Caminar como

Jesús: Identidad
y Misión de la
Pastoral
Educativa
 EL ICONO DE
EMAÚS
(LUCAS 24. 13-35)
APROXIMACIÓN
BÍBLICA
Relato propio de Lucas (Cf. Mc. 16, 12).

Es característico en Lucas, el tema del

imaginario del viaje: un Jesús caminante
que comienza en Galilea dirigiéndose
hacia Jerusalén y que, desde allí, envía a
la comunidad hasta los confines de la
tierra (Roma).
Jerusalén es el “centro”, allí muere
y resucita Jesús, allí se reúne la
comunidad de discípulos – junto a
María – en anhelante espera.
Caminar hacia Emaús es alejarse
de Jerusalén; por tanto, es
abandonar al Señor, sustraerse
del don del Espíritu, abortar la
misión.
Jerusalén es el ámbito teológico, el del
encuentro con el Jesús Resucitado, la
Esperanza y la afirmación plena de la
victoria de la Vida sobre la muerte, del
Bien sobre el mal.
Emaús, por el
contrario, es la
muerte de la ilusión y
de la utopía de Jesús
y de su Reino, el sin
sentido y la
desesperanza, la
lejanía del Señor y su
comunidad.
Sólo la comunión aniquila la amargura, el
sinsentido y la desesperanza.

La Cena del Señor es el antídoto contra nuestros

desánimos y decepciones. La decepción de los
dos discípulos brota de haber roto la comunión
con la Iglesia.
Sólo en la “fracción del pan”
podemos encontrar la verdadera
comunión y la misión de los
verdaderos discípulos.
Emaús es un camino de ida y de vuelta.
De ida hacia la desesperanza y de vuelta
hacia la promesa hecha, hacia Jesús y el
prójimo.

Mi Emaús cotidiano nace con la

esperanza de cruzarme con él, cada día,
en el camino.
APROXIMACIÓN
PASTORAL
¿Cómo pasar
de un
cristianismo
cotidiano,
cómodo, a un
cristianismo
ardiente?
 ¿Cómo
regresamos del
camino de la
desilusión al
camino de la
esperanza?
Es necesario recuperar el fuego en nuestro
corazón por Cristo, por su Palabra y por su
Misión.

Vivenciar que
Jesús se hace uno
con nosotros,
se interesa de
nuestra suerte, de
nuestra historia y
la salva.
Es necesario mantenerse siempre activos,
ligeros de equipaje, desprendidos y dispuestos
a dejarlo todo por Jesús, sin desanimarse por
los tropiezos y sabiendo aprovechar cada
oportunidad.

¡No hay que

instalarse en alguna
etapa del camino!
El viajero debe tener siempre en el corazón la
meta que le da sentido al viaje. Esa meta es su
alegría, su esperanza, y el gozo que le permite
sobrellevar los momentos difíciles.

La perseverancia
y la alegría son
esenciales para la
vida cristiana.
Durante el viaje cabe una atención especial a los
débiles, los frágiles, los sufrientes, los pecadores,
aquellos que caminan mal. Hay que saber adecuar la
marcha del camino para marchar juntos.

También es necesario
mantener una actitud abierta,
compasiva, misericordiosa y
entusiasta para ir invitando a
otros a entrar en el camino de
Jesús, o para animar a los que
en algún momento han
tomado otros caminos en la
vida.
APROXIMACIÓN
PEDAGÓGICA
Jesús propone:

1. Acercarse

¿Qué les preocupa?

Caminar con el educando, acercarse,

compartir su mundo, ponerse en la piel
del otro.
 2. Escuchar-dialogar

La pregunta de Jesús abre el diálogo: le

cuentan no sólo objetivamente lo sucedido,
sino sus emociones y sentimientos.
 2. Escuchar-dialogar
Jesús toma nota, escucha, se asombra,
participa, es un diálogo en toda regla.
Escuchar al otro, partir de su realidad
concreta.
 3. Iluminar desde la Palabra

Esa realidad que inquieta, aquello que

genera preguntas, que desconcierta,
Jesús lo ilumina con la Palabra.
 4. Profundizar-Descubrir

El conocimiento obtenido invita a

descubrir verdades más hondas, invita a
profundizar, ¡a descubrir el rostro del
Maestro!
 4. Profundizar-Descubrir

