más oscuros, relucientes y aceitosos como si hubieran sido ons
Alfon
arrancados de un olivo criollo.
Inclusive prefería las visitas a Regino que ir, Emilio Giro abajo, y siempre de manos con o
Nestora, a la panadería de Miguel García, donde aplastaba la nariz contra el vidrio que
me separaba de los dulces, seguramente para medirlos mejor, de cerquita, porque sabía
el
que de estar atrincherado tras el mostrador, aquel viejo español, conmovido, me Sabbio avi
a¿Oct
preguntaría cuál me gustaba, y me daría la agradable limosna que yo mismo señalara
con el índice goloso.
o
Sin embargo, puedo jurarlo sin cruzar los dedos, a pesar del aroma embriagante o
los cañaverales que me deleitan, prefiero las visitas a Regino. ¿Por qué? Es uno de mis Armand
mejores amigos. Tiene entonces, eso creo, más o menos mi misma edad, aunque es muy
grande y gordo; y en vez de jugar pelota o a los escondidos, se la pasa firmando ?
papeles y leyendo libros que nunca me presta, ni que yo jamás pediría prestados,
continúa…
desliz Inédito
II
deslizarse Octavio Armand ¿Presentación?¿Autopresentación?
Nací en Guantánamo en 1946.
Mi familia ha vivido dos exilios.
Dos semblanzas y un autorretrato Siempre en Nueva York.
Ahora resido en Caracas, que yo
perfectamente puedo pronunciar
Regino
Kamchatka, pues siempre estoy
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porque las escasas ilustraciones que no escapan al reojo nada tienen que ver con mis
muñequitos favoritos, que son Tarzán, Gasparín y el Pato Donald.
Donald. Francamente yo lo
visito para que no se aburra tanto. Pero sobre todo porque es muy divertido y no deja
que me vaya sin algún caramelo o una peseta que suelo convertir de inmediato en
egino
helados y durofríos.
En la sala me intriga la vitrina llena de raros objetos. No puedo evitar detenerme ahí un
Reg
rato. Hachas petaloides, fragmentos de vasijas, cuentas, hasta un cráneo ciboney pero
probablemente taíno que el propio Regino había encontrado en una excavación. ¿Sería
por la Maya, allá por Baracoa, donde Casiano Lores Lambert, el abuelo de Jacinta, la
mujer de mi pediatra, Emiliano Estrada Beatón, halló una de las piezas más importantes ons
Alfon
de arte taíno, el Cemí del tabaco que obsequió al presidente Estrada Palma? ¿O más
bien rumbo a occidente, rumbo a Santiago, donde ha aparecido un impresionante o
material lítico?
No me hacía estas preguntas durante aquellas visitas. No me hacía ninguna pregunta.
el
Miraba como cernícalo y absorbía como esponja. Las cuentas de caracol perforadas Sabbio avi
a¿Oct
parecían cráneos diminutos; y el cráneo amarillento, tras el curvo vidrio vertical de
aquella vitrina, era un adorno, fragmento de una joya que había sido un cuerpo. Hasta o
las hachas y los tiestos que suponía regados al azar despertaban el saltamontes de la
curiosidad y el gallo del conocimiento apetecible. La misma transparencia que me Armand
alejaba de los extraños caramelos desenterrados por el amigo me los prometía como
reto y me los ofrecía como tentación. Algún día, ¿lo imaginaría entonces?, iba a probar ?
esos sabores, lejos ya, muy lejos, de la vitrina de Regino; y los confundiría siempre,
continúa…
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Mi familia ha vivido dos exilios.
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Ahora resido en Caracas, que yo
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Regino página 6 ausente. O un poco lejos.
como si los desenterrase en mi propia boca, con las agradables limosnas de don Miguel.
Me levantan la vista los cuadros. Hay muchas obras de artistas cubanos, así como óleos
y acuarelas del propio Regino. Bosques, palmares, bohíos que reflejan la soleada
soledad de nuestros campos. Casi siempre se adivina un trillo, que a pesar de lo
estrecho sugiere que es posible seguirlo, traspasando las paredes, como si la mirada egino
Reg
fuera un tornillo capaz de cumplir la vocación de espacios arrinconados pero libres, que
yacen apenas un poco más allá del párpado, y a los cuales uno pudiera fácilmente
llegar tan solo con raspar un poquito la pintura de cal blanca sin necesidad siquiera
de desnudar el ladrillo.
Como si a la casa no le bastaran su amplio patio y su traspatio, se cubren de vegetación ons
Alfon
las paredes en estos cuadriláteros y rectángulos enmarcados. El paisaje se resume en
un punto de la pared vegetal, luego en otro, saltando de la ceiba verde a la nube blanca,
o
o trepando en un inmenso tronco como de cuero repujado hasta soltarse en un par de
alas que parecen pobladas cejas azules.
el
Hay un río donde me he bañado mil veces de tanto mirarlo. Inmóvil, la corriente me Sabbio avi
a¿Oct
arrastra hacia las cumbres donde nace en una gota de lluvia. En esa gota, mientras cae,
también me baño. Zambullido en ella recorro el oculto paisaje de las raíces sedientas, la o
profundidad flotante, casi suspendida y palpable que se arracima en unos mangos
rojizos o una mano de plátanos a punto de caer. Me siento fresco, limpio, como si Armand
yo mismo fuera el manantial jubiloso que brota de un rectángulo secuestrado por su
marco a la cal blanca.
?
continúa…
desliz Inédito
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Mi familia ha vivido dos exilios.
Dos semblanzas y un autorretrato Siempre en Nueva York.
Ahora resido en Caracas, que yo
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Me encanta la atmósfera reinante, que parece la callada prometida de un bosque. La
cocinera y la criada andan descalzas o en zapatillas de goma. Yo mismo me cuido de
hablar bajito y no corretear sino entre los árboles, nunca en el pasillo, aunque nadie me
lo ha pedido. Quisiera untarme la fresca penumbra de la sala, el comedor y las
habitaciones; y la brisa que se siente en el patio, aun al mediodía, gracias a tres árboles
frondosos, cuyas raíces revientan la tierra, como para acercarse a las nubes. egino
Reg
Es más fácil ser Tarzán aquí que en mi casa. Entre la vegetación, o en el alto muro de
ladrillos, siempre hay chipojos, lagartijas, pajaritos, amén del gallo, las gallinas y los
abundantes pollitos, cuya algarabía, mitigada por la sordina de estar en el ne plus ultra
del traspatio, es el único bullicio que se tolera. Tanto los árboles como los animales, son ons
Alfon
cuadros vivos, mutantes, enmarcados en los silenciosos confines de Martí 911, donde
solo raspan el pulido hielo del mosaico zapatos bajos, sin tacones ni mucho menos o
taconeo, o chinelas como las de Regino, que las tiene marrones y color vino.
Sobre las chinelas, un pantalón sostenido por tirantes a pocos centímetros del
el
diafragma. Luego una camiseta extrañísima. A la antigua usanza, imagino, pues nunca Sabbio avi
a¿Oct
las he visto igual, ni antes ni después. De mangas largas, y como reforzadas hacia la
muñeca por un amplio dobladillo. En el escaso invierno oriental se abotona desde el
pecho hasta el cuello, que puede quedar ligeramente escotado o casi tapizado por el
o
marfil de la tela. Armand
Probablemente ese escaso invierno determina también el uso de la gruesa bata,
suelta o apenas acordonada en la cintura, como si se tratara de un boxeador cuando
?
acaba de entrar al paraíso de Euclides, aunque si se fijan bien verán que la cintura
continúa…
desliz Inédito
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Nací en Guantánamo en 1946.
Mi familia ha vivido dos exilios.
Dos semblanzas y un autorretrato Siempre en Nueva York.
Ahora resido en Caracas, que yo
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no corresponde a un púgil, sino a alguien que arrastra los pies al caminar, y que lo
de peso pesado se lo debe exclusivamente a la circunferencia ecuatorial, medida para
siempre por el mejor sastre de la región, un baracoeso llamado Eratóstenes.
–Aquí está Tavito, anunciaban, aunque él sin duda ya lo sabía, por el puntual aldabonazo
y el crescendo coral de las pisadas. egino
Reg
−Y en la otra esquina, sobre mudas chinelas marrones, dentro del pantalón sostenido
por tirantes y la extraña camiseta debajo de la bata incomprensible en el trópico -a mí
me gusta andar lo más desnudo posible-; ese que ahora se voltea y saluda es el amigo
con quien voy a conversar y dibujar un rato.
ons
Alfon
Yo jamás hubiera podido sospechar siquiera que tenía fama de hosco y malhumorado,
acaso por los lances y duelos que había tenido en su juventud, uno de ellos o
particularmente recordado, pues según se decía paso a paso se acercó disparando su
revólver contra un rival escondido tras las columnas del Bloc Catalán. Los recelos y el
cautelas que mantenían de escaso perfil a los adultos a mí me tenían sin cuidado. Con el
niño que fui, y que trato de seguir siendo, siempre se portó como otro niño. Sabbio avi
a¿Oct
Durante años visité a Regino -así lo llamaba- casi todas las tardes. Mis visitas, debo
confesarlo, eran algo interesadas, pues nunca me iba sin un real sonante o una
o
consonante peseta para chucherías. Más que sabores, sin embargo, a esa frecuencia le Armand
debo saberes, pues el Regino simpático y bonachón que era aquel Boti temible se
sentaba a dibujar y conversar conmigo. ?
Nos enmarcaban entonces el silencio y el fresco de la casa, como si los dibujantes
continúa…
desliz Inédito
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Nací en Guantánamo en 1946.
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Dos semblanzas y un autorretrato Siempre en Nueva York.
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también fueran dibujos esbozados línea a línea y sin prisa por los cuentos que
invariablemente acompañaban la conversación y esos últimos trazos milagrosos,
definitivos, que como hábiles comadronas le sacaban vida al papel, repitiendo frente a
mis ojos asombrados las páginas que años después leería en el Génesis.
Cuando dibujábamos a dúo, al decir tigre cada uno rugía por su cuenta lo mejor posible egino
Reg
en hojas aparte con el lápiz o la pluma. Al alimón las cebras suyas no llegaban a ser
tales hasta que yo les añadía unas rayas que en mi docta opinión les faltaban; y mis
bigotudos felinos súbitamente cambiaban de género como si añorasen un arcaico
hermafroditismo, pues preguntando por la melena, él coronaba de lenguas solares a la
leona que yo había anunciado como rey de la selva. ons
Alfon
¿Cómo negarlo? Yo prefería sus dibujos. No solo porque podía venderlos hasta por cinco
centavos en el colegio sino porque de veras sus cebras parecían cebras, leones sus
o
leones, hipopótamos sus hipopótamos, y sus canguros tan canguros que saltaban. En
cambio yo practicaba una estética un tanto abstracta para mi propio gusto. Además,
el
¿qué otro amigo, así grandote como él, se esmeraría tanto por complacerme? Sabbio avi
a¿Oct
Para los dibujos acataba automática y rápidamente mis pedidos, como algunos
mariachis o boleristas. Así lo mismo entonaba un elefante con grandes orejas y colmillos o
curvos y puntiagudos, que la jirafa de larguísimo cuello y repetidas manchas, un
conejito de orejas gachas, tres hormiguitas cargando migas, feroces dragones, el Armand
pato Donald visto por quien evidentemente nunca lo había visto, un pajarito volando y
dos pichones en el nido, un león espantándose las moscas con la cola, una gallina
?
ponedora, la gata persa de Lucita, el caballo de Troya repleto de fieros guerreros,
continúa…
desliz Inédito
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Mi familia ha vivido dos exilios.
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Ahora resido en Caracas, que yo
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el caballo blanco de Martí, un toro de lidia, un majá dormido y otro despierto pero
mudando la piel, un alacrán a punto de picar, una telaraña vacía y otra con la araña
acercándose al mosquito que acaba de caer, un mono, otro mono pero enorme, como
King Kong, un ratón comiéndose un pedazo de queso, un gato cazando pero ese mismito
ratón, un perro callejero rascándose seis o siete pulgas, chivas, gallos, caimanes,
abejas, caracoles, cangrejos, erizos, tiburones... Infinito y complaciente bestiario. egino
Reg
Diluvio de dibujos. Cuarenta días en papel y tinta. Y el Arca de Noé, tranquila, flotando
como una sonrisa sobre las caprichosas aguas.
Un dibujo mío, lo contaba mi padre, logró desconcertar a Regino, que no supo ver, o más
bien adivinar, de qué se trataba. Lo había hecho en el escritorio de mi papá sin ons
Alfon
descuidar detalles, para mostrárselo como tarjeta de visita. El esmero renacentista por
impresionar al otro dibujante, ese sí del cinquecento florentino, parece haber tenido o
una alta dosis de involuntario cubismo analítico. Lo cual extravió el altanero propósito
del cubista nada adrede, cuya representación de El Calvario se alejaba demasiado de el
Jerusalén para que resultaran reconocibles las tres cruces de olivo o la calavera de
piedra.
