Politraumatizado
Josué Manuel Castillo Escobar
ATLS 9°Edición.
Introducción
El tratamiento de los pacientes con lesiones graves requiere
la evaluación rápida de las lesiones y la instauración de
terapia para preservar la vida. Debido a que el tiempo es
crucial, un enfoque sistemático aplicado rápido y preciso es
esencial. Este enfoque se denomina "evaluación inicial" e
incluye los siguientes elementos:
• Preparación
• Triage
• Revisión primaria (ABCDE)
• Reanimación
• Anexos a la revisión primaria y reanimación
• Considerar la necesidad de trasladar al paciente
• Revisión secundaria (evaluación desde la cabeza
hasta los pies y la historia del paciente)
• Anexos a la revisión secundaria
• Monitoreo continuo posterior a la reanimación y
la reevaluación
• Cuidado definitivo
PREPARACIÓN
¿cómo me preparo para una transición fluida desde el
ambiente prehospitalario al hospitalario?
La preparación para la atención del paciente lesionado
se realiza en dos escenarios clínicos distintos. Primero,
durante la fase prehospitalaria, todas las acciones deben
ser coordinadas con los médicos que se encuentran en el
hospital que recibirá al paciente. Segundo, durante la fase
hospitalaria se deben realizar preparativos para facilitar
la reanimación rápida del paciente lesionado.
Fase prehospitalaria
Una coordinación adecuada con el grupo de atención
prehospitalariabpuede hacer más expedito el
tratamiento delbpaciente en el sitio del accidente. El
sistema prehospitalario debe estar organizado de tal
forma que el hospital sea notificado del traslado del
paciente antes de que este sea evacuado del sitio del
evento.
Durante la fase prehospitalaria, se debe hacer énfasis en
el mantenimiento de la vía aérea, en el control de
hemorragias externas y shock, y en la inmovilización
adecuada del paciente y en el traslado inmediato al sitio
más cercano y apropiado, de preferencia a un centro
especializado en trauma. Se deben hacer todos los
esfuerzos necesarios para minimizar el tiempo en la
escena; este concepto es apoyado por el Esquema de
Toma de Decisiones de Triage en la Escena que se
muestra a continuación:
Fase hospitalaria
Es fundamental planificar con anticipación los requerimientos básicos antes
de la llegada del paciente al hospital. En forma ideal, debe existir un área
específica para la atención de los pacientes lesionados. El equipo adecuado
para manejo de la vía aérea (por ejemplo, laringoscopios, tubos, etc.) debe
estar organizado, probado y localizado de tal forma que esté accesible en
forma inmediata. Cuando el paciente llega, las soluciones intravenosas de
cristaloides deben estar tibias, accesibles y listas para la infusión.
Las medidas para establecer una vía aérea permeable se deben
instituir mientras se protege la columna cervical. Inicialmente, se
recomienda la maniobra de elevación del mentón o de
levantamiento mandibular para lograr la permeabilidad de las vía
aérea.
Si el paciente es capaz de comunicarse verbalmente, es probable que
la vía aérea no esté en peligro inmediato. Sin embargo, es prudente
la evaluación repetida de la permeabilidad de la vía aérea. Además,
los pacientes con lesiones craneoencefálicas severas que tienen un
nivel de conciencia alterado o una Escala de Coma de Glasgow
(GCS, por sus siglas en inglés) de 8 o menos por lo general requieren
la colocación de una vía aérea definitiva (por ejemplo, tubo con
balón, asegurado en la tráquea).
Las radiografías de la columna cervical se pueden
obtener para confirmar o descartar lesiones, una vez que
las patologías con riesgo para la vida se han abordado,
aunque es importante recordar que una radiografía
lateral identifica sólo el 85% de las lesiones.
Se debe presuponer una lesión en la columna cervical en
un paciente con trauma multisistémico cerrado,
especialmente en aquellos con un nivel alterado de
conciencia o un traumatismo cerrado por encima de la
clavícula.