El fin de toda enseñanza en la Iglesia es llevar

a la gente a la misma experiencia de los
discípulos de Emaús: descubrir a Jesús
resucitado.
5. Compartir la experiencia
Es la hora del testimonio para que la
fe común se edifique, de evaluar con
otros la experiencia vivida.
El Maestro viene
a hacer camino,
viene con
apertura y en
actitud de
diálogo.
 Jesús no se presenta con los atuendos del Maestro
sino, como compañero de camino. Va al encuentro,
no utiliza el tono solemne de la enseñanza, sino el de
la pregunta y el del interés del amigo.
El camino de Jerusalén a Emaús se transforma para
los dos discípulos, en una nueva comprensión del
misterio de Dios y de cuanto circunda la vida
humana.
Todo esto sucede
en el crecimiento
de la relación
personal que une
siempre más los
dos discípulos al
desconocido.
Caminar juntos, dialogar, lanzar preguntas de vida,
ahondar en el desencanto, hacer memoria de los
acontecimientos y de la persona de Jesús,
 Hacer brotar la alegría del compromiso expresan
bien la forma de estar con los otros en cualquier
contexto cultural, en cualquier ambiente educativo,
en contacto con personas creyentes o no creyentes.
 ACOMPAÑAR

es salir al encuentro del otro

La voz de
Francisco
DISCURSO A LOS OBISPOS EN LA JMJ
RIO DE JANEIRO, 2013
“Releamos una vez más el episodio de Emaús desde
este punto de vista (Lc 24, 13-15). Los dos discípulos
huyen de Jerusalén. Se alejan de la «desnudez» de
Dios. Están escandalizados por el fracaso del Mesías
en quien habían esperado y que ahora aparece
irremediablemente derrotado, humillado, incluso
después del tercer día (vv. 24,17-21
Es el misterio difícil de quien abandona la Iglesia;
de aquellos que, tras haberse dejado seducir por
otras propuestas, creen que la Iglesia —su
Jerusalén— ya no puede ofrecer algo
significativo e importante. Y, entonces, van solos
por el camino con su propia desilusión”
“Tal vez la Iglesia se ha
mostrado demasiado débil,
demasiado lejana de sus
necesidades, demasiado
pobre para responder a sus
inquietudes, demasiado fría
para con ellos, demasiado
autorreferencial, prisionera
de su propio lenguaje rígido;
tal vez el mundo parece
haber convertido a la Iglesia
en una reliquia del pasado,
insuficiente para las nuevas
cuestiones; quizás la Iglesia
tenía respuestas para la
infancia del hombre, pero no
para su edad adulta.
El hecho es que actualmente hay muchos
como los dos discípulos de Emaús; no sólo los
que buscan respuestas en los nuevos y difusos
grupos religiosos, sino también aquellos que
parecen vivir ya sin Dios, tanto en la teoría
como en la práctica”
“Hace falta una Iglesia que no tenga miedo a
entrar en la noche de ellos. Necesitamos una
Iglesia capaz de encontrarlos en su camino.
Necesitamos una Iglesia capaz de entrar en su
conversación.
Necesitamos una Iglesia
que sepa dialogar con
aquellos discípulos que,
huyendo de Jerusalén,
vagan sin una meta, solos,
con su propio desencanto,
con la decepción de un
cristianismo considerado
ya estéril, infecundo,
impotente para generar
sentido”
“¿Somos aún una Iglesia capaz de
inflamar el corazón? ¿Una Iglesia que
pueda hacer volver a Jerusalén? ¿De
acompañar a casa? En Jerusalén
residen nuestras fuentes:
Escritura, catequesis, sacramentos, comunidad,
la amistad del Señor, María y los Apóstoles…
¿Somos capaces todavía de presentar estas
fuentes, de modo que se despierte la
fascinación por su belleza?
 “Recuperemos, queridos
hermanos, la calma de
saber ajustar el paso a las
posibilidades de los
peregrinos, al ritmo de su
caminar, la capacidad de
estar siempre cerca para
que puedan abrir un
resquicio en el
desencanto que hay en su
corazón, y así poder entrar
en él”
“Se necesita una Iglesia que
vuelva a traer calor, a encender
el corazón”

“Se necesita una Iglesia que

también hoy pueda devolver la
ciudadanía a tantos de sus hijos
que caminan como en un éxodo”
 DESDE LA
“LAUDATO SI”
El punto focal es: generar nuevos hábitos (209)
Niveles del equilibrio ecológico:

. Interno

. Solidario

. Natural

. Espiritual
(210)
“Es muy noble asumir el deber
de cuidar la creación
con pequeñas acciones cotidianas,
y es maravilloso que la educación
sea capaz de motivarlas
hasta conformar un estilo de vida”
(211)