Sabbio avi
a¿Oct
−¡Papá, verdad que Regino es bruto! ¡Le enseñé el dibujo y no supo de qué se trataba!
¡Se lo tuve que decir!
o
A la caída de la tarde, mi padre se acercó al alto corredor donde el susodicho se Armand
balanceaba al lado de su mujer, para echarle con mi rabia una arriesgada broma al
hosco.
?
−¿Regino, sabe que usted es bruto?
continúa…
desliz Inédito
II
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La caoba dio un frenazo casi simultáneo en los dos balances, aunque el claro ganador en
la precipitada carrera por anular el movimiento fue Regino. Por una cabeza, como dice el
tango. Nada menos que la suya, que quedaba en entredicho.
−¿Cómo dices, Luis?
Mi padre desenvainó el dibujo que llevaba enrollado en la mano izquierda y señaló unos egino
Reg
puntos que evidentemente eran clavos; y una cabeza, sí una cabeza, y no, no un nido de
pájaros sino una corona de espinas. Detalle a detalle crucificó al espectador en su crasa
ignorancia y su deplorable incapacidad para apreciar las requetebellas artes.
El asunto no terminó en duelo sino en risas. A costa mía, por supuesto. Yo también lo ons
Alfon
pude reír, gracias a que no me lo contaron aquel día, sino años después, ya muerto
Regino, y apagada la virulencia plástica. o
Las conversaciones fueron decisivas para mi temprano aprendizaje. Regino desataba el
nudo de las hipérboles y las variadas invenciones con que yo pretendía sorprenderlo.
el
−Había una ballena gigante en El Uvero. Era como de aquí hasta allá, aseguraba Sabbio avi
a¿Oct
estirando el índice hacia la descascarada pared al fondo del traspatio. Me acerqué
calladito, remando sin hacer bulla, pero no la pude cazar. Me vio y se zambulló tan o
hondo que no la pude alcanzar con el arpón.
−Ojalá tengas mejor suerte la próxima vez. Pero recuerda: ten siempre mucho cuidado.
Armand
Las ballenas a veces embisten las embarcaciones. Un bote de remos como ese que tú ?
usas puede ser peligrosísimo. Yo cacé una ahí por El Uvero. Bueno, un poco más hacia el
este, aunque sin llegar a Maisí. De esto hace muchos años. Era algo más grande que esa
continúa…
desliz Inédito
II
deslizarse Octavio Armand ¿Presentación?¿Autopresentación?
Nací en Guantánamo en 1946.
Mi familia ha vivido dos exilios.
Dos semblanzas y un autorretrato Siempre en Nueva York.
Ahora resido en Caracas, que yo
perfectamente puedo pronunciar
Kamchatka, pues siempre estoy
Regino página 12 ausente. O un poco lejos.
que tú enfrentaste. De allá, y señalaba con su índice la misma roñosa pared solo para
trazar de inmediato un semicírculo enorme hacia la pared que daba a la calle, hasta
aquella mesita que está en la esquina de la sala. Sí, esa misma, la esquinera. Te
recomiendo que caces a nado, como hice yo. Así no te oirá la ballena cuando te
acerques. Yo pude colocarme a su lado y encaramármele encima. Por eso logré darle un
buen arponazo en la cabeza, justo por el hueco por donde respiran y lanzan el chorro de egino
Reg
vapor como una locomotora. Por supuesto que entonces se zambulló. Pero no la solté.
Aguanté la respiración bajo el agua bastante rato, como una media hora, hasta que muy
cansada se dio por vencida; pues como te dije no la solté para nada. Ni que lo hubiera
querido la podía soltar. Imagínate, un pulpo que iba con ella me agarró por el brazo
izquierdo. Aquí, casi en el hombro. Para colmo diecisiete tiburones daban vueltas
ons
Alfon
mostrando los colmillos, atraídos por la sangre de la ballena y del enorme pulpo que con
una sola mano tuve que matar.
o
−Sabes, Regino -tras reponerme del aplastante peso de la ballena devuelta el
engrandecida, volvía a la carga al cabo de unos minutos- , me metí en el monte para
cazar con mi arco sioux y casi tropiezo con un león que dormía la siesta. Como estaba
Sabbio avi
a¿Oct
tan dormido no quise despertarlo para que jugara conmigo. También sentí un poquito de
miedo, pero no se lo digas a mi papá. o
−Ay, Octavio, qué bueno que me lo hayas contado. ¿Sabes que nadie me ha querido Armand
creer que yo vi una leona con tres cachorritos cerca de la Loma de la Piña? Rugía como
un demonio, quizá porque me había visto de saco y corbata. O me había olfateado. Yo sí ?
tuve miedo. Bastante. No se lo vayas a contar a nadie, por favor.
continúa…
desliz Inédito
II
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Nací en Guantánamo en 1946.
Mi familia ha vivido dos exilios.
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Regino página 13 ausente. O un poco lejos.
Así eran aquellas conversaciones. Sin importar cuánto yo estirara la hipérbole, sin
importar cuánta curva sorteara la imaginación, Regino nunca me puso una luz roja. Al
contrario, me retaba siempre a otras incalculables dimensiones. Pasa de las magnitudes
a las funciones, salta hasta los números transfinitos, le sugería Sócrates a quien apenas
sabía contar hasta cien. Ante él nunca me sentí mentiroso. Tal vez, sí, algo escaso de
imaginación. egino
Reg
¿Será posible -seguramente me lo pregunté en más de una ocasión- que mis
invenciones se queden cortas ante la realidad? Que su bondad y su cariño hayan
respetado tanto mis primeros pasos en las aventuras del lenguaje y las ensoñaciones
multiplicadas por la palabra, me ayudaron a reconocer buenas semillas, sobre todo en ons
Alfon
los niños que a lo largo de los años me han ofrecido su amistad.
La fama de malas pulgas no era inmerecida. Y la conservaba intacta en el instituto,
o
donde era catedrático de literatura y gramática. Puntualísimo, recto, severo, implacable,
no permitía que nadie interrumpiese la clase ya comenzada. La puerta permanecía
el
herméticamente cerrada para cualquiera que llegase un segundo tarde. Y cualquiera Sabbio avi
a¿Oct
quiere decir exactamente eso. Sin excepción.
La propia familia repetía una anécdota que retrata al catedrático de cuerpo entero. o
Tiene que ver con Cachumbita, a quien le tocó cursar literatura y gramática con su
propio padre; y revela principios tan irrebatibles como dolorosos finales. Al contarla in Armand
illo tempore los Boti desanimaban a quienes pretendiesen una cariñosa intermediación
en época de exámenes. Por muy finales que estos resulten, aclaraban curándose en
?
salud, los principios, tajantes, inamovibles, incólumes, jamás los alterarán. Ni un ápice.
continúa…
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Regino página 14 ausente. O un poco lejos.
−Una vez Cachumbita sacó 59 en gramática. No hubo manera que las sumas y restas de
Regino le regalasen el punto que le faltaba para el aprobable 60. Sugerimos, pedimos,
rogamos, pero las garrochas se nos quebraban en la transversal del 59. Nadie logró
saltarla por Cachumbita, que tuvo que arrastrar la materia como cualquier hija de
vecino.
egino
Reg
Quizá Cacha nunca le perdonó del todo ese 59 a Regino. Comprendía perfectamente la
lógica del conyugal grammatikós.
grammatikós. Y la respetaba. Pero más allá de las cifras inalterables,
razonaría ella, hay un gran músculo capaz de ensancharse o contraerse con los números
naturales.
Ese 59 fue la raíz cuadrada del 3481 que me tocó jugar un buen día a instancia de ons
Alfon
Cacha. Se aprovechó que yo iba a acompañar al catedrático al instituto -como su
asistente decía él, aunque en realidad, luego yo lo sospecharía, para engañar un poquito
o
el vacío que le había dejado la muerte de Cachumba-, para que sirviera de agente doble,
como un cero cero séptimo en una todavía muy futura película de James Bond.
el
Mi papel -y de eso se trataba literalmente, de un papelito, un forro- consistía en lo Sabbio avi
a¿Oct
siguiente. Tenía que entregar con mucho sigilo el cable doblado por Cacha a Víctor
Castellanos, uno de los probables náufragos del día, que sin aquel oportuno tablón o
irremediablemente conocería las profundidades del Guaso.
Armand
Mientras esperábamos el coche que nos llevaría al instituto, me aparté para darle un
vistazo secreto a la criptografía. Nunca he olvidado la frase, que apenas una hora ?
después oiría en la voz de Regino, durante el dictado de ortografía correspondiente a la
ordalía final: Haya aguas, el paragüero vende paraguas y paragüitas.
paragüitas.
continúa…
desliz Inédito
II
deslizarse Octavio Armand ¿Presentación?¿Autopresentación?
Nací en Guantánamo en 1946.
Mi familia ha vivido dos exilios.
Dos semblanzas y un autorretrato Siempre en Nueva York.
Ahora resido en Caracas, que yo
perfectamente puedo pronunciar
Kamchatka, pues siempre estoy
Regino página 15 ausente. O un poco lejos.
Se suponía que como en dos o tres ocasiones previas el asistente iba para ayudar a
mantener el orden durante el riguroso examen, vigilando como un lince a quienes
minuto a minuto darían más y más patadas de ahogado. Esto mientras Regino leía o
revisaba algún documento en el escritorio, del cual solo despegaba los ojos, y siempre
como por instinto, para sorprender a un susurrante, o a un mudo con complejo
telescópico, o a un catcher que demasiado lejos del diamante pedía el lanzamiento de egino
Reg
un knuckler.
knuckler.
Entonces, fija la vista en los fulanos del no sé qué que quedan balbuciendo, los llamaba
por nombre y apellido sin fingir discreción. Los copiones se acercaban cabizbajos para
ver cómo aparecía un cero rojo muy arábigo y redondo en la hoja de repente pesada, ons
Alfon
marmórea, como una lápida.
−Pueden retirarse, decía el enterrador a los difuntos.
o
Por supuesto que yo nunca veía nada sospechoso durante el naufragio. No porque le el
faltara una niña chismosa a mis ojos, ni porque en la mirada de algunos candidatos a
ahogado escaseara la promesa de unas cuantas patadas. Sencillamente no era espía, Sabbio avi
a¿Oct
soplón, chivato, 33-33. Acompañaba a Regino por el redundante gusto de acompañarlo.
Y para dar un paseo en coche. Y por los caramelos. o
¿Se preguntarán si cumplí mi papel de agente doble aquel día? Saquen sus propias Armand
conclusiones. Pocos cayeron en la trampa del terrible dictador. Ni Víctor ni la
diagonal de cernícalos que enfilaron la vista tras el ratón letrado rodaron por el ?
piso con la zancadilla del subjuntivo inicial, que unos cuantos hubieran confundido
con un raro apelativo. Y la repetida curva de la diéresis, que le ponía
continúa…
desliz Inédito
II
deslizarse Octavio Armand ¿Presentación?¿Autopresentación?
Nací en Guantánamo en 1946.
Mi familia ha vivido dos exilios.
Dos semblanzas y un autorretrato Siempre en Nueva York.
Ahora resido en Caracas, que yo
perfectamente puedo pronunciar
Kamchatka, pues siempre estoy
Regino página 16 ausente. O un poco lejos.
un par de peligrosísimos colmillos a la sonriente pero venenosa Ü, no logró ponchar
a muchos pese a las mañas del lanzador.
Concluido el episodio de cero cero séptimo, divido 3481 por 59 para volver a
Cachumbita, a quien dejamos quemando pestañas en el rastrero estudio de las normas y
principios que regulan el uso del lenguaje dentro de la oración. Ella era la dueña de las egino
Reg
navidades en la casa. Una reina maga. Se ocupaba del arbolito, adornándolo desde el
tope hasta la base, que cubría con un paño verde.
A pesar del diminutivo, el arbolito casi llegaba al techo de la sala, por lo que Cachumbita
se encaramaba en una escalera para colocarle la reluciente estrella de Belén y los
adornos de arriba, donde el ramaje se iba angostando hacia la punta. Guirnaldas verdes, ons
Alfon
plateadas, doradas, campanitas, y frágiles bolas brillantes de diversas formas y colores,
como si aquel pino, amén de sus propias piñas tan leñosas como ornamentales,
o
milagrosamente diera diferentes frutos durante las fiestas. Mangos anaranjados,
naranjas amarillas, caimitos verdes y morados, manzanas rojísimas y peras de un verde
el
tan claro que se les veía el sabor y las semillas. Sabbio avi
a¿Oct
Cachumbita escondía los juguetes por todas partes. Donde único no se buscaba era en
el despacho de Regino, que daba a la calle y se abría al corredor, para que no se o
involucrara la intimidad de la familia en los asuntos públicos propios de la notaría. Allí
solo había archivos, carpetas, documentos, en un desorden tal, o en un orden tal, que Armand
solo él conocía.
?
Excepto por la empapelada cueva del notario, todo era territorio navideño, a partir de la
habitación contigua que, como las demás, estaba a mano izquierda según uno entraba.
continúa…
desliz Inédito
II
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Nací en Guantánamo en 1946.
