Noviembre 2005
Las alianzas estratégicas una opción difícil, y además no es
infalible en todos los casos.
Según Menguzzato (1995:67), la cooperación empresarial o
alianza estratégica reviste varias formas dentro de las que
podemos señalar, sin ser exhaustivos las siguientes: la Joint
Venture, los consorcios, el spin-off, la subcontratación, la
franquicia, la producción conjunta, los acuerdos de marketing
y como combinación de distintas modalidades, las redes.
En el párrafo anterior, es posible identificar en todas una serie
de características fundamentales que permiten delimitar el
concepto y proponer una definición: Una alianza estratégica es
un acuerdo explícito y a largo plazo, entre dos o más
empresas, para desarrollar en común y gracias a una
contribución equitativa de cada uno, una actividad concreta,
que, mediante la creación de sinergias, permita a cada parte
lograr algún(os) objetivo(s) inalcanzable(s) con su solo
esfuerzo.
Según Sánchez (1996: 13), una de las formas de
negociar más importantes en la actualidad son las
alianzas estratégicas, que pueden solucionar
situaciones tales como: salvar a una empresa en
quiebra, mejorar productos, ampliar mercados,
incrementar ventas, incursionar en otros mercados,
complementar productos o servicios y expandir su
mercado y expandir su mercado al plano
internacional, lo cual coincide con las ideas de Dess
(2003:246).
En el mismo orden de ideas, durante esta
investigación se pretende demostrar que una
alternativa exitosa que han tenido las empresas
mexicanas del sector farmacéutico para sobrevivir
en el mercado, crecer y expandirse a nivel
internacional, han sido las alianzas estratégicas.
Retomando lo dicho por Sudarsanam (1996:279), es claro que la
base para que una empresa logre mantener una alianza
estratégica exitosa, es la cooperación entre los miembros de la
misma, lo cual se pretenderá demostrar a lo largo de esta
investigación.
De acuerdo con Fuentes (1996:34) las ventajas de una alianza
estratégica son las sinergias, operaciones más rápidas,
transferencia de tecnologías y el compartir riesgos.
Las desventajas que puede presentar una alianza estratégica
son que los aliados se pueden convertir en competidores, que la
tecnología derivada de una alianza, salvo que se proteja
adecuadamente, podrá utilizarse en el futuro por uno de los
socios para su beneficio o en otra alianza con uno de los
principales competidores.
Para que dos o más empresas convengan en hacer una alianza
estratégica entre ellas y esta sea un éxito deberán tener un giro
complementario o suplementario, deberán tener objetivos
similares, especificar las funciones de cada una en la alianza,
así como las responsabilidades; especificar condiciones y
participaciones; planear el negocio, analizar resultados y con
base a ellos, replanear o continuar las estrategias establecidas
Sudarsanam (1996:279).
Por su parte Dess (2003:246) menciona en
coincidencia con Fuentes (1996:34), que el llevar a
cabo alianzas estratégicas tiene diversas ventajas
potenciales como sería la entrada en nuevos
mercados con una disminución en el riesgo, la
disminución de costos y la difusión de nuevas
tecnologías.
El éxito de algunas alianzas depende de factores
que pueden no concretarse, como es el caso del
desarrollo tecnológico, que si no se logra, no hay
alianza.
Como apunta Dess (2003:248), las alianzas pueden
utilizarse para construir conjuntamente sobre la
experiencia tecnológica de las compañías colaboradoras
de modo que logren desarrollar sinergias que
desemboquen en una estrategia ganar- ganar para
ambas.
Lo anterior coincide con la idea de Fuentes (1996:35), cuando
afirma que hay alianzas que se crean cuando dos compañías
reconocen que tienen sus debilidades y habrá de
complementarse con las fortalezas de la otra; una vez
superadas las debilidades el apuntamiento de la alianza se
desvanece y puede diluirse para terminar la alianza, lo cual
puede ser resultado del egocentrismo y dañar el matrimonio
“sinérgico” corporativo Dess (2003:252).
Para evitar que una alianza fracase, una vez diseñadas las
estrategias, su éxito depende de la efectividad de los
administradores encargados de la operación práctica; si se
selecciona a un mal administrador, la alianza fracasará. El
principal problema operacional es que los altos ejecutivos no
tienen una idea clara de lo sofisticado que puede ser el
proceso operacional Fuentes (1996:36), y además no lo
aceptan por orgullo, lo que puede ocasionar, debido a un ego
excesivo, que la alianza fracase Dess (2003:253).
Retomando las ideas de Dess (2003:248), si
bien es cierto que para el logro del éxito de
la alianza se necesita un compañero
adecuado que aporte las fortalezas
deseadas, estas deben de ser únicas, ya que
como afirma Lees (2003: 83) cada alianza es
única por lo que se debe diseñar una
estrategia específica para cada situación.
En las alianzas estratégicas se puede
observar que la estrategia se basa en el
establecimiento de lazos de cooperación de
distintos tipos y objetivos, ya sean de
carácter permanente o temporal.
Las alianzas estratégicas permanentes se
establecen a través de fusiones, proyectos
conjuntos de inversión y/o la integración de
redes y estructuras productivas para la
generación de un insumo, producto o línea de
productos Laseter (2000:20).
Por su parte, en las temporales, las empresas
buscan asociaciones delimitadas en el tiempo,
diseñadas a partir de objetivos específicos, sean
estos contribuir en la investigación y desarrollo
de un producto o insumo principal, o con el fin
de controlar importantes segmentos de los
mercados nacionales, regionales y globales
Sudarsanam (1996:285)
Cegarra (2005:11), afirma que en esta época de competencia
desmedida, las empresas, al contender por la hegemonía,
desenvuelven estrategias de complementación de actividades de
producción y comercialización a escala mundial .