DISEO
PERFECTO
SALMO 139: 13 16
La vida del hombre es un milagro de perfeccin y armona. La Biblia seala que Dios se ocup personalmente de cada uno, desde el mismo momento de su formacin. Conocer este hecho aliviara la crisis existencial que viven muchos hombres al no reconocer a Dios como su Creador u formador.
Desde el mismo momento de la cada del hombre, se vio el amor y la preocupacin de Dios para proveer salvacin al hombre ( GENESIS 3: 15)
Miles de aos despus de esta promesa, un hombre en la cruz, destruy el poder del pecado y nos redimi, de la muerte y de las consecuencias del pecado
A travs de su Hijo JESUCRISTO, Dios padre provey restauracin y sanidad al hombre y toda su creacin. -Hay esperanza para la creacin, como la hay para el hombre ( ROMANOS 8: 21 22)
Reparacin o restablecimiento de una obra o creacin que por el paso del tiempo o de algn acontecimiento externo ha perdido su diseo original
Tenemos paternidad espiritual (G. 4:5-6) Comprendemos nuestra vala (Is. 43:1; Fil. 2:15
En el rea Espiritual: recibe vida, por lo tanto decidimos que nace espiritualmente.
En el Alma: cura todo dolor emocional y sana toda herida. ( LUCAS 4: 18) En el Cuerpo: Como resultado de la salud en la dimensin espiritual y sicolgica fluye salud fsica. Adems la creacin ser libre de la esclavitud a la que fue sujeta ( ROMANOS 8: 21 22)
La restauracin del hombre, requiere de un proceso continuado de cambio, hasta lograr que las condiciones originales se recuperen por completo y la obra perfecta de Dios, aparezca en toda su grandeza y perfeccin. El empez en nosotros una buena obra y ha prometido que la culminara en forma gloriosa ( 2 CORINTIOS 3: 18) Como vasija de barro en mano de alfarero, nuestra vida esta siendo moldeada hasta lograr la presentacin final, a semejanza e imagen de la persona de Jesucristo.
APLICACIN TEOTERAPICA: Somos un diseo maravilloso de Dios y ciertamente nuestra vida es un milagro. Nunca ha existido ni existir otra persona, con nuestras caractersticas particulares, caractersticas que El mismo coloco desde que estbamos en el vientre de nuestra Madre. Debemos mirarnos y valorarnos como Dios mismo lo hace; entregarnos incondicionalmente para ver la restauracin total en nosotros y a travs de nosotros.