Mi familia ha vivido dos exilios.
Dos semblanzas y un autorretrato Siempre en Nueva York.
Ahora resido en Caracas, que yo
perfectamente puedo pronunciar
Kamchatka, pues siempre estoy
Regino página 17 ausente. O un poco lejos.
Luego la
de Cacha y Regino, la de Cachumbita, otra casi siempre vacía porque Reginito estudiaba
fuera, y la de Florentina, vecina de la región del fuego, que era la cocina de carbón y
leña que estaba al fondo, colindante con el gallinero del traspatio.
El Día de Reyes visitaba el 911 con crecidas ganas. Algo me esperaba allí. ¿Uno? ¿Dos?
¿Cuántos regalos me habrían dejado Gaspar, Melchor y Baltasar? ¿Quizá tres, uno cada egino
Reg
uno? Nunca me atreví a decirlo entonces, por no perjudicarme con dos de ellos. Pero
ahora sí lo puedo decir: mi preferido era Gaspar. Seguramente tan bueno, pensaba,
porque es familia del fantasmita. Cuento con él. Pero ojalá todos me hayan dejado algo.
Por lo menos un juguete por rey y otro por mago.
No vale la pena preguntar. Allí nunca nadie sabe exactamente qué han dejado esos ons
Alfon
espléndidos señores. Sólo que sí, sí han pasado, pues los camellos -fíjate, me dice
Cacha- se han bebido el agua y se han comido toda la yerbita fresca que yo mismo les
o
había puesto al pie del arbolito, como en mi propia casa. el
Por mi mirada, ansiosa y extraviada en los rincones luego de agotar la sombra del Sabbio avi
a¿Oct
arbolito, ominosamente vacía, se adivinaba que me consumía una interrogante que no
me atrevía a formular. Pero la buena educación duraba poco. Al cabo de tres o cuatro
segundos no resistía más. La urbanidad perdía su excelencia en una entrecortada
o
averiguación, que lejos de frustrarse por las evasivas intuía certidumbres y promesas. Armand
−Tienes que buscar, decía Cachumbita.
?
−¿Dónde?
continúa…
desliz Inédito
II
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Nací en Guantánamo en 1946.
Mi familia ha vivido dos exilios.
Dos semblanzas y un autorretrato Siempre en Nueva York.
Ahora resido en Caracas, que yo
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Kamchatka, pues siempre estoy
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−No sé, por todas partes. A veces, cuando llegan muy cansados, dejan cosas en los
cuartos, hasta debajo de las camas, porque se tienen que acostar un ratico.
Eso y salir disparado era como llamarme bala. Por supuesto, siempre había tesoros
debajo de las camas. Y yo siempre los encontraba. Eran como sueños que se me habían
caído ahí aunque yo los hubiera soñado sobre otra cama, también de cuatro macizas egino
Reg
patas torneadas, pero que en estos asuntos nunca rivalizaba con el arbolito.
El 6 la aritmética de mis sueños no sumaba cuatro sino tres. Cada noche al rezar
contaba hasta el tetragrámaton: "Cuatro patas tiene mi cama,/ cuatro angelitos que me
la guardan:/ San Lucas, San Juan,/ San Marcos y San Mateo." Esa madrugada resultaba
siempre absolutamente excepcional, como si en su más por menos se repitiera al revés ons
Alfon
el milagro de los panes y los peces. Los puntos cardinales que entonces amanecían con
el gallo eran tres. Solo tres pero tales que no había que extrañar al cuarto, pues como
o
dije, ahí ni Gaspar, ni Melchor ni Baltasar me ponían juguetes. el
Flash: durante una búsqueda de tesoros escondidos me sorprende la nueva cama en el Sabbio avi
a¿Oct
cuarto de Florentina. No tiene patas, está a ras del suelo. Ergo a buscar en otra parte,
pues allí no puede haber nada. Pero antes repito el examen, como si aquel extraño
mueble también fuera cosa de reyes. Supongo que se la han traído de La Habana. Nunca
o
he visto tal: inmensa pero de trocada geometría. No está regida por la invariable Armand
costumbre rectangular ni por un previsible empeño cuadrado.
Es completamente circular, como si al diseñarla el geómetra se hubiera hecho cómplice
?
de extraños sueños, que acaso exigieron la azarosa rueda de la fortuna
continúa…
desliz Inédito
II
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Nací en Guantánamo en 1946.
Mi familia ha vivido dos exilios.
Dos semblanzas y un autorretrato Siempre en Nueva York.
Ahora resido en Caracas, que yo
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Kamchatka, pues siempre estoy
Regino página 19 ausente. O un poco lejos.
o un tiempo sin solución de continuidad. Un ir y venir de reiterados retornos, donde al
dios de los cristianos le pisaran los talones Ahura Mazda, Zeus, Quetzalcoatl o Varuna; y
los profetas de los Testamentos que santificaban el sábado o el domingo confundieran
sus voces con la de Zoroastro, los matemáticos mayas o las sacerdotisas de Delfos.
Después de la muerte de Cachumbita no hubo más arbolito ni Navidad. Se había perdido egino
Reg
la maga y con ella la magia. La penumbra de la casa se apagó aún más. Al propio Regino
le costaba mucho la conversación, el dibujo, el juego. Parecía haber abdicado.
Me siguieron recordando cada 6 de enero. Pero ya no había reyes en el 911. Ni para
entretenerme por las tardes ni para sorprenderme una vez al año. Ni pasaban por ahí ni
yo creía en ellos. Era Cacha la que en la sala o el comedor me decía esto es para ti. ons
Alfon
Una caja envuelta en papel estampado que ya nunca se abría de inmediato. Cada quien,
ese día, quería entristecerse a solas.
o
Regino murió cuatro años más tarde. El 5 de agosto de 1958. A los ochenta. En su casa. el
Yo estaba en Nueva York, alejado de la calle Martí por el primer exilio de la familia. Le
había escrito una o dos cartas. Creo que fueron dos. No hubo respuesta. Solo la noticia. Sabbio avi
a¿Oct
De la amistad que comenzó hacia mis cinco años, o antes aunque no lo recuerde, queda
un ejemplar de Martí en Darío, que yo conservo aunque está dedicado A Luisito Armand
o
y Santana,/ recuerdo de Regino/ Gtmo.,13 de mayo de 1953; y unos endecasílabos Armand
improvisados en el álbum de autógrafos de mi hermana Asela, que recién cumplía
diecisiete y cursaba literatura con él. En la misma tinta negra, pero sobre papel rosado, ?
de su puño y letra se lee:
continúa…
desliz Inédito
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Regino página 20 ausente. O un poco lejos.
Pórtico
Unos treinta. Veinticinco por lo menos. Ojalá los haya encontrado otro niño. egino
Reg
continúa…
desliz Inédito
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Alfonso el Sabio página 4 ausente. O un poco lejos.
sobre todo con las rodillas y la cintura, como si la algarabía de la música allí buscara
más laberinto que en el oído.
Los pies muy juntos, pues había que aprender a bailar -los boleros sobre todo- en un
ladrillo, la torre entera se tambaleaba como para que repicaran sus campanas, en risas
que lo mismo iban hacia dentro o hacia fuera. El viento y la sangre se mezclaban en egino
Reg
aquella risa, el pneuma para refrescar hasta el tuétano a los huesos, ligeros y cada vez
más claqueteantes a medida que el huracán sustituía a la médula; y la hemoglobina
abriendo por millones sus pétalos en horizontes que poco a poco iban abarcando los
cuatro puntos cardinales, contagiando de arriba a abajo de sur al norte y de oeste al
este donde vivíamos. ons
Alfon
Entre las contradicciones de mi naturaleza esquizoide, una me ha hecho girar en ciertas
casas, como si en sus rincones descubriera órbitas para el desenfreno de un planeta que
o
evidentemente soy, aunque a regañadientes. Me gusta bailar pero no me gustan los
bailes. Quizá porque no aprendí en salones sino en la sala de mi prima Magali, maestra
el
de un, dos, tres; y sobre todo en la playa, gracias a la mayéutica mayombe, con pies Sabbio avi
a¿Oct
de arena y no de exactas baldosas, trajeado casi exclusivamente por los poros,
ligerísimo de equipaje, como acaso hubiera dicho Antonio Machado si hubiera soltado,
junto con la muleta y el bastón, traje, corbata, camisa, calcetines y zapatos para bailar
o
un son en El Uvero. Armand
Esta contradicción resultó provechosa para algunas amigas, como Regla, la mujer de
Sabá Cabrera Infante, y hasta para amistades ocasionales, como Carmen Cirici,
?
entonces compañera de Eduardo Mata, española con candela, a quien sabrá el diablo
continúa…
desliz Inédito
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Alfonso el Sabio página 5 ausente. O un poco lejos.
por qué yo le decía Margarita y la sigo recordando como tal, que un par de veces me
siguió el compás de deux y hasta de dios, en el cuarto de música del apartamento de
Julián Orbón, en la esquina de 96 y Park.
Mata bailaba con la batuta y podía perder kilos durante un concierto, quizá porque
también tenía que dar tumbos con cada miembro de la orquesta. Pero como egino
Reg
Margarita no era ni blanca ni negra en las partituras se quedaba de solista hasta que
apareciera el diablo para ponerle paila a su candela. Tuve el gusto de ser ese diablo en
más de una ocasión, interpretando cuerpo a cuerpo algo de los Matamoros nada
menos que frente a un compositor de la talla de Julián, cubanísimo aunque asturiano de
raíz; y de Mata, entonces director de la sinfónica de Dallas, que había recuperado para ons
Alfon
México por lo menos ese rincón tejano, pero que también tenía algo de trópico en su
altiplano, pues había estudiado con Julián, y lo izaba muy alto en su batuta, que era un o
asta de primera.
Yo le decía Abel a Sabá. No solo para contrastarlo con su hermano en más de un sentido
el
único, sino para jugar por metátesis con las cuatro primeras letras de su nombre, que Sabbio avi
a¿Oct
era Alberto. Más gibareños que bíblicos, y empecinadamente modernos y nada antiguos,
ambos eran cinéfilos: hacían arqueología en la luz y en la superficie de la gran pantalla.
Ahí también era consumado arqueólogo Manuel Puig, que me caía requetebién, y por
o
supuesto Néstor Almendros, a quien apenas conocí, pero lo suficiente para que me Armand
confirmara alguna que otra simpática anécdota sobre su amistad con Rita Hayworth,
Dorothy Lamour, Ava Gardner y Esther Williams, todas reencarnadas en la telaraña del ?
argentino.
continúa…
desliz Inédito
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Alfonso el Sabio página 6 ausente. O un poco lejos.
Como Caín y Abel, yo era oriental. Pero nunca me repatrié en La Habana, aunque la
conocí de turismo y en dos dramáticas ocasiones como umbral al exilio. De niño prefería
a Baracoa, que visité dos veces, gracias a la Vía Mulata. Quizá la preferencia no solo se
debía al Yunque y La Farola, o los cucuruchos de piña y la torta de marañón, sino a la
fascinación que siempre ejerció en mí lo antiguo. Mi vida son los ríos que van a dar al
Duaba y el Miel, no La Rampa, que es morir. Exagero. Pero lo cierto es que tengo esa egino
Reg
extraña, casi imperdonable preferencia; y que por supuesto la arqueología, que me
apasiona, no me acerca a la luz y la farándula sino a la oscuridad y los muertos. De cine
sé muy poco, como si nunca hubiera salido de los de mi pueblo, el Blanco o el
Campoamor, a los cuales nunca entré, y el Luque o el América, frecuentados sin falta los
domingos de mi infancia.
ons
Alfon
Fui muy amigo de Sabá y traté bastante a Guillermo, a quien por carta le decía o
Guillermón, recordando a Moncada. Ambos eran amargados. Yo lo soy. Como casi todos
los cubanos, a pesar de la sonrisa a flor de labio, el choteo, la jarana, el chiste cueste lo el
que cueste y la carambola de palabras con triple sentido como un bizarro pasodoble en
la pista del idioma, castellano o no. No poco tiene que ver en esto nuestra historia, que
Sabbio avi
a¿Oct
transcurre pero no pasa, aunque sí pesa. Y mucho: ahí está el comandante fósil
todavía, como antes estuvo el sargento también tyranosaurus; y más atrás, en nuestro o
reciente cretáceo, el Asno con garras.
Armand
Simetría inversa la de Guillermo, admirable Joyce sin joy, y Cioran. El rumano, que
destila con raciniana elegancia rabia y amargura en sus escritos, era sumamente ?
divertido y alegre. El cubano también era divertido. Pero no alegre. Detrás de sus
continúa…
desliz Inédito
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sorprendentes malabares no había tragos en buenos ni malos bares, a pesar de la
insistencia cabaretera de su memoria. Más bien estragos, depresión, ira. Un ser
torturado que sobrevivía a la tortura muerto de risa. Solo que su risa era un rictus.
