Anda di halaman 1dari 14

EL SENTIDO RELIGIOSO

LUIGI GIUSSANI
Capítulo Quinto
El Sentido Religioso: Su Naturaleza
• Este capitulo trata el tema del factor religioso
como aspecto fundamental del factor
espiritual.
1. El nivel de ciertas preguntas
• El factor religioso representa la naturaleza de nuestro yo en
cuanto se expresa en ciertas preguntas: ¿Cual es el significado
de la existencia?, ¿Por que existe el dolor, la muerte? o ¿De
que y para que esta hecha la realidad?
• El sentido religioso esta situado dentro de la realidad de
nuestro yo y al nivel de estas preguntas: coincide con ese
compromiso radical con la vida de nuestro yo, que se
manifiesta en esas preguntas.
• El sentido religioso es aquella cualidad que caracteriza al nivel
humano de la naturaleza y que se identifica con esa intuición
inteligente y esa emoción dramática con la que el hombre, al
mirar su propia vida y a sus semejantes, dice: Somos como
hojas.
• Esas preguntas y emociones son inevitables, aunque el clamor
o la obtuosidad de la vida social parezcan querer acallarlas.
2. En el fondo de nuestro ser

• Estas preguntas arraigan en el fondo de


nuestro ser: son inextirpables. San Pablo las
identifica con la energía que gobierna toda la
movilidad humana: es la búsqueda de Dios.
3. Exigencia de una respuesta total
• Son preguntas que agotan toda la energía para investigar
que tiene la razón. Preguntas que exigen una respuesta
total que cubra por entero el horizonte de la razón,
agotando todas las categorías de lo posible.
• Si solamente respondiendo a mil preguntas se agotara el
sentido de la realidad y el hombre encontrará respuesta a
novecientas noventa y nueve de ellas, seguiría tan inquieto
e insatisfecho como si estuviera al principio.
• Hay en el evangelio una llamada interesante a recordar esta
dimensión: ¿De que le sirve al hombre poseer todo el
mundo si pierde el significado de sí mismo? O ¿Qué dará el
hombre a cambio de sí mismo? Dará al yo el sentido
religioso como lugar de la naturaleza donde se afirma el
significado de todo, ya que ahí se encuentra la respuesta.
4. Desproporción con la respuesta
total
• Por eso, cuanto más se adentra uno en el intento
de responder a esas preguntas mejor percibe su
fuerza y más descubren su propia desproporción
con la respuesta total y este el tema dramático de
los pensamientos de Leopardi.
• La imposibilidad de agotar esas preguntas exalta
la contradicción que hay entre el ardor de la
exigencia y la limitación de la capacidad humana
para buscar
5. Desproporción estructural
• La imposibilidad de dar una respuesta exhaustiva a las
exigencias que constituyen nuestro yo es estructural,
es decir, tan inherente a nuestra naturaleza que
conforma su característica esencial. Se trata de algo
que por su propia naturaleza esta más allá, fuera del
alcance de cualquier movimiento humano.
• Giussani pone el ejemplo de Severi, que era un
matemático, que cada vez que adelantaba en su
investigación descubría que el horizonte al que llegaba
le remitía de nuevo a otro horizonte, asiéndole ver su
conquista como algo que lo empujaba en ultimo
termino hacia una X o quid que estaba lejos del alcance
de las condiciones en las que operaba.
• Si uno esta atento a esta dinámica con seriedad y empeño,
cuanto más avanza más evidente le resulta la
inconmensurabilidad y la desproporción que hay entre la
meta que alcanza la investigación y la profundidad de sus
preguntas. Semejante experiencia es la que llevo a Severi a
su conversión, después de 50 años (como cuenta el mismo)
de alta experimentación científica. En una conversación
que tubo con Einstein pocos día antes de la muerte de este,
discutió con el gran físico sobre el tema religioso .En un
momento de la conversación Einstein le dijo: “quien no
admita el carácter insondable del misterio tampoco puede
ser un científico”. Si no admite esa X inconmensurable, si
no admite la desproporción insuperable que hay entre el
horizonte ultimo y la medida de los pasos humanos, el
hombre elimina la categoría de lo posible. Y es esto lo que,
al ser reconocido hace del hombre un investigador