RESPIRACIÓN Y
VENTILACIÓN
La permeabilidad de la vía aérea, por sí sola, no
asegura una ventilación adecuada. El intercambio de
gases adecuado es necesario para maximizar la
oxigenación y la eliminación de dióxido de carbono.
La ventilación requiere una adecuada función de los
pulmones, la pared torácica y el diafragma. Cada
componente debe ser rápidamente examinado y
evaluado.
CIRCULACIÓN CON CONTROL DE
HEMORRAGIA
Volumen Sanguíneo y Gasto Cardiaco
La hemorragia es la causa principal de muertes prevenibles
secundarias al del trauma. Identificar y detener la
hemorragia es un paso crucial en la evaluación y el manejo
de estos pacientes.
Nivel de Conciencia Al disminuir el volumen
circulante, la perfusión cerebral se altera en forma crítica
e importante, dando lugar a una alteración en el nivel de
la conciencia.
Color de la Piel
El color de la piel es de gran utilidad en la evaluación del
paciente traumatizado e hipovolémico.
Después de un traumatismo, un paciente con piel rosada,
especialmente en la cara y en las extremidades, rara vez
estará gravemente hipovolémico.
Por el contrario, la presencia de una cara color ceniza y la
palidez acentuada de las extremidades se consideran datos
evidentes de hipovolemia.
Pulso Se debe buscar un pulso central, por ejemplo
femoral o carotideo, en forma bilateral, para evaluar
amplitud, frecuencia y regularidad.
Los pulsos periféricos fuertes, lentos y con ritmo
regular, generalmente indican una relativa
normovolemia en un paciente que no ha estado en
tratamiento con agentes betabloqueantes. El pulso
rápido y débil es tradicionalmente un signo de
hipovolemia, aunque también puede tener otras
causas.
Hemorragia
El sitio de la hemorragia debe ser identificado como
externo o interno. La hemorragia externa debe ser
identificada y controlada durante la revisión primaria. La
rápida pérdida de sangre hacia el exterior se controla
mediante presión directa sobre la herida.
Los torniquetes son efectivos en la exanguinación masiva
de una extremidad, pero conllevan el riesgo de lesión
isquémica a esa extremidad y solo deben utilizarse cuando
la presión directa no es eficaz.
El uso de pinzas hemostáticas puede resultar en daño a los
nervios y a las venas.
Déficit neurológico
(evaluación neurológica)
Una rápida evaluación neurológica se realiza al final
de la revisión primaria. Esta evaluación neurológica
establece el nivel de conciencia del paciente, el
tamaño de las pupilas y la reacción, los signos de
lateralización y el nivel de lesión medular.
La Escala de Coma de Glasgow (GCS) es un método
rápido y simple para determinar el nivel de
conciencia y es un factor predictivo de la evolución
del paciente, sobre todo la mejor respuesta motora.
Escala de Glasgow
Exposición y control ambiental
El paciente debe estar completamente desnudo; por lo
general, hay que cortar y retirar sus prendas de vestir para
facilitar un examen exhaustivo.
Después que la ropa del paciente se ha eliminado y la
evaluación se completa, el paciente debe estar cubierto con
mantas calientes o un dispositivo de calentamiento externo
para evitar la hipotermia en el departamento de urgencias.
REANIMACIÓN
Es esencial iniciar el manejo y la reanimación de las
lesiones que potencialmente ponen en peligro la vida
tan pronto como sean identificadas para maximizar
la supervivencia del paciente. La reanimación
también sigue la secuencia ABC y ocurre
simultáneamente con la evaluación.
Vía aérea
La vía aérea debe ser protegida en todos los pacientes y
debe ser asegurada cuando existe un compromiso
potencial. Las maniobras de elevación del mentón o la
tracción mandibular deben ser suficientes durante la
intervención inicial.
Si el paciente está inconsciente y no tiene reflejo
nauseoso, la inserción de una cánula orofaríngea puede
ser útil temporalmente. Una vía aérea definitiva (por
ejemplo, la intubación) debe ser efectuada si existe alguna
duda sobre la capacidad del paciente para mantener la
integridad de la vía aérea.