Luego del caso P.M. Sabá nunca volvió a hacer cine. Pero nunca dejó de trabajar en
películas, haciendo día a día mantenimiento a los filmes, los cuales se sabía de memoria, egino
Reg
porque el tratamiento con químicos, que a veces le dejaba los ojos más encendidos que
la pantalla, lo obligaba a conocer al detalle cada instante de cada escena, como si
aquellos ácidos escrupulosos le entregaran los secretos nucleicos del séptimo arte, las
claves de su ADN y su ARN, y muy particularmente su enlace fosfodiéster.
De lunes a viernes la obligación sabatina era arreglar películas, siempre tan enrolladas ons
Alfon
como él pero a veces rotas. Total: por amargura isleña y fatiga neoyorquina Sabá no
bailaba. Yo sí. A solicitud de Regla, para complacerla y por no perderme de su boniatillo,
o
dejaba que pusiera un disco de Beny Moré o Ñico Saquito para quitarle por un rato el
polvo al esqueleto. Después del enclaustrado fiestón, y luego que Sabá y yo
el
consumiéramos sin piedad el boniatillo, me gustaba jugarle una broma. Sabbio avi
a¿Oct
Cambiarle el nombre era como cambiarle el disco, pasar digamos de Santa Isabel
de las Lajas a El oro del Rin. Ella se llama María Regla pero le da rabia que le digan o
María. Ergo, algunas de aquellas tardes bailables en que yo pasaba de mi apartamento
al suyo, pues por un tiempo vivimos en el mismo conjunto residencial de Jackson Armand
Heights, malagradecido y buscapleitos, la pinchaba con su propio nombre, por
algún motivo considerado impropio. No más decirle María, como por olvido,
?
continúa…
desliz Inédito
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se levantaba un avispero que a Sabá y a mí nos divertía, por el intenso colorido que en
tales ocasiones María, es decir Regla, lograba darle a la lengua, más pintada entonces
que los labios. Ay, si ella hubiera sabido que no disfrutaba el son de los que son y no son
gracias a mí, mera sombra pálida y culterana del sonero aunque bolerista Alfonso, le
hubiera puesto un poco de boniatillo al ausente, oculto aunque bucólico como yo, pero
más resonante al cuero. egino
Reg
Alfonso también colaboró conmigo en numismática. Coleccionista nato, en el último
cuarto de la casa natal, calle Martí 918, teléfono 676, apartado 229 -pasarán más de mil
años, muchos más, pero no olvidaré estos números-, tenía varios cajones llenos de
cajas llenas de cajitas. Había montones de dibujos a lápiz y a tinta de Regino Boti, unos ons
Alfon
enormes colmillos de elefante que yo soñaba míos pero que eran de la familia, traídos
por el abuelo Octavio de algún viaje a Africa, cada uno con anillos de plata ajustados a o
cada extremo, para que se pudieran colgar como trofeos, cuarzos, minerales, un buen
trozo de piedra repleta de cristales y chispas de cobre que me había traído el primo el
Robertico de las minas de El Cobre, fósiles, colmillos de jabalí que no eran de jabalí sino
de macho cimarrón, codiciados obsequios, estos, de Pedro Escalante, que nació libre
Sabbio avi
a¿Oct
pero hijo de esclava lavandera en Romelié, y que firmaba las cartas a mi padre ya
exilado y casi tan pobre como él, tu negro esclavo Pedro, monedas antiguas, unas o
romanas, otras españolas y americanas. De estas últimas no pocas se las debía a mi
hermano.
Armand
Se suponía que Alfonso cuidara el rancho de El Uvero trescientos sesenta y cinco días al ?
año. Exceptuando vacaciones y permisos. Lógicamente no aguantaba tanta soledad,
continúa…
desliz Inédito
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Kamchatka, pues siempre estoy
Alfonso el Sabio página 9 ausente. O un poco lejos.
pues en aquella playa, así de corrido, solo vivían Rocambole; Mayimbe, el fortachón San
Pedro, localísimo que vivía con su mujer y sus dos hijitos al lado de la portería, que él
abría y cerraba cuando la algarabía o el claxon tocaban las puertas del cielo, y que un
buen día se unió para orgullo mío al ejército rebelde y luego, decepcionado y de regreso
a su santo oficio, otro mal día de abril del 61 cayó preso, para seguir en mi orgullo pero
ahora profundizado por la rabia y la tristeza; y Juan, republicano andaluz, cantero egino
Reg
mocho en ambas manos de varios dedos, sin duda por los excelentes muros de piedra
que construía de muchacho en su tierra y que luego, tan flaco como viejo, siguió
levantando en la nuestra.
Que yo recuerde Juan solo tenía dos posesiones: un gato tricolor que se llamaba ons
Alfon
Juancho y una escopeta tan vieja como él. Vivía cerca del enorme tanque que bien que
mal surtía de agua a la playa, casi tan lejos de Mayimbe como de Alfonso, que habitaban o
los extremos de la herradura que era aquel paradisíaco rincón guantanamero, y casi en
perpendicular extendida desde el norte al rancho del gordo y bonachón Benito el
Rodríguez, que era la cueva de Rocambole, o Roca, que así también le decían, quizá por
lo duro que era, y que además de cazar carey era el único proletario que podía mantener
Sabbio avi
a¿Oct
a raya a Papi, gigantesca prole de Benito, cetáceo pero retrasado, según la madre por
un golpe en la cabeza que había sufrido en una caída, años, muchos años atrás, cuento o
que todo el mundo fingía creer, menos Roca, que decía que Papi era malo, por no
perdonarle la jugada que le había hecho después de un almuerzo opíparo, pues el
Armand
bobo se echó al agua a pesar de los gritos de su madre, y comenzó a caminar mar
afuera, hasta que Neptuno lo tenía agarrado por el cuello y Roca tuvo que estrenarse
?
como tritón para remolcarlo hasta la orilla.
continúa…
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−¿Carajo, no te das cuenta que me pudiste matar, que acabando de comer uno no debe
meterse al agua?
−Por eso mismo lo hice, para que te ahogaras.
Todos reíamos el cuento y la malicia de Papi. Menos Roca, de quien conservo una
imagen tremenda. Cazaba el carey volteándolo, luego le cortaba la cabeza a la enorme egino
Reg
hembra que acababa de depositar cien o más huevos en la arena. La faena seguía al
separar las placas óseas para sacar la hueva y la carne, que se movía en el sartén
cuando la freían. En el fondo del carapacho dorsal se acumulaba un buen poco de
sangre. No se perdía. Roca se la bebía a pico, como se dice de las botellas de ron,
llevándose aquellos futuros peines y peinetas a la boca.
ons
Alfon
Poca compañía, estos cófrades, para el don juan Alfonso. Sobre todo si se considera su o
miedo a la oscuridad y su pánico a los muertos. Una vez fue visitado, muy entrada la
noche, por el cantero envuelto en una sábana. El andaluz se sentía mal y fue a buscarlo, el
tocando la puerta y luego reclinándose contra ella. Cuando Alfonso al fin abrió,
venciendo miedos ancestrales, aquel bulto blanco se le vino encima, y lo hizo competir Sabbio avi
a¿Oct
en los 100 metros planos con los mejores.
Recuperada la respiración, en la distancia oyó que el bulto débilmente repetía fon-so,
o
fon-so. Era el cantero, moribundo quizá, pero no fantasma. No todavía. Trató de Armand
ayudarlo, lo acomodó en su propia cama y fue a buscar a Roca, a ver qué se podía hacer.
Roca no despertó de buena gana. ?
continúa…
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Mi familia ha vivido dos exilios.
Dos semblanzas y un autorretrato Siempre en Nueva York.
Ahora resido en Caracas, que yo
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Kamchatka, pues siempre estoy
Alfonso el Sabio página 11 ausente. O un poco lejos.
−¿Acaso yo soy médico?, dijo entre dientes y colmillos y se entregó de nuevo a sueños
que quizá ni Freud mismo hubiera sido capaz de desentrañar. No hubo más remedio que
inventar uno. Un trago de ron quizá. O un te de qué. O velar al viejo toda la noche.
¿Cómo culparlo por sus frecuentes escapadas? Se iba a Guantánamo, un rato a pie y
otro caminando, o pidiéndole la cola a algún visitante. Confiaba en la disciplina playera egino
Reg
de mi padre y casi nunca le fallaba el cálculo. En la ciudad solo dos cómplices se
enteraban de sus andanzas: Tomás, nuestro chofer, más conocido como El Indio, alias
Bucín, que había llegado a Cuba desde Guayana o desde la India. El no lo sabía o no lo
decía, pero su oscuridad nada tenía que ver con la de Calita o Alfonso: visible aunque
remotamente, era hindú por los cuatro costados. El segundo cómplice era yo, cada vez ons
Alfon
que Alfonso se aparecía a la salida del campo de Queralt, donde hacíamos ejercicio los
muchachos del Colegio Americano. Solía darme la sorpresa cuando lograba conseguir o
algunas moneditas americanas: centavos, reales, pesetas, medios del siglo XIX. Por lo
general sumaban entre cincuenta y setenta o setenta y cinco centavos, una pequeña el
fortuna para su bolsillo. Pero nunca permitió que le diera Das kapital equivalente en
acuñación criolla. A lo sumo aceptaba acompañarme hasta la bodega de Kiko para
Sabbio avi
a¿Oct
beberse un refresco conmigo. Luego desaparecía como Mandrake.
El Indio siempre le avisaba cuando mi padre decidía vulnerar la fijeza del calendario,
o
siempre más juliano que gregoriano, por eso de las vacaciones veraniegas, Armand
improvisando una excursión a El Uvero. Por lo general cuando se avecinaba un ciclón. Le
gustaba ir a la costa para ver de cerca la fuerza descomunal de la naturaleza. Las olas ?
se encrespaban como nunca; entonces rompían sobre nuestra terraza, a veces dejando
continúa…
desliz Inédito
II
deslizarse Octavio Armand ¿Presentación?¿Autopresentación?
Nací en Guantánamo en 1946.
Mi familia ha vivido dos exilios.
Dos semblanzas y un autorretrato Siempre en Nueva York.
Ahora resido en Caracas, que yo
perfectamente puedo pronunciar
Kamchatka, pues siempre estoy
Alfonso el Sabio página 12 ausente. O un poco lejos.
rastros de espuma en el salón abierto. El viento era un rugido del temible dios Huracán,
corazón del cielo, que venía desde las montañas de Haití; y la lluvia, en gotas enormes,
era impulsada por ese rugido con tal fuerza que estallaba sobre la piel, como flechazo o
bala de agua. Lo sé porque, cuando mi madre otorgaba el difícil permiso, no me perdía
de estas improvisadas expediciones.
egino
Reg
Una vez el cálculo y la suerte le fallaron. El Indio no pudo avisarle a tiempo que se
acercaba un mal tiempo: un ciclón, del cual don Luis no se quería perder, batiría la costa
sur de Oriente. Hizo cuanto pudo para llegar hasta los arrecifes antes que la tormenta y
don Luis. A toda costa buscó la solución. Creyó hallarla en una bibicleta prestada. Y así
lo encontramos en el largo camino: dando resoplidos y maratónicas zancadas de pedal ons
Alfon
en una precipitosa bicicleta prestada. El Indio paró el jeep a su lado y mi padre sin
regaños le dijo sube. Atrás, casi no cabíamos. La bicicleta, el ciclista y yo, en largo o
silencio cómplice, llegamos como si nada a la casa abandonada. Esa noche ambos
hicimos el mismo comentario: ufffff. Y nos reímos bajito. el
Lilo Brauet tenía un rancho cerca del nuestro. Estaba casado con una hija de Manolo Sabbio avi
a¿Oct
Alvarez, amigo de mis abuelos y gran amigo de mi padre. Lilo era cazador y pugilista
amateur. Tenía un par de dálmatas para la cinegética y dos pares de guantes
para el boxeo. Atlético y buena gente, ya había vencido por puntos unánimes a todos
o
los obreros que pasaban por el caserío, a quienes invitaba a rounds y ron. Con Armand
su insistencia y su pareja simpatía se los ganaba para la pelea antes de ganarles
la pelea. Hasta que retó a Alfonso, de pronunciada pero pacífica musculatura. ?
continúa…
desliz Inédito
II
deslizarse Octavio Armand ¿Presentación?¿Autopresentación?
Nací en Guantánamo en 1946.
Mi familia ha vivido dos exilios.
Dos semblanzas y un autorretrato Siempre en Nueva York.
Ahora resido en Caracas, que yo
perfectamente puedo pronunciar
Kamchatka, pues siempre estoy
Alfonso el Sabio página 13 ausente. O un poco lejos.
Lo hizo muchas veces. Tantas que ya se regaba una pólvora burlona en el
ambiente, cuyas esquirlas alcanzaban al renuente y a quien un buen día decidió ser su
manager y second.
second. Ese era yo, que acababa de cumplir ocho años.
El no tengas miedo, caramba, pasó de calibre .22 a .38 a .45. La balacera verbal me
comprometía a mí también, por aquello de causa y efecto, aunque en este caso la egino
Reg
consecuencia era anterior al detonante. Por puro afecto desde el primer disparo me
había hecho blanco simultáneo del blanco en que habían convertido a Alfonso, a quien
convencí de que se expusiera a unos golpes enguantados que no le dolerían, o no mucho
más que a mí, que compartiría la probable derrota o la improbable gloria.