incansable.
• De ahí que la filosofía deba tener la profunda
humildad de ser un intento completamente
abierto de par en par a la realidad y deseoso, de
adecuarse, de ser completado y corregido.
• Cuando no existe ese humilde sentido de que el
pensamiento humano es esencialmente
reformable la metamorfosis se pone en marcha
inevitablemente: la filosofía se convierte en
ideología. Y tal metamorfosis se lleva a cabo en la
medida en que llegue a considerarse normal que
la idea preconcebida que se tiene de la vida
tienda a imponerse. Así entra en escena la
violencia del poder.
6. Tristeza
• A la presunción del poder le corresponde en el
individuo una gran tristeza, característica fundamental
de la vida consciente de si; como decía Santo Tomas, el
deseo de un bien ausente.
• La absoluta falta de proporción que hay entre el objeto
verdaderamente buscado y la capacidad humana de
postura produce la experiencia de poseer algo que por
naturaleza es insuficiente. La tristeza surge entonces
del esfuerzo laborioso que nos fatiga sin descanso. El
ser consiente del valor de esta tristeza se identifica con
tener conciencia de la vida y con el sentimiento de su
destino.
• Si la tristeza es una chispa que salta de la “diferencia de
potencial” que vivimos entre el destino ideal y nuestra
carencia histórica, la ocultación de esta diferencia
(suceda como suceda) engendra el opuesto lógico de la
tristeza: La desesperación.
• Para el hombre, bastante más indispensable que su
propia felicidad, es saber y creer todo momento que
existe un lugar donde hay una felicidad perfecta y
calma para todos y en todo. En esto se resume toda la
ley de la existencia humana: en que el hombre pueda
inclinarse ante lo infinitamente grande. Si los hombres
se vieran privados de lo infinitamente grande, ya no
podrían vivir y morirían presos de la desesperación. Si
las cosas fueran solo aquello que vemos seriamos unos
desesperados.
7. La naturaleza del yo como promesa
• Lo que un hombre busca en los placeres es un infinito,
y nadie renunciaría a la esperanza de conseguir esta
infinitud.
• “¿Alguien nos ha prometido nunca nada? Y, entonces
¿por qué esperamos?” (Pavese) Quizás el no pensó que
la espera constituye la estructura misma de nuestra
naturaleza, la esencia de nuestra alma. No es resultado
de un cálculo: es algo dado. La promesa está en el
origen, procede del origen mismo de nuestra hechura.
Quien a hecho al hombre, lo ha hecho “promesa”.
• El hombre espera estructuralmente, es mendigo por
estructura; la vida es estructuralmente promesa.
8. El sentido religioso como dimensión
• El sentido religioso es la capacidad que tiene la razón de
expresar su naturaleza más profunda en un interrogante último;
es el locus de la conciencia que todos los hombres tienen de su
existencia.
• Pues, en efecto, la pregunta ultima es constitutiva del individuo,
y en este sentido el individuo esta totalmente solo puesto que él
mismo es ese interrogante. Por eso, si contemplamos a un
hombre, una mujer, un amigo o un caminante sin que resuene
entre nosotros el eco de la pregunta, de la sed del destino que lo
constituye, nuestra relación no será una relación humana, y
menos aun podrá tratarse de una relación amorosa a cualquier
nivel que sea; de tal manera que no respetara la dignidad del
otro.
• Sin embargo, la misma pregunta que define mi soledad sienta
también las bases de mi compañía, porque significa que yo estoy
constituido por otra cosa, aunque permanezca misteriosa para
mí.
Conclusión
• Solo la hipótesis de Dios, corresponde a la estructura
original del hombre y la naturaleza de esté le exige una
búsqueda indomable de respuesta. Shakespeare dice a
través de un personaje suyo, “el mundo sin Dios sería
como una fábula contada por un idiota en acceso de
ira”. Esto quiere decir que de no existir Dios el único
modo de relacionarse sería la violencia, o sea, la ilusión
de poseer.
• Por ello, el sentido religioso es una exigencia de
totalidad constitutiva de nuestra razón, que permite al
hombre introducirse y abrazar cada vez más a la
realidad.

Anda mungkin juga menyukai