religiosa La división del mundo y la realización del nuevo
en orden de éste luego de la llegada de Colón, América? estableció que los europeos llegados a América debían evangelizar a los indios. La figura de la encomienda, en este sentido, se vuelve vital ya que el encomendero es quien debe vigilar que sus “encomendados” sigan la fe cristiana, vayan a misa y conozcan las verdades de la Biblia. A la época, tenemos una división entre el clero secular y el regular. Ambos se lanzan al continente a evangelizar teniendo, como influencia, la imagen de la Iglesia primitiva y el proceso de evangelización de Europa realizado por los padres de la Iglesia. Frente al trabajo de estos evangelizadores: ¿podemos hablar de una total conquista religiosa o espiritual de América? Transformación y Negociación En mayor medida, lo que se da en América es un proceso de transformación y negociación por parte de las distintas religiones que interactuaron en la época. Esto quiere decir que incluso el cristianismo cambió por efecto de las religiones indígenas americanas. Por parte de las últimas, sabemos que éstas poseían una flexibilidad dada por las influencias de distintas sociedades colonizadoras dentro de América. Esto le permitió observar el cristianismo desde una perspectiva más inclusiva que defensiva, siempre tomándola en cuenta dentro de su paradigma religioso. Obviamente, los sacerdotes cristianos observaron que existían muchos paralelos entre el culto y las figuras de las respectivas creencias con las cristianas. Esto creo una preocupación dentro del clero para saber hasta qué punto los indígenas estaban siendo “realmente” convertidos. Sacramentos El bautismo, la confesión y la Eucaristía jugaron un papel fundamental dentro del proceso de “evangelización”. El hecho de estar bautizados y llevar nombres cristianos dio a las elites indígenas reconocidas dentro de las Repúblicas de Indios, un cierto status dentro del nuevo paradigma social. También permitió que la estructura del compadrazgo funcionara como una manera de armar relaciones sociales. El sacramento del bautismo, sin embargo, produjo una división entre las órdenes regulares entre un bautismo que tomaba elementos de la iglesia primitiva y otro que establecía elementos más formales dentro de la instrucción. Sin embargo, la iglesia católica debía establecerse siempre en una dicotomía que la estableciese en plena diferencia con las antiguas religiones indígenas. Por otro lado, los indígenas eran considerados sujetos inferiores quienes debían ser guiados y tratados con disciplina, como un padre sobre sus hijos. De aquí se explica que no hasta muchos años más un indígena pudiese obtener un sacramento mayor como la ordenación sacerdotal, hecho que revierte la imagen de la iglesia primitiva. La confesión fue un elemento esencial para conocer hasta qué punto la conciencia moral del indígena había capturado la idea cristiana. Por medio de la confesión, los sacerdotes se iban enterando de qué es lo que ellos consideraban como un pecado. Tanto la confesión como la instrucción para el bautismo y la confirmación debieron soslayar el problema lingüístico impuesto por las diferentes lenguas dentro del continente. El clero Bernardino de Sahagún Es en el contexto de la conversión religiosa en donde mejor podemos entender el fin de la obra de Bernardino de Sahagún. y la Historia de las Cosas La labor del franciscano tenía como fin tres elementos: el conocimiento de la religión antigua (para evitar la idolatría); un de la Nueva registro del vocabulario náhuatl que sirviese para la predicación; España y, descripción de las antiguas costumbres para corregir la falsa (1540-1585) opinión de que los indígenas poseían un bajo grado cultural antes de la llegada de los españoles. De este modo, Sahagún se planta como un “médico” que debe conocer la enfermedad y sujeto enfermo para así poder “curarlos.” Lo más notable del trabajo de Sahagún es que estudió sistemáticamente las religiones aztecas. Para ello, elaboró cuestionarios en náhuatl con colaboración de sus estudiantes en el colegio de Santa Cruz de Tlatelolco, quienes iban y preguntaban a los ancianos nobles (probablemente ex alumnos del calmecac) sobre distintas cosas de las creencias, dioses, historia natural, medicina, geografía, astronomía, sistema de gobierno e historia moral de los antiguos aztecas. Consultando la memoria oral y escrita (por medio de los amoxtli), los informantes de Sahagún le proveyeron invaluable información. Diego Si Bernardino de Sahagún es el gran recopilador de la historia de azteca, fray Diego de Landa (1524-1579) lo es para el área Maya de Yucatán. A pesar de tener un pasado oscuro que pone en un Landa y complicado juicio histórico su figura, gran parte de lo que sabemos de la cultura Maya se nos da por medio de la Relación la de Landa. Relación Por un lado, Landa fue la cara visible de la gran extirpación de idolatrías en Maní en el año 1562. Además de castigar de violentamente a muchos mayas por practicar sus religiones Yucatán “paganas”, Landa erradicó gran parte del acervo cultural pictórico de este grupo al quemar figuras y códices vitales para el estudio maya. Por otro lado, la Relación, escrita muchos años después de este nefasto evento, trata de recuperar el mal hecho y nos otorga una mirada a las prácticas, calendario, dioses y ceremonias mayas, además de reyes y figuras claves en su historia. Todo esto acompañado de una relación de la conquista y ocupación española del territorio. Landa juega un rol clave dentro del desciframiento de la escritura maya. En el manuscrito de la Relación, encontramos un “abecedario” que Landa transcribió luego de consultar a los mayas con respecto a cómo se escribían las letras del abecedario en maya. Lo que Landa no sabía es que esto no era un abecedario sino que un “silabario”