Mi capacidad persuasiva superó al terror. Alfonso se puso los rojísimos Everlast como ons
Alfon
pinzas de langosta luego reducida a langostino al apretar los puños y empezó a
aguantar golpes. Se protegía la cara escondida con los algodonados quelípodos y el
o
cuerpo encorvado, dobladas las rodillas, con los antebrazos cruzados sobre el pecho,
según la puntería contraria. Pero no daba un golpe. Ni uno. No se trataba de la defensa
el
estilo cangrejo del célebre Archie Moore. La cuestión no era táctica ni estratégica sino Sabbio avi
a¿Oct
todo lo contrario. Tan ghandiano como gandío, ni sabía ni quería ni le gustaba pelear.
Tampoco se atrevía a darle ni un ligero jab a Lilo Brauet, vecino de mi padre y para
colmo yerno de su gran amigo.
o
Dos cosas despertaron a un Kamakura en Mahatma y le pusieron punto final a la carrera Armand
del campeón invicto. Mi rostro, retrato de rabia, impotencia y pena, que el pobre
cangrejo moro no dejaba de ver con sus ojos saltones al medio entreabrir las pinzas; y
?
su propio rostro quitinoso, momentáneamente perdido en la abstracción como por un
estrujado brochazo de Francis Bacon al recibir un cross de derecha. continúa…
desliz Inédito
II
deslizarse Octavio Armand ¿Presentación?¿Autopresentación?
Nací en Guantánamo en 1946.
Mi familia ha vivido dos exilios.
Dos semblanzas y un autorretrato Siempre en Nueva York.
Ahora resido en Caracas, que yo
perfectamente puedo pronunciar
Kamchatka, pues siempre estoy
Alfonso el Sabio página 14 ausente. O un poco lejos.
Alfonso nunca hubiera escrito un fascista Mein kampf.
kampf. No porque no supiera escribir,
pues ya había aprendido a hacerlo en doctas lecciones impartidas por su madrina, que
era mi hermana Asela. Sencillamente no creía en la lucha, ni la suya ni la de nadie.
Tampoco albergaba odios ni resentimientos que lo llevaran a una ñángara lucha de
clases. Pero aquel golpe de Bacon agotó su paciencia franciscana y de repente descubrió
en su derecha el blitzkrieg y en su izquierda el cóctel molotov, dando una zurra egino
Reg
ambidextra tal a su contrincante que Lilo pasó de Jess Willard a mero punching bag en
cuestión de segundos.
−O.K., O.K., se oyó exclamar al rendido. Pero el eco a mis oídos llegaba en sorprendente
y grato revés: K.O., K.O. Lilo repartió ron, dos copas para el vencedor. Y un justo y ons
Alfon
deportivo abrazo. A mí ni me salpicó la bebida pero sí sentí el abrazo. Quizá porque,
orgulloso y agradecido, al salir del Madison Square Garden se lo repetí a Jack Johnson. o
¿Otras deudas? La intentona de un vicio enfáticamente es una de ellas. Alfonso fumaba
unos cigarrillos muy fuertes, marca Eva, que siempre se le entregaban en paquetes de
el
diez cajetillas junto con los víveres. En fino trazado de rayas negras sobre fondo blanco, Sabbio avi
a¿Oct
las cajetillas mostraban una mujer desnuda, con la proverbial hoja de parra cubriendo
lo esencial del mapa edénico. Alfonso se fumaba su costilla tan a gusto, que se
desdibujaba el Génesis, sugiriendo un paraíso a orillas del Zambezi y un soberbio Adán
o
africano. Al consumirse los cigarrillos destilaban en finas columnas de humo aquellas Armand
rayitas que perfilaban a la mujer desnuda, hasta que la dócil caja vacía, reducida
por el puño jíbaro del vicioso primerizo, iba a parar, mortalmente pálida, inútil, ?
continúa…
desliz Inédito
II
deslizarse Octavio Armand ¿Presentación?¿Autopresentación?
Nací en Guantánamo en 1946.
Mi familia ha vivido dos exilios.
Dos semblanzas y un autorretrato Siempre en Nueva York.
Ahora resido en Caracas, que yo
perfectamente puedo pronunciar
Kamchatka, pues siempre estoy
Alfonso el Sabio página 15 ausente. O un poco lejos.
en el saco más tiznado de la cocina, territorio exclusivo de Calita, justo encima del
carbón de leña que a golpe de fósforos ayudaría a prender, casi redonda por el tenaz
estrujón y bien visible, como una enorme uva blanca pero reseca.
Antes de presentarme en la taquilla del cine Luque pedí una cajetilla de Eva en el cafetín
cercano. Se frustró de inmediato mi empeño adánico: no tenían la marca. Accedí a unos egino
Reg
Regalías El Cuño,
Cuño, tabaco rubio y con filtro. Luego entré como un arcángel a aquel
paraíso de aire acondicionado, el único que en Guantánamo lo tenía, pensando en la hija
del dueño, Consuelito Luque, de quien estaba tan loca como vanamente enamorado,
pues amén de ser mi maestra en el Colegio Americano, me llevaba por lo menos catorce
o quince años. ons
Alfon
Entre la zona tórrida y la helada utopía mediaba una pesada cortina roja, ondulante
todavía por el reciente traspaso de mi predecesor, un amigo de clase, Felito, diestro en
o
álgebra, que ya se había estrenado en el arte de la fuma. Recuerdo aquella pesada
cortina como un Zurbarán, aunque su realidad no rebasara una acuarela de
el
algún impresionista criollo. Sabbio avi
a¿Oct
Me detuve un par de minutos en la otra orilla de la luz. Necesitaba que se acomodaran
los bastoncillos para que me ayudaran a cojear en la repentina oscuridad. También o
quería disfrutar el otro umbral, no aquel espacio mágico pero ya conocido que vía
Hollywood me lanzaba de Guantánamo al Chicago gangsteril o la Roma imperial, sino el Armand
que todavía estaba encerrado en la rubia cajetilla: el humo aún adivinado, promesa de
un paso decisivo en mi hombría, rito de pasaje que en ese preciso instante, como una
?
pesada cortina, entreabría.
continúa…
desliz Inédito
II
deslizarse Octavio Armand ¿Presentación?¿Autopresentación?
Nací en Guantánamo en 1946.
Mi familia ha vivido dos exilios.
Dos semblanzas y un autorretrato Siempre en Nueva York.
Ahora resido en Caracas, que yo
perfectamente puedo pronunciar
Kamchatka, pues siempre estoy
Alfonso el Sabio página 16 ausente. O un poco lejos.
Felito y yo dimos los vistazos suficientes para ubicar a las muchachas. La estrategia
euclidiana exigía un punto concuspicible óptimo, no para ver sino para ser vistos. Al
vernos fumar, apostábamos, aquellas muchachas sabrían que tenían que pasar de la
agarradita de manos y el tanteo de lo ángulos agudos y los consecuentes cosenos a los
besos saussurianos y los recovecos platónicos. Visible pero también risiblemente fálico,
en mi caso aquel juego duró poco. Muchachas trigueñas o rubias, ¡cómo no! ¿Pero egino
Reg
cigarrillos? Ni rubios ni castaños ni trigueños. Ni lisos ni rizados ni calvos, aunque
cantasen.
La primera y única bocanada bastó para descartar el humo. Dejé que el cigarrillo
lentamente se consumiera entre mis dedos hasta apagarse. Los restantes se los pasé a ons
Alfon
mi compañero. No volvería a probar las espirales de Vuelta Abajo sino unos veinte años
después, en un H. Upmann de primera que me obsequió Harry Marthews en Bennington, o
y que de inmediato me convirtió en recalcitrante taíno. Pero esa es otra historia. El
episodio en el cine aldeano no me prestó la intimidante talla de un Luque Luciano. Sin el
embargo, pronto pude comprobar que no la necesitaba. No se podía ser Adán sin jeva.
Pero podía serlo, y pronto lo sería, sin Evas.
Sabbio avi
a¿Oct
Desde hace muchos años, décadas, nada sé de Alfonso. Las noticias suyas nos llegaban
por El Indio, a quien mi padre le enviaba cuchillitas Gillete de doble filo cuidadosamente
o
adosadas con scotch tape a las cartas que iban cuando una venía. Siempre iban dos o Armand
tres por cada una que venía. La última vez que supimos de él mandaba a decir que
quería volver a trabajar para la familia, que quería irse a Estados Unidos, aunque fuera ?
a nado. Imaginaba, creo, que teníamos otro rancho en otro Uvero. No era así.
continúa…
desliz Inédito
II
deslizarse Octavio Armand ¿Presentación?¿Autopresentación?
Nací en Guantánamo en 1946.
Mi familia ha vivido dos exilios.
Dos semblanzas y un autorretrato Siempre en Nueva York.
Ahora resido en Caracas, que yo
perfectamente puedo pronunciar
Kamchatka, pues siempre estoy
Alfonso el Sabio página 17 ausente. O un poco lejos.
Mi padre consideró la posibilidad de apoyarlo para que saliera. Pero ese apoyo se
reduciría al sustento por unos meses. Más no podíamos hacer. Ni siquiera recomendarlo
para algún trabajo. Era una época sumamente difícil para el exilio cubano. Para Alfonso,
que no hablaba inglés y que era negro, negro congo, la perspectiva en el norte de los
años sesenta no era nada alentadora. Mi padre tuvo que hacer una carta difícil. No la leí.
Pero mil veces la he imaginado. egino
Reg
¿Estará vivo o muerto? ¿Dentro o fuera de Cuba? No lo sé. Lo quiero fuera y lo quiero
vivo. Pero lo quiero vivo o muerto, dentro o fuera. Le dedico estas páginas como un
montón de plátano maduro frito, su comida favorita, que se le preparaba para
acompañar cualquier cosa. Y también como un paquete de cigarrillos Eva,Eva, aunque ya no ons
Alfon
existan. Y como una botella de Matusalén y otra de Bacardí que lanzo al mar para que
lleguen hasta El Uvero. Aunque él no esté allí se las beberá, junto a un par de amigos y o
una esclava o una reina, recordando a su hermano que tanto le agradece y tanto lo
recuerda. Siempre. Todavía. el
Sabbio avi
a¿Oct
Caracas, 10 de octubre 2007
o
Armand
?
desliz Inédito
II
deslizarse Octavio Armand ¿Presentación?¿Autopresentación?
Nací en Guantánamo en 1946.
Mi familia ha vivido dos exilios.
Dos semblanzas y un autorretrato Siempre en Nueva York.
Ahora resido en Caracas, que yo
perfectamente puedo pronunciar
Kamchatka, pues siempre estoy
¿Octavio Armand? ausente. O un poco lejos.
Conferencias, charlas, conciertos, exposiciones, lecturas. La reiterada invitación.
Ocasionalmente se trata de verificar datos. A veces el dinero plástico me confunde con
Midas y quiere convertirse en oro de inmediato. Visa, Master Card, American Express.
Express.
Suele ser por la mañana. Una voz agradable a pesar de la comedida eficiencia, mecánica
en la entonación y de sílabas contadas. Mester de cortesía. Está acostumbrada
-conmueve que así sea- a despertar automáticamente un escueto sí o no. Sílaba egino
Reg
única, tajante, apenas escuchada y que nunca llega a cifra. Por supuesto a esa voz -
¿dónde está? ¿de dónde llama? ¿acaso está tan cerca como suena? ¿tan lejos como
desea?- le da lo mismo el sí que el no, ambos ecos distorsionados, o sombras, de su
ligerísima inflexión.
ons
Alfon
−¿Sí?
Le toma uno o dos segundos darse cuenta de que no es una respuesta sino una
o
pregunta. La pregunta le pide que repita la pregunta. Se incorpora de nuevo para
proyectar la sombra que necesita. El eco. Un afirmativo sí o un negativo no. Ni más ni
el
menos. Polaridad eléctrica para la corriente alterna que pasará de la memoria a los Sabbio avi
a¿Oct
labios hasta perder su guión en gracias o buenos días. Ni más ni menos, por favor. + o -,
punto. Un aumento casi imperceptible en el volumen le advertirá al Minotauro que lo
buscan, que de él se espera muerte súbita en decibeles de no definitivo o sí que le dará
o
a conocer el filo de la espada. En el laberinto no cabe esa vacilación. Sólo el Armand
monstruo y la víctima. Sí o no, vida o muerte, tú o yo.
?
continúa…
desliz Inédito
II
deslizarse Octavio Armand ¿Presentación?¿Autopresentación?
Nací en Guantánamo en 1946.
Mi familia ha vivido dos exilios.
Dos semblanzas y un autorretrato Siempre en Nueva York.
Ahora resido en Caracas, que yo
perfectamente puedo pronunciar
Kamchatka, pues siempre estoy
¿Octavio Armand? página 2 ausente. O un poco lejos.
