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CATEQUESIS

NIVEL: AVANZAMOS SIENDO DÓCILES AL ESPÍRITU SANTO


Bloque 2: DEJAR AL HOMBRE CARNAL

Tema 8:
DESPOJARSE
DEL
HOMBRE
VIEJO
Objetivo: Descubrir las actitudes del hombre
viejo que tenemos a causa del pecado y de
la redención que Cristo nos ha dado que nos
lleva a vivir como hombres nuevos.
Fruto: Que, siendo dóciles al Espíritu Santo,
nos revistamos del hombre nuevo viviendo
en obediencia a Dios a ejemplo de Jesús.
Cita Bíblica a Memorizar: Efesios 4, 22
• ¿Quién es el hombre viejo del que habla la cita bíblica?
¿Tiene que ver con la edad?
• ¿Qué malas actitudes hemos dejado desde cuando
hicimos el retiro a la fecha?
• ¿Hemos retomado algunas o hemos adquirido nuevas?
¿Será que nuestros esfuerzos no han sido suficientes o
nunca nos decidimos a cambiar?
El hombre viejo es aquella versión de nosotros mismos que:
• Rehúye a Cristo, se asusta con el llamado al servicio y se resigna a la
mediocridad.
• Es ese hombre débil, pero autosuficiente que todos llevamos dentro,
pesimista y derrotista.
• Para el hombre viejo las dificultades son siempre demasiado graves, las
tentaciones demasiado fuertes, los sacrificios demasiado grandes y el
mundo demasiado tentador.
• Su problema, sin embargo, no consiste en ser malo o incrédulo, sino en
tener temor a entregar a Jesús la vida sabiendo lo que eso puedo
implicar.
¿TE IDENTIFICAS?
Leamos Ef 4, 22-24 y Col 3, 9-10 REVESTIRSE DEL HOMBRE NUEVO
† Es identificarse con Cristo, teniendo
DESPOJARSE DEL HOMBRE VIEJO
sus mismos sentimientos, conducta,
- Es salir del pecado a la gracia,
pensamientos y obras. Un rasgo
de lo malo a lo bueno, pero
esencial sería la obediencia, la
también de lo bueno a lo mejor,
búsqueda constante de obedecer y
buscando eliminar de raíz
cumplir la voluntad de Dios a ejemplo
situaciones de pecado.
de Jesús que lleva esa obediencia hasta
- Implica un cambio radical, sin
la muerte en la cruz.
medias tintas, sin volver la vista
† Debe notarse en actitudes y acciones
ni la marcha atrás. No es fácil,
nuevas. Formas nuevas en el pensar,
pero eso pide Jesús.
juzgar, reaccionar, de tal manera que el
- Es un proceso progresivo y
caminar sea en el Espíritu.
gradual que requerirá lucha,
† Debe notarse en la coherencia de
oración, esfuerzo; pero se
nuestras vidas, ya que el cambio
realizará, ante todo, por la acción
interior será obvio y traspasará a
de la gracia de Dios en nosotros.
nuestra vida diaria y trato con los
demás.
“Homilía del Papa Francisco del 29 de marzo de 2014:
Comentemos sobre “Revestirnos del hombre nuevo”: Esta vida nueva permite
mirar la realidad con ojos distintos, sin dejarse distraer por las cosas que no
cuentan y que no pueden durar mucho, por las cosas que se acaban con el
tiempo. Por eso estamos llamados a abandonar los comportamientos del pecado
y fijar la mirada en lo esencial… He aquí la diferencia entre la vida deformada por
el pecado [hombre viejo] y la vida iluminada de la gracia [hombre nuevo]. Del
corazón del hombre renovado según Dios proceden los comportamientos
buenos: hablar siempre con verdad y evitar toda mentira; no robar, sino más bien
compartir lo que se posee con los demás, especialmente con quien pasa
necesidad; no ceder a la ira, al rencor y a la venganza, sino ser dóciles,
magnánimos y dispuestos al perdón; no caer en la murmuración que arruina la
buena fama de las personas, sino mirar en mayor medida el lado positivo de cada
uno. Se trata de revestirnos del hombre nuevo, con estas actitudes nuevas.
Homilía del Papa Francisco de la misa del 5 de diciembre de 2016
’Valentía’ es la palabra de Dios: Valentía, déjense re-crear. No sólo dejarse sanar, sino
dejarse re-crear: re-crear y tú serás un hombre nuevo, una mujer nueva.
Les cuento una historia: un gran santo, estudioso de la Biblia, tenía un carácter
demasiado fuerte, momentos de ira. Pero él pedía perdón al Señor, siempre, haciendo
mucha penitencia y ofrecía al Señor muchas renuncias y promesas. Ese santo,
hablando con el Señor decía: “¿Estás contento Señor?” — “¡No!” — “¡Pero te he dado
todo!” — “No, falta algo”. Entonces el pobre hombre hacía otra penitencia, otro
oración, otra vigilia: “Te he dado esto, Señor, ¿está bien?” — “No, falta algo” — “Pero,
¿qué falta Señor?” — “¡Faltan tus pecados, dame tus pecados!”».
Precisamente esto es lo que hoy el Señor nos pide: “Valentía, dame tus pecados y yo
te haré un hombre nuevo y una mujer nueva”.
Que el Señor nos dé fe para creer en todo esto.
La vida nueva que Jesús trae a los hombres es más que una
doctrina moral, es una renovación interior en la que debemos
despojarnos de todo aquello que sea obstáculo para
acercarnos más a Dios y al prójimo.
Retomemos los comentarios personales que hicimos a las
preguntas de la evocación de la vivencia y entre hermanos de
comunidad, con ayuda del Espíritu Santo, busquemos el
camino para superarlos apoyándonos mutuamente.
Terminemos orando utilizando los textos de Josué 1, 9 y Mt
28, 20b.

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