Este traslado es un proceso largo, pero se nota como los niños van
perdiendo progresivamente su espontaneidad.
Por otro lado, y ésta es la clave del asunto, la mente del niño, para su
organización y su estructuración, necesita establecer una idea del yo.
Esto nos condena, mientras eso funcione, a vivir en la mente, porque las
ideas están en la mente, con lo cual se consuma definitivamente el
desplazamiento del fondo a la mente.
El yo: de la autenticidad a la identificación