¿Octavio Armand? ¿Fue eso lo que dijo la muchacha? ¿Oí bien? Me agrada la voz. De
repente no sé si mi vacilación verdaderamente refleja incertidumbre. ¿De veras no estoy
seguro que acabo de oír algo tan parecido a mi nombre que puedo ser yo mismo en un
puñado de letras? No sé en qué parte del cuerpo estoy. Me divido, me disgrego. Rabia en
el rabillo del ojo interrumpido por el oído; el libro aún abierto en la mano izquierda, el
pulgar -por si acaso- entre las páginas 126 y 127 como un marcador; la derecha, novato egino
Reg
malabarista, sosteniendo el lápiz recalcitrante y el auricular de prisa. Estoy repartido en
el cuerpo pero sobre todo en la voz ajena que me suspende sobre mí mismo. ¿No será
que quiero escucharme repetido en una caricia? Me lo pregunto mientras el nombre
vuelve a convertirse en pregunta, como si la ligerísima inflexión que lo lleva y lo trae
cuestionara mi identidad, hasta mi existencia. El diálogo de tímidas, casi evasivas
ons
Alfon
interrogantes, asoma algo tenebroso, pero desembocará -duda metódica al fin y al
cabo, ¿quién lo duda?- en convicción de carne y hueso. Un nombre es una afirmación, la
o
más rotunda y agotadora de todas. Un destino, nunca una duda. El traspié sobre la el
cuerda floja que hace apenas un nanosegundo era tierra firme disimulará la caída con
una pirueta inaudita. Sabbio avi
a¿Oct
−¿Octavio Armand? o
−A veces. Armand
?
continúa…
desliz Inédito
II
deslizarse Octavio Armand ¿Presentación?¿Autopresentación?
Nací en Guantánamo en 1946.
Mi familia ha vivido dos exilios.
Dos semblanzas y un autorretrato Siempre en Nueva York.
Ahora resido en Caracas, que yo
perfectamente puedo pronunciar
Kamchatka, pues siempre estoy
¿Octavio Armand? página 3 ausente. O un poco lejos.
La respuesta quizá le resulte desconcertante pero permanece impasible,
imperturbable, aunque la respiración, lo único que entonces se escucha, denota
ansiedad. Tras la pausa, mínima, la retahíla, el guión. Ritual protagonismo de nadie
frente a nadie.
De cada cincuenta llamadas, cinco o seis me suscitan el deseo de hacer reír, sugiriendo
una intriga tan embrionaria como provocadora a costa de mi propio linaje. Hacer reír y egino
Reg
unirme a esa risa como si agarrara la Tierra por la cintura para acompañarla en su
rotación. Música de las esferas bruncas. Son de ausencia. Casi siempre la insinuada
novela del nombre y apellido resulta literalmente inaudita. Como ahora. De cada cinco o
seis relampagueantes intentos solo uno logra que salten los electrones para burlar la
inefable ceremonia telefónica. A ¿Octavio Armand? he contestado con mil sugerentes
ons
Alfon
desvíos. Desde el no estoy a lo fui hasta ayer a las tres y media. o
Al oírme decir eso depende, eso aspiro, eso dicen o eso creo, la muchacha que logra
sentir la fragilidad de su existencia en la mía me lo agradece con una carcajada. Se zafa el
conmigo de la cadena de los tiempos. Intuye en el soy yo y lo niego un momentáneo
vuelco que la aleja de su cómoda primera persona y del teléfono que ahora aprieta
Sabbio avi
a¿Oct
contra sus labios y su oído. La desazón de sentirse ajena, extraña, y como perdida en el
laberinto de la sangre, lo descubre con júbilo, la multiplica por todos los pronombres y o
todas las circunstancias imaginables. Espejismos de la identidad. Es otra ella y está en
cualquier parte. Por un instante no ser uno es ser todos uno a uno. Infinito y novela.
Armand
?
continúa…
desliz Inédito
II
deslizarse Octavio Armand ¿Presentación?¿Autopresentación?
Nací en Guantánamo en 1946.
Mi familia ha vivido dos exilios.
Dos semblanzas y un autorretrato Siempre en Nueva York.
Ahora resido en Caracas, que yo
perfectamente puedo pronunciar
Kamchatka, pues siempre estoy
¿Octavio Armand? página 4 ausente. O un poco lejos.
¿Cuántos personajes no habré sido yo para esa muchacha que empezó a soñar una
novela? En algún párrafo he sido si no puedo evitarlo y en otro casi nunca; durante
varias páginas he sido sólo los fines de semana y de repente, al pasar una de ellas, no
estoy muy seguro o no se lo digas a nadie; si tú lo dices de buenas a primeras, en
apenas un par de líneas, pasó a ser de vez en cuando y luego no en este preciso
instante; sucesiva y hasta simultáneamente he sido si no puedo evitarlo, casi nunca, egino
Reg
lamentablemente, los lunes, miércoles y viernes de dos a cinco, casi siempre, si hay
quien lo crea, todavía, pronto lo seré, aún no, muy a pesar mío y aunque no lo creas. Por
supuesto mi invisible compañera de aventuras ha sido todos esos personajes y uno
más: ella.
ons
Alfon
Hace una semana, a los diez o quince minutos de haber colgado, llamó. Era ella otra vez.
Trama implosiva su saludo y mi respuesta. o
−¿Soy yo? el
−No. Sabbio avi
a¿Oct
Caracas, 26 de abril 2007
o
Armand
?
desliz Nació en Santiago de Guayaquil, Ecuador, en 1977. Ha
Ernesto Carrión
ejercido la docencia y la crítica literaria. Sus textos han
II aparecido en revistas y antologías latinoamericanas realizadas
deslizarse en México, Perú y España. Se halla en proceso editorial para
este año su libro La muerte de Caín, cuarteto formado por los
poemarios El Libro de la Desobediencia (2002), Carni vale
(2002) -Premio Nacional de Literatura “César Dávila
Andrade”-, Labor del Extraviado (2005) y La Bestia Vencida
D (inédito). Participó en el libro colectivo Porque nuestro es el
exilio (2006). Actualmente forma parte del consejo editorial
E del Proyecto Casa de las Iguanas, de la ciudad de Guayaquil.
. . . (La casa en el
F fin del mundo)
. . . (La máscara del
A Empalador)
PRESENTACIÓN DE LOS ESTABLOS MÁS BLANCOS
C QUE EL HOSPITAL MÁS NEGRO
(La máscara del Empalador)
T PRESENTACIÓN DE LA NIÑA
DEGOLLADA DE MIS PIERNAS
O
R (El diario de la DE
PRESENTACIÓN esposa infiel)
LOS QUE
LADRAN CUANDO BOSTEZAN
y
decapitado 3 Escultura de Tony Balseca. (La máscara del Empalador)
. . . (La casa en el fin
desliz Los fragmentos que presentamos
del mundo)
del poemario Demonia Factory
II fueron cedidos por el autor a la . . . (La máscara del
deslizarse revista. Este libro obtuvo en 2007
el VI Premio Latinoamericano de
Empalador)
PRESENTACIÓN DE LOS ESTABLOS MÁS
Poesía Ciudad de Medellín, en
Colombia, y tuvo dos apariciones BLANCOS QUE EL HOSPITAL MÁS NEGRO
editoriales este año, una en Perú, (La máscara del Empalador)
a inicios de 2008, por la editorial
D Zignos y otra en Ecuador,
PRESENTACIÓN DE LA NIÑA
en el mes de marzo, DEGOLLADA DE MIS PIERNAS
E por la casa Eskeletra.
PRESENTACIÓN
(El diario de la DE LOS QUE
esposa infiel)
M . . . (La casa en el fin LADRAN CUANDO BOSTEZAN
del mundo)
página 1
O (La máscara del Empalador)
en casa bebíamos el vino del caribe nos desrielábamos de un tirón -canal adentro- y la
N muerte nos rastreaba en los espacios mudos A sorbos nos rastreaba en las conversaciones
conmovedoras sobre la preñez de esa niña santa -que era ella misma- o sobre las familias
I arruinadas que vivían en caserones como el nuestro decapitado 3
en casa bebíamos el vino del caribe: chispa de tren que ponía en trance a los nativos para Escultura de Tony
Balseca
A que soñaran con Oggún o con la posibilidad de una Isla sin máquinas sin muebles
destartalados sin pócimas detalladas bajo permisos negros
Ernesto Carrión
F yo arropaba en dos versos de Lezama
N ahora el espectro de mi verdad acecha como un jaguar en cualquier desnudez roncando tras
un cerebro
I decapitado 3
ahora el espectro de mi verdad escapa de los armarios de los cencerros y dura a la Escultura de Tony
Balseca
A intemperie de la luz y de la sombra
ahora el espectro de mi verdad agita compulsa quiebra cada pequeña mariposa cada pequeña
escalera donde mi corazón pueda dormirse donde mi corazón pretenda clavarse Ernesto Carrión
como un mapa
F ahora el espectro de mi verdad grieta las risas audaces tumba todas las casas y pone en
trono al Señor más castigado:
A
ese niño que soñando otro destino ha probado todos los venenos de los cuerpos Ha roído
C todas las palomas en un rincón de aire Ha masticado
porque el azul sólo es azul cuando llovizna y se derrama la materia y entonces sí podemos
T vernos Como un cuadro de Munch podemos vernos Hasta los árboles entonces prefieren
incendiarse a cobijarnos
O
mi madre me había dicho: el mundo es bello Mi padre me había dicho: la tierra se trabaja el
R fruto es bello Mi hijo me había dicho: yo seré bello
Pura irrealidad
y continúa…
. . . (La casa en el fin
desliz Los fragmentos que presentamos
del mundo)
del poemario Demonia Factory
II fueron cedidos por el autor a la . . . (La máscara del
deslizarse revista. Este libro obtuvo en 2007
el VI Premio Latinoamericano de
Empalador)
PRESENTACIÓN DE LOS ESTABLOS MÁS
Poesía Ciudad de Medellín, en
Colombia, y tuvo dos apariciones BLANCOS QUE EL HOSPITAL MÁS NEGRO
editoriales este año, una en Perú, (La máscara del Empalador)
a inicios de 2008, por la editorial
D Zignos y otra en Ecuador,
PRESENTACIÓN DE LA NIÑA
en el mes de marzo, DEGOLLADA DE MIS PIERNAS
E por la casa Eskeletra.
PRESENTACIÓN
(El diario de la DE LOS QUE
esposa infiel)
M . . . (La máscara del LADRAN CUANDO BOSTEZAN
Empalador)
página 3
O (La máscara del Empalador)
pero hay que levantar la careta ponerse una cabeza por debajo colgarse un cuello Salir a
N sacudir la longitud del cuerpo por todas las esquinas de este mundo Leer bien los letreros
Abrir bien las carteras los corazones Pegarse un Sí sobre la frente como un Jesús de ceniza
I Desvelado decapitado 3
evitar la caída o explicarla: Escultura de Tony
Balseca
A
a) yo soy un hombre que no es un hombre
buscando la verdad en sus cajones de Ernesto Carrión
F infancia En los primeros dibujos de
horizontes En sus primeros juegos de
A baseball con los niños que cuidaban una
C araña en la mano como si fuese un sol
T
b) yo soy un hombre que no es un hombre
O suelto bajo las prendas como un cuchillo
R Dispuesto a herir a los otros que se que
mienten Dispuesto a asesinar para
y continúa…
. . . (La casa en el fin
desliz Los fragmentos que presentamos
del mundo)
del poemario Demonia Factory
II fueron cedidos por el autor a la . . . (La máscara del
deslizarse revista. Este libro obtuvo en 2007
el VI Premio Latinoamericano de
Empalador)
PRESENTACIÓN DE LOS ESTABLOS MÁS
Poesía Ciudad de Medellín, en
Colombia, y tuvo dos apariciones BLANCOS QUE EL HOSPITAL MÁS NEGRO
editoriales este año, una en Perú, (La máscara del Empalador)
a inicios de 2008, por la editorial
D Zignos y otra en Ecuador,
PRESENTACIÓN DE LA NIÑA
en el mes de marzo, DEGOLLADA DE MIS PIERNAS
E por la casa Eskeletra.
PRESENTACIÓN
(El diario de la DE LOS QUE
esposa infiel)
M . . . (La máscara del LADRAN CUANDO BOSTEZAN
Empalador)
página 4
O (La máscara del Empalador)
tranquilizar el ritmo tan limpio tan
N inhumano de nuestras cenizas
N regreso a la escritura A ese útero empeñado en disminuirse Regreso a casa pero a esta casa
donde mi padre soy yo y mi madre yo Y nos parece insuficiente el presentimiento Regreso
I como una vaca enferma a los establos más blancos que el hospital más negro Regreso y no decapitado 3
soy yo el que vuelve Al mismo tiempo que nunca he sido yo el que se marcha Escultura de Tony
Balseca
A
Ernesto Carrión
F
A
C
T
O
R
y
. . . (La casa en el fin
desliz Los fragmentos que presentamos
del mundo)
del poemario Demonia Factory
II fueron cedidos por el autor a la . . . (La máscara del
deslizarse revista. Este libro obtuvo en 2007
el VI Premio Latinoamericano de
Empalador)
PRESENTACIÓN DE LOS ESTABLOS MÁS
Poesía Ciudad de Medellín, en
Colombia, y tuvo dos apariciones BLANCOS QUE EL HOSPITAL MÁS NEGRO
editoriales este año, una en Perú, (La máscara del Empalador)
a inicios de 2008, por la editorial
D Zignos y otra en Ecuador,
PRESENTACIÓN DE LA NIÑA
en el mes de marzo, DEGOLLADA DE MIS PIERNAS
PRESENTACIÓN DE LOS
E ESTABLOS MÁS BLANCOS
por la casa Eskeletra.