Respiración, Ventilación y Oxigenación
Un neumotórax a tensión compromete la ventilación
y la circulación de manera dramática y aguda. Si este
se sospecha, la descompresión debe ser realizada de
inmediato. Todos los pacientes lesionados deben
recibir oxígeno suplementario.
Circulación y control de la hemorragia
El control definitivo de la hemorragia es esencial, junto con el reemplazo
adecuado del volumen intravascular. Deben ser introducidas un mínimo de dos
vías intravenosas (IV) de grueso calibre. El flujo máximo de los líquidos es
determinado por el diámetro interno del catéter y es inversamente proporcional
a su longitud, no por el tamaño de la vena en la cual se coloca el catéter.
(ECG) en todos los pacientes lesionados. Arritmias,
incluyendo taquicardia de causa inexplicable, fibrilación
auricular, contracciones ventriculares prematuras y
elevación del segmento ST, son cambios que pueden
indicar una lesión cardiaca contusa. La actividad eléctrica
sin pulso (AESP) puede indicar taponamiento cardiaco,
neumotórax a tensión y / o hipovolemia profunda.
Cuando el paciente presenta bradicardia, una conducción
aberrante, y latidos prematuros, se debe sospechar
inmediatamente que la causa es hipoxia e hipoperfusión.
La hipotermia extrema también produce estas arritmias.
Sondas vesical y
gástrica
La colocación de una sonda vesical y una sonda
gástrica se hace durante la fase de reanimación. Una
muestra de orina debe ser enviada para un análisis
de rutina de laboratorio.
Sonda Vesical
La producción de orina es un indicador sensible del
estado de volemia del paciente y refleja la perfusión
renal. El monitoreo de la producción de orina se logra
mejor mediante la inserción de una sonda vesical
permanente.
Sonda Gástrica
Una sonda gástrica está indicada para reducir la distensión
del estómago, disminuye el riesgo de aspiración y facilita la
evaluación de una hemorragia digestiva alta luego de un
traumatismo. La descompresión del estómago reduce el
riesgo de aspiración, pero no lo impide completamente.
Un contenido gástrico grueso o semisólido no será
evacuado a través del tubo, y la inserción del tubo puede
provocar el vómito.
Otros parámetros que monitorear
Frecuencia Respiratoria y Gases Arteriales
La frecuencia respiratoria y los niveles de Gases en
Sangre se deben utilizar para controlar la idoneidad de
la ventilación. Los tubos endotraqueales pueden
desprenderse cada vez que el paciente se mueve. Un
detector colorimétrico de dióxido de carbono es un
dispositivo capaz de detectar el dióxido de carbono en
el gas espirado.
Oximetría de Pulso
La oximetría de pulso es un valioso complemento para la
monitorización de la oxigenación en los pacientes
lesionados. El oxímetro de pulso mide la saturación de
oxígeno de la hemoglobina colorimétricamente, pero no
mide la presión parcial de oxígeno. Tampoco mide la
presión parcial de dióxido de carbono, que refleja una
ventilación adecuada.
Presión Arterial
La presión arterial del paciente debe ser medida, aunque
puede ser una medida poco fiable y un indicador tardío de
perfusión tisular real.
Exámenes de radiología y
estudios de diagnóstico
Los exámenes radiológicos deben utilizarse con
prudencia y no deben retrasar la reanimación del
paciente. Una proyección anteroposterior (AP) de tórax
y de la pelvis a menudo proporcionan información que
puede orientar los esfuerzos de reanimación de los
pacientes con traumatismo cerrado. Las radiografías de
tórax pueden mostrar lesiones potencialmente letales
que requieren tratamiento, y las radiografías de pelvis
pueden mostrar fracturas que indican la necesidad de
transfusión inmediata de sangre.
CONSIDERAR LA NECESIDAD DE TRASLADO DEL PACIENTE