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Lección 12 para el 24

de marzo de 2018
Un hábito es una forma de
actuar consolidada por su
repetición continua. Como
mayordomos, desarrollar
buenos hábitos nos ayuda a
administrar más correctamente
los negocios de Dios.
Vamos a repasar algunos de
estos buenos hábitos:

 Buscar a Dios en primer lugar.


 Esperar el regreso de Jesús.
 Usar sabiamente el tiempo.
 Vivir de una forma saludable.
 Ser disciplinado.
“y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis
de todo vuestro corazón” (Jeremías 29:13)

Amar a Dios es el mandamiento


más importante. La Biblia nos
invita a hacer de los negocios de
Dios nuestra prioridad (Mateo
22:37-38; 6:33).
Ésta fue la prioridad de Jesús
desde su niñez (Lucas 2:49).
Para conseguir este objetivo
desarrolló el hábito de la oración.
La comunicación con su Padre
llegó a ser una necesidad para Él.
Como mayordomos, no debemos
estudiar la Palabra u orar de
forma esporádica, sino que debe
ser un hábito diario.
“Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora
que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá” (Lucas 12:40)

A través de parábolas, Jesús nos


enseñó que debemos ser mayordomos
que esperan activamente su Venida.
Apartar la vista de este evento desvía
nuestros pensamientos del glorioso
futuro que nos espera, nos hace
olvidar la necesidad de vivir como
fieles hijos de Dios, y nos hace perder
la perspectiva y el sentido de nuestra
vida cristiana.
¡Cuán importante es desarrollar el
hábito de esperar la Segunda Venida,
hablar de ella, y esperar
confiadamente ese momento glorioso!
Este hábito cambia la perspectiva de
nuestra vida.
“Las glorias que esperan a los fieles
vencedores están por encima de
cualquier descripción. El Señor los
honrará y exaltará grandemente.
Crecerán como el cedro y su
entendimiento sin duda irá en aumento.
Y a medida que vayan avanzando en las
etapas del conocimiento, sus
expectativas quedarán por debajo de la
realidad. “Cosas que ojo no vio, ni oído
oyó, ni han subido en corazón de
E.G.W. (Alza tus ojos, 17 de mayo)

hombre, son las que Dios ha preparado


para los que le aman”. 1 Corintios 2:9.
Nuestra tarea ahora es alistamos para
aquellas mansiones que Dios está
preparando para los que lo aman y
guardan sus mandamientos... El Señor
Jesús aumentará la capacidad de cada
mente y corazón para que puedan
recibir el Espíritu Santo”
“aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos” (Efesios 5:16)

El tiempo es un bien efímero y limitado para el


ser humano (Salmo 90:10). El tiempo pasa
hagamos bien o mal, durmamos o velemos.
Por ello, es importante desarrollar buenos
hábitos que nos permitan aprovechar
adecuadamente este limitado recurso.
Nuestra mayordomía implica una administración
correcta del tiempo. Hay tiempo para todo
(Eclesiastés 3:1), y se nos pedirá que rindamos
cuentas de su uso.
Sea ésta nuestra oración
diaria: “Enséñanos de tal
modo a contar nuestros
días, que traigamos al
corazón sabiduría”
(Salmos 90:12).
“Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro
ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la
venida de nuestro Señor Jesucristo” (1ª de Tesalonicenses 5:23)

Originalmente, el ser humano fue


creado con perfecta salud física, mental
y espiritual. La Biblia nos promete que
Dios restaurará ese estado de salud
completa (Apocalipsis 22:2).
Mientras llega ese momento, Dios
desea que nos preparemos
desarrollando hábitos que contribuyan
a nuestra salud.

Salud física. Salud mental. Salud espiritual.


Por ejemplo: Desarrollar Orar, estudiar de
ejercicio y pensamientos la Biblia y
alimentación saludables compartir
adecuada. (Filipenses 4:8). nuestra fe.
“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía,
sino de poder, de amor y de dominio propio”
(2ª de Timoteo 1:7)

JOSÉ

Usando el símil de un corredor atlético


o un luchador, Pablo nos invita a
SALOMÓN
desarrollar hábitos de autodisciplina
(1ª de Corintios 9:24-27).
La Biblia contiene ejemplos claros del
DANIEL
resultado de ser disciplinados o no serlo.
Mediante el poder de Dios y nuestro
esfuerzo diligente, debemos tener
dominio propio para llegar a ser buenos
SANSÓN mayordomos para nuestro Señor.
“Clamad a Dios con sinceridad y alma anhelante.
Luchad con los agentes celestiales hasta que obtengáis
la victoria. Poned todo vuestro ser, vuestra alma,
cuerpo y espíritu en las manos del Señor, y resolved que
seréis sus instrumentos vivos y consagrados, movidos
por su voluntad, controlados por su mente, e imbuidos
por su Espíritu”
E.G.W. (Nuestra elevada vocación, 5 de mayo)

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