PRESENTACIÓN
(El diario de la DE LOS QUE
esposa infiel)
M QUE EL HOSPITAL MÁS LADRAN CUANDO BOSTEZAN
NEGRO
página 1
O (La máscara del (La máscara del Empalador)
todo un pueblo dispuesto a quemar a su gobierno en la mitad de la plaza de armas para luego
Empalador)
N ir a tomar el sol en la playa donde los monos han caído Han caído -te repites- y aquel sueño
arruinado puede significar la muerte
I decapitado 3
Escultura de Tony
A presientes que la lepra es la escritura Presientes que la lepra es la hembra PresientesBalseca
que la
lepra eres tú Lo único cierto es que no sabes por donde comenzar la sanación Todo se vuelve
blanco Incluso esa región por donde sangrabas Ernesto Carrión
F piedra lo que filtra tu escritura Nada avanza Sueñas que te mueves que recorres por momentos
las tierras de Tutankamon Las jaulas de Robespierre Sigues tratando de abandonar este
A mundo desde adentro
C
pobre hambre de hombre: no hay tierra firme Sólo te salva arder en los establos esperando
T que algo de agua brote de tu mano Que casi siempre termina congelada –en la mitad de la
hoja- apuntado al aire
O
R en nuestra enfermería aprendimos a desaparecer a los vivos y a conservar animados a los
muertos Pero dejamos quietos los escombros donde florece el mundo Que la sangre de María
y –la madre de todos los monos- arranque esta vez la última de nuestras palabras…
continúa…
. . . (La casa en el fin
desliz Los fragmentos que presentamos
del mundo)
del poemario Demonia Factory
II fueron cedidos por el autor a la . . . (La máscara del
deslizarse revista. Este libro obtuvo en 2007
el VI Premio Latinoamericano de
Empalador)
PRESENTACIÓN DE LOS ESTABLOS MÁS
Poesía Ciudad de Medellín, en
Colombia, y tuvo dos apariciones BLANCOS QUE EL HOSPITAL MÁS NEGRO
editoriales este año, una en Perú, (La máscara del Empalador)
a inicios de 2008, por la editorial
D Zignos y otra en Ecuador,
PRESENTACIÓN DE LA NIÑA
en el mes de marzo, DEGOLLADA DE MIS PIERNAS
PRESENTACIÓN DE LOS
E ESTABLOS MÁS BLANCOS
por la casa Eskeletra.
PRESENTACIÓN
(El diario de la DE LOS QUE
esposa infiel)
M QUE EL HOSPITAL MÁS LADRAN CUANDO BOSTEZAN
NEGRO
página 2
O (La máscara del (La máscara del Empalador)
Empalador)
N soñabas con arribar a la devoración del impulso sobre la bandeja del poema Atrapar
Atrapar el halcón
de la realidad soltando la palabra El halcón que sigue eludiendo los tragaluces Sus arabescos
I decapitado 3
las villas que construyen los hombres –arenales futuros- cobran hoy la forma de espirales que Escultura de Tony
A siguen rodeando en paz el atolladero Y continúan el Ejemplo y la Advertencia: esaBalseca
hormiga
palpitante bajo una lupa capaz Lo que nos gusta de aquí es el odio de los pequeños cuando
descubren que su rostro es otro trapo La desconfianza de las ancianas que muerden la cebolla Ernesto Carrión
con cuatro dientes para alejarnos de sus hijas La calma de los animales que esperan el
aguacero para ventilar su orfandad El fulgor de la costra empezando lentamente sobre el
F cuerpo enemigo La hilacha de la escritura colgando de la boca Buscando el tacto
A
C
T
O
R
y
. . . (La casa en el fin
desliz Los fragmentos que presentamos
del mundo)
del poemario Demonia Factory
II fueron cedidos por el autor a la . . . (La máscara del
deslizarse revista. Este libro obtuvo en 2007
el VI Premio Latinoamericano de
Empalador)
PRESENTACIÓN DE LOS ESTABLOS MÁS
Poesía Ciudad de Medellín, en
Colombia, y tuvo dos apariciones BLANCOS QUE EL HOSPITAL MÁS NEGRO
editoriales este año, una en Perú, (La máscara del Empalador)
a inicios de 2008, por la editorial
D Zignos y otra en Ecuador,
PRESENTACIÓN DE LA NIÑA
en el mes de marzo, DEGOLLADA DE MIS PIERNAS
PRESENTACIÓN DE LA NIÑA por la casa Eskeletra.
E DEGOLLADA DE MIS PRESENTACIÓN
(El diario de la DE LOS QUE
esposa infiel)
M PIERNAS LADRAN CUANDO BOSTEZAN
(Elpágina
diario1 de la esposa
O infiel) (La máscara del Empalador)
N la tristeza enorme de los almacenes donde los murciélagos se rascan furiosos la integridad de
los días El mármol ardiendo en el horizonte caribeño como una sábana envolviendo la cabeza
I incinerada de las multitudes Veo una flor de pronto entre las tablas de un río En cada uno de decapitado 3
sus pétalos hay un fantasma que aguarda por nosotras Hacia adentro –lo sé muy bien: es Escultura de Tony
Balseca
A como he vivido- alguien sigue escribiendo su epitafio bajo una luna derrumbándose
pupilas rebosantes de números y vino Alguien bebe el ácido del hombre a cuatro manos y
en las
agradece a los crepúsculos por el lomo del toro Hacia fuera -lo sé muy bien: es como he Ernesto Carrión
vivido- los sobacos siguen creciendo en dirección a la casa donde empezamos a creer en el
destino Donde aprendimos a gritar cuando no pudimos limpiando las albahacas de nuestras
F venas Desventuradas entonces Encaramadas sobre los frutos careados Juramos que
encontraríamos uno de estos días el motivo profundo de ser hembras Que abriríamos las
A piernas únicamente para que el barro endureciera nuestra carne
C
T
O
R
y
. . . (La casa en el fin
desliz Los fragmentos que presentamos
del mundo)
del poemario Demonia Factory
II fueron cedidos por el autor a la . . . (La máscara del
deslizarse revista. Este libro obtuvo en 2007
el VI Premio Latinoamericano de
Empalador)
PRESENTACIÓN DE LOS ESTABLOS MÁS
Poesía Ciudad de Medellín, en
Colombia, y tuvo dos apariciones BLANCOS QUE EL HOSPITAL MÁS NEGRO
editoriales este año, una en Perú, (La máscara del Empalador)
a inicios de 2008, por la editorial
D Zignos y otra en Ecuador,
PRESENTACIÓN DE LA NIÑA
en el mes de marzo, DEGOLLADA DE MIS PIERNAS
PRESENTACIÓN DE LOS QUEpor la casa Eskeletra.
E LADRAN CUANDO PRESENTACIÓN
(El diario de la DE LOS QUE
esposa infiel)
M BOSTEZAN LADRAN CUANDO BOSTEZAN
página 1
O (La máscara del (La máscara del Empalador)
Empalador)
N
una manada de hombres -que viven enamorados de sí mismos que se tienden debajo-
I atraviesa la tormenta de la historia preñada de soledad Una manada miserable que cae por las decapitado 3
colinas sin posibilidad de freno Una manada hambrienta de fábulas que no caben en la herida Escultura de Tony
Balseca
A por donde respira el Sacrificio
Ernesto Carrión
una manada aullando junto a los muelles la pérdida de un amor que se volvió fatiga La pérdida
F de un letrero que hacía humo contra la luz de los arrecifes Un desvanecimiento incomprensible
que cruza sus rastrillados rostros como una arenga del mal Un caballo incompleto que acaba
A de salir del túnel de los retratos
C
T una manada limpiándose el amor cuando fornica manchándose de amor cuando reposa Fuerza
músculo y talento echados a perder por conocer un centro donde la violencia dicta los
O discursos sobre los años Una obliteración que no conoce más que el placer de la demanda y
comulga merodeando como un muerto (Nadie pregunta por la fiebre desperdiciada)
R
y
continúa…
. . . (La casa en el fin
desliz Los fragmentos que presentamos
del mundo)
del poemario Demonia Factory
II fueron cedidos por el autor a la . . . (La máscara del
deslizarse revista. Este libro obtuvo en 2007
el VI Premio Latinoamericano de
Empalador)
PRESENTACIÓN DE LOS ESTABLOS MÁS
Poesía Ciudad de Medellín, en
Colombia, y tuvo dos apariciones BLANCOS QUE EL HOSPITAL MÁS NEGRO
editoriales este año, una en Perú, (La máscara del Empalador)
a inicios de 2008, por la editorial
D Zignos y otra en Ecuador,
PRESENTACIÓN DE LA NIÑA
en el mes de marzo, DEGOLLADA DE MIS PIERNAS
PRESENTACIÓN DE LOS QUEpor la casa Eskeletra.
E LADRAN CUANDO PRESENTACIÓN
(El diario de la DE LOS QUE
esposa infiel)
M BOSTEZAN LADRAN CUANDO BOSTEZAN
página 2
O (La máscara del (La máscara del Empalador)
Empalador)
N
una manada cayendo de pie –ahora mismo- para resolver la noche Soñando con el fuego de
I otras praderas Escondiéndose y revelándose como una escritura que participa de su propia decapitado 3
piedra Que mira lo que no puede ser Que cuida lo que es Que dicta lo que será: Escultura de Tony
Balseca
A VENIMOS A TEMBLAR EN TODAS LAS CAMAS DEL MUNDO
Ernesto Carrión
AGUARDAMOS SIN HOSTILIDAD JUNTO AL CUCHILLO ASIGNADO A SU
MÁXIMA BLANCURA
F
(LA PÁGINA COMO EL PASADO COMO LA DESPOSESIÓN SON LA ÚNICA
A PRUEBA DE NUESTRA EXISTENCIA)
C SIN EMBARGO SU CÍRCULO ESTÁ FORMADO POR LA EXCLUSIÓN DE SU
CÍRCULO
T
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deslizarse Rosana
Artista visual
Fernández
Nace en 1979, en Córdoba,
Argentina.
Organigram
as
Imágenes en
diapositivas
Subnivel
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información de contacto:
rosanafernandez_7@hotmail.com
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Rosana Fernández
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Juan
Zur
Nació el 19 de febrero de 1959. Córdoba,
Argentina.
Intérprete de música popular.
Estudió Guitarra, Improvisación, Armonía,
Ixtaxi Historia del Arte del Siglo XX e Historia de
guatl la Cultura.
Globol Estudió técnicas y materiales
electroacústicos con Gonzalo Bifarella.
alia I Es investigador y compositor de música
2º Electroacústica e Intuitiva.
Profecí Autodidacta en organología y constructor
3º
a de instrumentos musicales.
Profecí Los últimos años se ha dedicado al
estudio, difusión e interpretación en
a distintos ámbitos, de la música intuitiva a
Músic
partir de la metodología de Carl
Bergström-Nielsen, basada en las ideas de
Stockhausen; así como a la elaboración de
electroacústi instrumentos musicales informales.
a
ca
Inédito
deslizarse Juan
Ixtaxiguatl
Zur
Estudio
compuesto con el nombre del volcán como material
sonoro.
deslizarse Juan
Globolalia I
Zur
Primer "movimiento" basado en una antigua
caccia (cacería, forma embrionaria del canon) del siglo
XV. Es la parte primera de una parábola sobre la
globalización.
deslizarse Juan
2º Profecía
Zur
(Fragmento) Empecé a
componer las piezas que conforman la serie
"Profecía" como homenaje íntimo a Karlheiz
Stockhausen, padre de la música intuitiva, a quien
miles de músicos agradecemos su vasto legado.
Ixtaxi Haga clic aquí para escuchar la
guatl música
Globol
alia I
3º
Profecí
a
Músic
electroacúst
a
Inédito
deslizarse Juan
3º Profecía
Zur
El 80 cumpleaños de Stockhausen
hubiera acontecido en agosto de 2008. La noticia de
su muerte se dio a conocer en diciembre de 2007
cuando acababa de terminar ésta música que se
convirtió en un indeseado Réquiem.
personajes
Moribundo 1
Moribundo 2
Moribundo 3
Moribundo 4
Margarita
Ayudante
Maestro de ceremonia y artistas del circo
información de contacto:
aarango@cubarte.cult.cu
Telf. (053)7656165
priscyare@gmail.com
desliz
II Alejandro Arango Milián
deslizarse 1983, La Habana. Licenciado
en Dramaturgia.
Aficiones: cine, teatro,
narrativa, con música de
continúa…
desliz
II Alejandro Arango Milián
deslizarse 1983, La Habana. Licenciado
en Dramaturgia.
Aficiones: cine, teatro,
narrativa, con música de
continúa…
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II Alejandro Arango Milián
deslizarse 1983, La Habana. Licenciado
en Dramaturgia.
Aficiones: cine, teatro,
narrativa, con música de
continúa…
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II Alejandro Arango Milián
deslizarse 1983, La Habana. Licenciado
en Dramaturgia.
Aficiones: cine, teatro,
narrativa, con música de
continúa…
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II Alejandro Arango Milián
deslizarse 1983, La Habana. Licenciado
en Dramaturgia.
Aficiones: cine, teatro,
narrativa, con música de
continúa…
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II Alejandro Arango Milián
deslizarse 1983, La Habana. Licenciado
en Dramaturgia.
Aficiones: cine, teatro,
narrativa, con música de
continúa…
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II Alejandro Arango Milián
deslizarse 1983, La Habana. Licenciado
en Dramaturgia.
Aficiones: cine, teatro,
narrativa, con música de
continúa…
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II Alejandro Arango Milián
deslizarse 1983, La Habana. Licenciado
en Dramaturgia.
Aficiones: cine, teatro,
narrativa, con música de
continúa…
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II Alejandro Arango Milián
deslizarse 1983, La Habana. Licenciado
en Dramaturgia.
Aficiones: cine, teatro,
narrativa, con música de
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II Alejandro Arango Milián
deslizarse 1983, La Habana. Licenciado
en Dramaturgia.
Aficiones: cine, teatro,
narrativa, con música de
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II Alejandro Arango Milián
deslizarse 1983, La Habana. Licenciado
en Dramaturgia.
Aficiones: cine, teatro,
narrativa, con música de
continúa…
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II Alejandro Arango Milián
deslizarse 1983, La Habana. Licenciado
en Dramaturgia.
Aficiones: cine, teatro,
narrativa, con música de
continúa…
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II Alejandro Arango Milián
deslizarse 1983, La Habana. Licenciado
en Dramaturgia.
Aficiones: cine, teatro,
narrativa, con música de
continúa…
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II Alejandro Arango Milián
deslizarse 1983, La Habana. Licenciado
en Dramaturgia.
Aficiones: cine, teatro,
narrativa, con música de
As a hub in the ever expanding field of digital culture, we invite you to join
us in
looking back at some of the projects we have produced over the years:
In 1996, Year Zero One began as one of the first Canadian online art
collectives. Our
four members include Michelle Kasprzak, David Jhave Johnston and
founders
Michael Alstad and Camille Turner.
Initiated into the virtual world by our attraction to the web as a space of
intervention outside the gallery structure, our first projects produced,
disseminated
and critiqued net.art. Later we extended our digital interventions into
corporately
controlled spaces like video billboards and advertising screens in taxi cabs.
Corporate and public partnerships gave us access to spaces like Toronto's
Pearson
International Airport terminal where we enabled invited artists to
incorporate live
data streams into their screen based projects.
Playing an important role in the development of new emerging practices
within
new media, we partner with organizations such as Subtle Technologies, an
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Vagus
Launched: February 2008
Online-exhibit of interactive-video-art produced and hosted by Year01
Featuring new commissioned works:
'Clearance' by Judi Alston & Andy Campbell (dreamingmethods.com): a
post-apocalpytic journey.
'The Secret and The Wolf' by Myron Campbell (notsosimpleton.com): a
pictorial
fable of metamorphosis.
'Worldstate' by Gregory Chatonsky (incident.net): a cinematic investigation
into
stillness and portraiture.
Curated by : David Jhave Johnston of glia.ca
http://www.year01.com/vagus/
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PixelGrain
Launched: November 2007
A project initiated by artists Michael Alstad + Leah Lazariuk.
In-site (montréal)
2006
In-Site Montréal is a collection of site-specific art presented on the portal
pages of
five wireless internet hotspots in downtown Montreal. Artists Nicolas
Fleming,
Maria Legault, and Virginie Laganière created art works that resonate with
the
local environment, but that were viewed on the personal computing
devices of
the users of the free local network. Presenting the artist's works in this way
augmented the experience of public and semi-public places for
Montrealers,
offering playful and creative observations on characteristics of the site
where the
hotspot resides.
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TRANSMEDIA :29:59
Launched: August 1st, 2005
Transmedia :29:59 is the third video billboard intervention project produced
byYear Zero One. Transmedia :29 :59 was a year long exhibition on the
pedestrian
level video billboard at Yonge-Dundas Square in downtown Toronto. Launched
August 1st 2005, the project featured one minute video works 24 hours a day, 7
days a week, every half hour on the 29th and 59th minutes.
Participating artists include: Collin Zipp, John Greyson, Nelly-Eve Rajotte,
Nicolas
Fleming, Brenda Goldstein, Christopher Meerdo, Honeybyte, Luke Painter, Maris
Mezulis, Peter Eudenbach, Kate Armstrong, Myfanwy Ashmore, Ed Pien, Shaan
Syed, Donna Szoke, Gwen MacGregor, David Crawford, Cheryl Sourkes,
Bluescreen,
Risa Horowitz, Luke Lamborn, Pascual Sisto, Manu Luksch, Jillian Mcdonald.
Curated by Michael Alstad and Michelle Kasprzak.
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Code
Launched: July 1st, 2005
Code is an exhibit of online art based or reliant upon programming where the
artist is actively working with concepts of open source or willing to give away
their source. The exhibit provides an accessible glimpse into a few
contemporary
ways of approaching code as art, and contributes to evolved approaches to
hybrid
methodologies which utilize mixtures of conceptual art and open-source
philosophy while occasionally leveraging the strengths of proprietary
foundations.
http://www.year01.com/code/
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Teletaxi (Montreal)
March 21 st – June 21 st, 2005
http://www.year01.com/teletaxi/
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Geostash
October 29-31, 2004
Geostash is a public art project that used the city of Toronto as its inspiration
utilised Global Positioning Technology (GPS) and the web as a m
to achieve its creative goals. Geostash took its cues from the
practice of 'Geocaching' - a sort of high-tech treasure hunt
that was originally conceived in 2000, and has spread worldwide through web
promoting this activity. For Geostash, each artist hid a 'sta
somewhere in the city and posted the GPS co-ordinates of wher
tash is hidden on the Geostash website. The stashes containe
various things: a set of instructions requesting an in-situ performance,
objects, materials and a manual to create temporary public art, recipes, et cet
Each participating artist was also randomly assigned another artists' stash to
using a GPS receiver.Once found, the artists transfor
the contents of the stash into an ephemeral work of art. The
process was heavily documented and blogged live by the
curators, Michelle Kasprzak and Michael Alstad. The participating artists were
desliz Inédito
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Teletaxi (Toronto)
October 10 – 31, 2003
The taxi is outfitted with a computer and touch screen that displays location
specific media art triggered by an onboard GPS (Global Positioning System)
receiver.
http://www.year01.com/teletaxi_toronto/
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In Mario Battle No. 1. Ashmore altered this NES ROM by removing all the
enemies,
prizes, architecture within the game. Now as a game player, all you can do is go
for
a walk. Eventually you run out of time and die.
http://www.year01.com/mario/
desliz Inédito
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Signal
May 22 – June 7, 2003
With its geographic immensity, relative remoteness, advanced
telecommunications and artist-run centre infrastructure, Canada has
always been at the forefront of the nternational tele-art movement. As early as
the 1970's artists were using telephones, fax machines, radio,
television, computers, and satellites to explore and question our ambiguous
relationship with machines and communication networks.
signal is an exhibition co-presented by Year Zero One and InterAccess
Electronic Media Arts Centre for Subtle Technologies, a festival that
blurs the boundaries between arts and science. It consisted of two
projects that electronically record and transmit behaviours and natural
processes over networks in order to explore notions of time, space,
representation, and transmutation. Artists: Steve Heimbecker, Bill Vorn
& Simony Penny. Curated by Michael Alstad and Camille Turner.
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Transmedia 2002
May 11 – 25, 2002
Transmedia 2002 is the second video billboard intervention project produced by
Year Zero One.
http://www.year01.com/transmedia2002/
desliz Inédito
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Substance
May 11 – 25, 2002
InterAccess Electronic Media Arts Centre in partnership withSubtle Technologies
and Year Zero One present Substance, an exhibition of interactive installations.
The exhibit which delves into themes of Magic and technology, art and science,
philosophy and cognition, focuses on two works that stimulate participation
and response in the fluid, dreamy interface between virtual and
physical worlds.
The Mnemonic Body by Alan Dunning and Paul Woodrow is a collaborative,
immersive, virtual and augmented reality work that examines the idea of the
world as a construct sustained through the neurological processes contained
within the brain. Mimetic Starfishp by Richard Brown is a virtual Starfish that
interacts with participants as if it was aware of their presence.
http://www.interaccess.org/ia/pro/substance.html
desliz Inédito
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http://www.year01.com/helpless/index.html
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Pixel Plunder
9. 21. 2001
Pixel Plunder(c) is seven web specific projects which range from a 'sanctioned‘
appropriation of the Tate Modern's website by Harwood from the Mongrel
Collective; 0100101110101101.ORG 'Life Sharing' which allows the viewer
complete entry into the artist's computer and system folder;
Duchampian 'Digital Readymades' harvested through net search engines by
MTAA Collective; Joanna Briggs' 'Haikoo' which parallels and challenges the
structure of web-based information by borrowing from and mimicking the
popular search engine Yahoo; Negativland's 'Pastor Dick's Mailbox' a long time
associate who has been spreading the gospel of Jesus Christ since 1981; Trip
Dixon's 'Cling Wrap & Gag ' -an organic remodelling of the interface meshed
with a playable re-creation device, to 'I Love Mouchette'...an obsessive love site
found on the web which features 'borrowed' files from mouchette.org mixed
with furtive snapshots of the famous reclusive 13 year old net art star
Mouchette discovered on the streets of Toronto.
Michael Alstad/Michelle Kasprzak curators(c)
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_badpacket_ webcast
2001
_badpacket_ webcast was a live stream from Toronto, Canada to the Webcast
Lounge in Frankfurt, Germany.
http://www.year01.com/stream/
desliz Inédito
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Nomad Lingo
Apri 1st, 2000 – April 1 st, 2001
NomadLingo :: an experimental poetic playground devoted to exploring
mobile-text artwork. Digital poetry, video morsels, animated letters, and
migrating
meanings.
NomadLingo was a year long project created and updated monthly by David
'Jhave' Johnston.
It is the digital equivalent of a poetry book devoted to exploring a fusion of
poetry, sound and image in a malleable algorithmic architecture. It is also the
documentation of Jhave's process of learning a graphic tool.
http://www.year01.com/nomadlingo/door.html
desliz Inédito
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Transmedia 2000
2000
Transmedia 2000 was the first in Year Zero One's series of video billboard
intervention projects. Fifteen-second video works produced by twelve new
media
artists were presented on a video billboard at Yonge and Eglinton in downtown
Toronto over a three week period.
In a détournement of the representational space of the video billboard, these
artists interject their visions between advertisements. Occupying a space that
is,
by its nature, interstitial, lends the pieces a poignant fragility.
Participating artists include: Michael Alstad, David Jhave Johnston, Camille
Turner,
Michelle Kasprzak, Louise McKissick, Maya Khlobystina, Libby Hague, Szabolcs
KissPal, Lui Wei, Lucinda Schreiber, Rod Prouse, Kostya Mitenev, Willy Le Maitre
&
desliz Inédito
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Net_condition>>>references
September 26 – October 15, 2000
http://www.year01.com/gallery/referencias.html
desliz Inédito
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Nobody's Sorry
1999
Tanya Read's 'Mr. Nobody' has appeared in several super-8 animated films,
became
a human sized sculpture rotating in a gallery window and now makes his debut
on the web.
http://www.year01.com/gallery/nobody.htm
desliz Inédito
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http://www.year01.com/REM/index.html
Usted llegó al final de la
primera parte de
desliz II
Menú
Principal
desliz
revist
revist
Revista
epílog
desliz
archivo o
desliz
II
digital La
Foto Lilia Collar
artístico-
literario II Habana
Acerca de
desliz
Revista desliz II Agradecimientos especiales
A Nailé Piñeiro, por su ayuda
en la comunicación y el trabajo
con autores
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Habana. Cuba. C.P.:10700 Este sitio tiene como propósito la creación de
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literatura contemporáneos. En él se
publicarán una vez al mes dos propuestas o
deslices provenientes de diferentes partes
Escríbanos del mundo, y cada autor conservará una
a: proyectodesliz@gmail.com página individual dentro del sitio, que será
actualizada con noticias sobre su quehacer
artístico y/o literario.
Severo Sarduy. Cortesía de El
desliz Ciervo Encantado.
archivo digital artístico literario II
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realización:
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abel
Mónica
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